La quinta libertad

Por: Lic. Félix Calvo

Aunque se produce tres décadas después, la noticia sobre que la República Dominicana y España llegaron a un acuerdo de transporte aéreo que acuerda el otorgamiento recíproco de la famosa clausula de la quinta libertad tiene un significado especial, más allá de lo que ha repercutido.

Es probable que siendo el acuerdo una materia muy especializada, no muchos ciudadanos puedan comprender de inmediato el alcance y el impacto probable que el mismo debe traer en beneficio del país, en el mediano y en el largo plazo.

El anterior acuerdo de transporte aéreo lo firmaron República Dominicana y España en 1968, cuando sobrevivía Dominicana de Aviación junto a Aerolíneas Quisqueyanas, etc., un pequeño nido de ratas de los negocios aéreos que terminaron como se suponía sucedería.

Luego de la quiebra de Dominicana de Aviación, un muy pequeño grupo mafioso que giraba entorno a la presidencia de Balaguer monopolizó las frecuencias de esa quebrada línea aérea y la negociaba a su antojo, por lo que la quinta libertad se transformó en un negocio privado y multimillonario para dos ex funcionarios.

La quinta libertad no es más que el derecho de que otorgan dos o más naciones en materia de transporte aéreo que permite que sus líneas aéreas triangulen pasajeros, siempre y cuando los vuelos se organicen de manera continua.

O más sencillo, desde el momento de entrada en vigencia, por ejemplo, Iberia pudiera recoger pasajeros en Lisboa con destino a Santo Domingo usando cualquier aeropuerto español para llegar a éste último destino.

Hace dos décadas, la República Dominicana perdió una oportunidad de oro cuando Iberia intentó abrir un centro de acopio y redistribución de pasajeros en Santo Domingo. Tanto el grupito mafioso dominicano, con mucha incidencia en la política partidaria, como la entonces poderosa AA boicotearon el proyecto. Iberia, con aviones para vuelos regionales, pensaba recoger viajeros en la Suramérica cercana, en Centroamérica y en Florida para colocarlos en Santo Domingo y desde aquí transportarlos a España y a Europa.

Un poco lo que hacer COPA en la región: ofrece vuelos a Estados Unidos y a América Latina desde cualquier destino regional pasando por Panamá.

Si observamos la reducción acelerada de vuelos hacia y desde República Dominicana de AA, cobra mucha importancia –y urgencia para el país- apurar acuerdos de transporte aéreo que incluyan la quinta libertad. Si para volar hacia y desde Estados Unidos seguimos contando con AA pronto nos quedaremos con un fuerte “apagón aéreo”.

El escenario de AA es grave para la economía dominicana. El turismo, la comunidad dominicana residente en Estados Unidos, el comercio de bienes producidos aquí, como frutas, vegetales y los transformados en zonas francas ameritan bajar los riesgos aéreos del país. A la vez de disminuir esos riesgos debemos apostar a la competencia y por tanto a disfrutar de tarifas competitivas, no monopólicas como las de AA.

Desde cualquier punto de vista el país gana mucho flexibilizando las regulaciones de acceso al espacio aéreo nacional, como el que otorga la quinta libertad. Y como es recíproco capitales dominicanos, o extranjeros que pudieran radicarse en el país, tienen derechos a formar corporaciones aéreas que exploten el negocio.

Fuente: www.7dias.com.do


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