Generalato bomberil afecta disciplina militar y policial

Verde olivo y gris Por El Poliguardia sábado 10 de febrero, 2018 Compartir

¿Qué debe hacer un Coronel militar o policial cuando está frente a un General del Cuerpo de Bomberos, ambos uniformados?

¿Pararse en atención y saludarle con la misma reverencia que a un Oficial General de nuestras Fuerzas Armadas o Policía Nacional?

¿En caso de ese Coronel no pararse en atención y saludar al General del Cuerpo de Bomberos, podría este último “macanearlo” y recomendarle una sanción disciplinaria?

¿De ser así, entonces sería obligatorio rendirle los honores de estilo cuando estos entran a una unidad militar?

¿Acaso importaría que el referido Coronel sea un Oficial de Comando, con amplios estudios militares o policiales y amplia experiencia de más de 20 años en el comando de unidades tácticas y operacionales, y que probablemente el General del Cuerpo de Bomberos no sepa ni nunca haya utilizado una manguera para sofocar un conato de incendio?

¿El hecho de que los Generales del Cuerpo de Bomberos sean ascendidos mediante Decretos del Poder Ejecutivo los faculta a violar la Ley No. 5110 (de fecha 21 de junio de 1912) y el Decreto No. 316-06 (de fecha 28 de julio de 2006) y alegre e ilegalmente usar las insignias y uniformes militares, incluyendo el Gran Cordón Militar Juan Pablo Duarte?

¿Sabe alguien de cuáles privilegios gozan estos Generales Bomberiles, tales como escoltas militares o policiales, uso de armas de fuego con licencias oficiales, placas oficiales, salarios o pensiones?

¿Existe algún otro país del mundo en el cual hayan sido promovidos a Generales de Brigada del Cuerpo de Bomberos la cantidad de veinte (20), en tan sólo dieciséis (16) años? Si alguien duda de este dato, que tan sólo consulte los Decretos Nos. 85-96, 11-99, 1019-00, 158-04, 184-04, 301-04, 302-04, 394-04, 442-04, 443-04, 444-04, 454-04, 456-04, 487-04, 601-04, 66-06, 770-09 y 263-12.

¿No sería mejor imitar a países como Colombia y su Ley No.5175, de fecha 21 de agosto de 2012, mediante la cual se limita el rango del Director Nacional de los Bomberos al de “Capitán en Jefe”?

Preferimos dejar al criterio y buen juicio de nuestros lectores las respuestas a estas interrogantes.

Pero sin ningún lugar a dudas, entendemos que este asunto de los rangos bomberiles es un gran relajo que debe ser solucionado; porque aunque limitamos nuestra investigación a los rangos de “Generales”, sólo imagínense el desorden de ahí para abajo, cuando en pequeños municipios donde no hay ni camión contra incendios y sin embargo hay uno o más “Coroneles” (algunos de estos que han escalado por “riguroso escalafón” en un par de años).
Y de manera categórica aseveramos que el Generalato Bomberil sí afecta la disciplina militar y policial, ¿Quién se atreve a decir lo contrario?