Las Dos Aeronáuticas Dominicanas

Por: Capitán Amín Canaán Gómez

Hace algún tiempo un viejo amigo me dijo: Comandante, usted conoce la aeronáutica de afuera, usted no conoce la de “adentro”.

Me tomó dos años y un mes conocer en parte la de “adentro” y en verdad no creo todavía que la conozco de un todo. Veamos algunas incongruencias, mientras más crece el sector oficial, o sea, los organismos del Estado, más y más escasean las oportunidades en el sector comercial en un país donde se ufanan y cantaletean en todos los escenarios sobre la competitividad y que tenemos todas las certificaciones que existen, amén de que nuestra economía está basada en servicios y su espina dorsal es el turismo, la aviación comercial es tan pequeña que ni siquiera en los organismos técnicos oficiales se llevan estadísticas y la quiebra de empresas tiene un efecto dominó.

Desgraciadamente y amargamente, la conceptualización y la tecnología de “telepronter” no ha llegado ni con la Categoría 1 ni con las inversiones de reconocidos “empresarios” a empresa alguna que pueda mantener un servicio acorde a la magnitud del mercado dominicano.

El modelo de logros del sector público IDAC/JAC, no se ha traducido al progreso de la aviación comercial. El equilibrio económico, la armonía entre lo bonito y lo práctico no existe en lo absoluto, los desdichados empresarios locales ni representación tienen y a quien gritarle menos. Los costos operacionales: tasas, salarios, combustibles, gastables, depreciación, rentas, capital e intereses, mientras en la otra banda: banquete, “fiesta y mañana gallo”. Cantinflas en la película de “La Vuelta al Mundo en 80 Días” le quedó corto, los viajes a diestra y siniestra, los viáticos, dispendios y los recibimientos de condecoraciones al merito no acaban y si hablamos de organismos suplementarios y personal supernumerario ahí si que la “pintura es dura”.

A nuestro entender, y de acuerdo a lo que se estila en administración pública, sólo en la ex Unión Soviética pudo haber mayor cantidad de recursos humanos. Recientemente se dieron el lujo de cancelar siete subdirectores y una pila de funcionarios sin funciones, y el organismo ni siquiera lo notó, o sea que así como pasó desapercibido esa carga se pudiera equilibrar económicamente para justificar el abultado sector oficial.

No es nuestro deseo penetrar a las entrañas del monstruo ni escudriñar indelicadezas, pero sí delinear algunas inquietudes: ¿existe en el sector público algún economista que pueda medir el impacto económico de los combustibles? Cuales son los parámetros para ecualizar costos de tasas y servicios… si tuviésemos control de estos factores de seguro que el valor agregado a la economía se sintiera y no estuviéramos con la triste realidad de una burbuja económica aeronáutica.

Países con menos potencial que el nuestro tienen infraestructuras más modestas y sin embargo más actividad aerocomercial, cito: Panamá, Salvador y Costa Rica. Me imagino que COPA, TACA y COPESA deben de tener más empleos directos que los organismos reguladores de esos países, y dejemos las chácharas como Air Panamá, LACSA y LANICA.

Como reflexión, debo de significar que en los últimos veinticinco años la aviación civil comercial ha tenido la mayor depredación, superior al CEA, a la CDE, y a CORDE/Dominicana. Sin contemplación hemos dado un salto al vacío con la desaparición de las líneas aéreas y con el éxodo de nuestros mejores técnicos. La gravedad de esta situación no puede ser medida económicamente sino estratégicamente con el potencial de la competitividad relativa y la hegemonía del mercado.

Las dos aeronáuticas, la blanca y la negra en aceras paralelas, la de adentro y la de afuera. Se necesitará de un buen equilibrista para hacerla una sola pasarela o un científico que se case con la gloria.

Nota: El autor es un reconocido piloto aviador y empresario del sector aeronáutico.


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

*