Reflexiones sobre una amenaza de bomba

Una amenaza de bomba a un aeropuerto, o a cualquier otro lugar público o privado, siempre deberá tomarse como algo muy serio. El incidente ocurrido ayer en el Aeropuerto Internacional José Francisco Peña Gómez, cuando una llamada telefónica anónima daba cuenta de la colocación de un artefacto explosivo en el mismo, debe servir para hacer algunas reflexiones.

No nos cabe la menor duda acerca de la correcta actuación del personal del Cuerpo Especializado de Seguridad Aeroportuaria (CESA). Existen procedimientos y medidas de seguridad que son universalmente aceptados para lidiar con este tipo de amenazas.

Pero debemos tener presente que, según demuestran las experiencias en la mayoría de países del mundo, uno de los principales objetivos de las personas que incurren en este delito es provocar el caos y llamar la atención pública.

Hay que reconocer que, en este caso particular, quien perpetró esa acción logró sus objetivos. Entonces, qué hacer ante estos hechos.

Indiscutiblemente que el castigo es necesario para su no repetición.

Es preciso hacer las investigaciones correspondientes, respetando los procedimientos procesales y los derechos individuales, e instrumentar expedientes que sean aceptados por los tribunales dominicanos.

Dado el caso que muchas personas hacen este tipo de amenazas, creyendo que están haciendo una broma y desconociendo que están cometiendo un delito, se hace imperativo que las autoridades y los operadores aeroportuarios inicien una campaña publicitaria explicando las consecuencias que podrían generarse de esas actuaciones.

Me permito recordar la exitosa campaña publicitaria que se efectuó durante la gestión del General Santo Domingo Guerrero Clase al frente del CESA, a través de la cual se motivaba a todos los pasajeros a cumplir con las normativas de seguridad de los aeropuertos. La participación de destacados peloteros de grandes ligas, le dio a la misma un especial interés para toda la población, y todavía no es raro escuchar a un ciudadano ordinario diciendo que “la seguridad es asunto de todos”.


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