Líderes europeos tienen esta semana en sus manos la salvación del euro

España.- Se construyeron una casa tardaron una década, pero no resistió la virulencia del primer gran terremoto. Por ese motivo, los líderes de los 27 comenzarán este jueves a renovar los cimientos de la Unión Europea, empezando por el Tratado de Lisboa, la ley constitucional comunitaria. En una cumbre, los 27 enmendarán el texto, que lleva un año en vigor, para proteger la moneda única, el proyecto europeo más exitoso, creando un fondo de rescate permanente que sustituya al improvisado en mayo, tras el reflote de Grecia.

Esta reforma legal será sólo el principio de decisiones mucho más trascendentes, del diseño de un programa destinado a neutralizar una ‘crisis de supervivencia’ latente, en palabras del presidente del Consejo, Herman Van Rompuy. Tras una reunión que los gobiernos de Alemania y Francia mantuvieron el viernes, Nicolas Sarkozy anunció que presentará junto a Angela Merkel’propuestas conjuntas en las primeras semanas del año que viene’ para apuntalar el euro.

En realidad, como la semana pasada confesó el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, la coordinación europea pasa por un momento de baja forma. Todas las miradas están puestas en la canciller alemana, un inquilino imprescindible que asegura no querer seguir pagando el grueso de las facturas del euro, que hasta ahora se han llevado por delante a Grecia e Irlanda. Para otros estados, como el español, el italiano o el portugués, Berlín tiene una responsabilidad añadida como motor europeo, por lo que no puede permitirse la tentación de defender a toda costa sus intereses estratégicos, como su deuda,a costa de avivar las tensiones en los demás países.

Fuentes comunitarias reconocen que, desde que a principios de año comenzó la crisis de deuda con Grecia, el debate sobre el camino a seguir lo marcan las pasiones o aversiones del Gobierno alemán. Por una parte, la UE ha endurecido el Pacto de Estabilidad con prevención del déficit y castigos cuando se desboque, una de las prioridades de Berlín. Por otra, Merkel ha rechazado de plano la emisión de bonos de deuda europea, ‘una discusión ya enterrada’, según una fuente conocedora de los preparativos de la cumbre. La canciller también ha rechazado ampliar el fondo del euro, dotado con 500.000 millones del Eurogrupo y el presupuesto de Bruselas, y con 250.000 millones del FMI.

Las mismas fuentes apuntan que uno de los principales debates será ‘sobre la armonización de políticas fiscales y económicas’ para complementar el armazón monetario que arbitra el Banco Central Europeo. ‘No será fácil porque todos los estados miembros se resisten a ceder soberanía’, añaden, recordando que los líderes sólo se sienten presionados cuando ‘se ven obligados por los mercados’.


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