¿Militares vitalicios?

Tal parece que en nuestro insólito país se va a reinstaurar la nefasta cultura de permitir que para algunas personas su permanencia dentro de las Fuerzas Armadas Dominicanas sólo pueda terminar concomitantemente con el fin de su larga vida natural.

Resulta una gran incongruencia que mientras retiran por antiguedad en el servicio y en contra de su voluntad a valiosos oficiales profesionales, tanto de nuestras Fuerzas Armadas como de la Policía Nacional, a veces con edades menores a cincuenta años; para otros parece que el tiempo está frisado en los casquetes polares.

De antemano aclaramos que en esta oportunidad no nos referiremos al caso del difunto Mayor General Antonio Imbert Barreras, del Ejército de República Dominicana, quien conforme a nuestras investigaciones realizadas hasta la fecha fue General Vitalicio de hecho, pero no de derecho; y a lo cual nos referiremos en una próxima ocasión.

Pero sí se hará imperativo reseñar al General de Brigada Osvaldo Antonio Cepeda y Cepeda, de la Fuerza Aérea de República Dominicana, y al Coronel Kalil Haché Malkum, del Ejército de República Dominicana; aunque precisando que hablar de las harto conocidas trayectorias de vida de estos dos distinguidos militares y personajes conspicuos de la sociedad dominicana conllevaría extensos trabajos, lo cual no es el objeto de este artículo de opinión.

Yendo al grano, ambos Oficiales no deberían estar activos en las Fuerzas Armadas; y es que sus avanzadas edades así se lo impiden.

La Ley No. 139-13 Orgánica de las Fuerzas Armadas de la República Dominicana, del 13 de septiembre de 2013 y publicada en la Gaceta Oficial No. 10728 del 19 de septiembre de 2013, fija los límites de edad para su permanencia en las filas militares de sesenta y un (61) años para los Oficiales Generales o Almirantes y de cincuenta y ocho (58) años para los Oficiales Coroneles o Capitanes de Navío.

El General Cepeda y Cepeda, nació el 27 de noviembre de 1938, y por lo tanto cuenta con setenta y nueve (79) años de edad; mientras que el Coronel Kalil Haché, recién acaba de cumplir ochenta y seis años (86) de edad, pues su fecha de nacimiento es el 1 de abril del año 1932.

De manera humilde, nos permitimos decirles que ya es tiempo de que soliciten su retiro honroso como miembros de nuestras gloriosas Fuerzas Armadas.

Si ellos consultan a sus seres más queridos, es probable que les digan lo mismo. Nos parece que ya han dado suficiente al país y a las instituciones armadas, para poder dedicarse a descansar con sus familias; a la vez que les ceden plazas a algunos de generaciones emergentes que esperan sus respectivas oportunidades.

¡Y hasta por el respeto al uniforme militar!


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