Lambonismo y otras adicciones política dominicanas

Al madurar nuestros líderes terminan valorando la conducta del hombre de pensamiento libre y en muchos casos opuestos prefieren estar solos, por no entender las adicciones propias del poder.

Interesantemente nadie se dedica al estudio de la política dominicana fuera del realismo ideológico que le caracteriza. Esta razón motiva una pequeña e inspirada flexión sobre el liderazgo, de los diferentes partidos políticos que componen el ecosistema sociopolítico nacional.

La República Dominicana si algo tiene es su capacidad de mutar ideológicamente, conforme a las necesidades y circunstancias del momento, es como si algo estuviera en su memoria génica que lo hace comportarse de una manera tan singular, que pudiéramos definir predecible. Ideológicamente el Dominicano es un ciudadano que acentúa la decima de Juan Antonio Alix, Coger lo Mangos Bajitos, empezamos desde los 12 años de Balaguer(tormentoso mandato), los 4 años de Don Antonio Guzman (terminando en un suicidio), los 4 años de Salvador Jorge Blanco (terminando preso), los 10 anos de Balaguer (fraudes electorales), Don Hipolito Mejia (caso Baninter) presidente Fernández y presidente Medina con la Odebrecht, realmente todos estaríamos cruzados de ese mal político y otras adicciones de las que no podríamos dejar de vivir.

Ahora bien, lo único constante es que ser lambón un es producto nacional de calidad y su aporte a la civilización desde la revolución industrial a la fecha, es lo único que como país podríamos exportar de manera exitosa y claro.. que ser lambón ya es una profesión. El modelo del lambón criollo, goza de una calidad insuperable, que podríamos atribuírselo el padre del lambonismo y la medicridad nacional Don Guacanagary. Hoy en dia el lambón Dominicano goza evidentemente de un prestigio internacional y más cuando se es de sociedad, ya que se presta a todo tipo de amarre dependiendo de que rama se trate y así se materializan los mayores acuerdos, valiéndose de su gran capacidad de allante para allanar caminos, que permitan solucionar cualquier crisis de poder existente, sea de carácter político o económico.

En la República Dominicana, los que viven del cuento que es amigo de fulano y mengano, se valen de amistades pocos leales pero que resultan primarias, para hacerse de una posición, burlándose así de aquel que tiene real merito político, es como si no se dieran cuenta en lo que se terminan convirtiendo que es en un parche mal pegado ante los demás. Pero si la política no fuera una adición ¿Que sería de este país?, ¿como viviríamos?, ¿como conviviéramos? y ¿como aguantáramos? tanta mediocridad e insulto a nuestra inteligencia, si lo que está llamado a resultar serio ya nos resulta una comedia.


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