Gabriel Medina Felipe es orgullo y prestigio de pilotos aviadores dominicanos

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A pesar de sobrevolar como piloto al mando de las más modernas aeronaves los cinco continentes y cuatro de los océanos del mundo, en vez de vanagloriarse lo que parece es que ha aumentado exponencialmente el amor por su patria y la calidad humana de Gabriel Medina Felipe, todo lo cual lo convierte en un orgullo y prestigio de los aviadores, y demás profesionales y técnicos de la aviación dominicana.

Es en 1985 cuando empieza su prolongado periplo por nuestros antípodas, es decir por el Oriente Medio y Asia, extensa lejanía y tan disímiles idiosincrasias que no pudieron impedir que se mantuviera bien cerca de sus orígenes y costumbres.

Así que nunca ha perdido la más mínima oportunidad para viajar al país, y reencontrarse con amigos y familiares, incluyendo a sus compañeros de estudios del Colegio Dominicano De La Salle, en el cual cursó la primaria y parte de la secundaria.

Hombre de grandes valores familiares y de enorme sensibilidad social, callado y sosegado, es un apasionado de la aviación quien ha vivido con gran intensidad sus más de veinte mil horas de vuelo.

Algo que también asombra de él es que no obstante sus grandes logros, con toda humildad manifiesta que todavía le falta mucho por aprender de esta ciencia y arte que es la aeronáutica.

Su amor por la aviación se evidencia cuando narra la emoción sentida al visitar hace algunos años el pequeño poblado de Kitty Hawk, venerado lugar del Estado de Carolina del Norte en los Estados Unidos de América, y donde los hermanos Orville y Wilbur Wright hicieron historia el 17 de diciembre de 1903.

Entendemos que hablar sobre su trayectoria personal y profesional obviando a su esposa y compañera sería una gran injusticia. No es necesario conocerla o estar entre sus íntimos, pues sólo basta escuchar la forma respetuosa y amorosa a la cual se refiere de ella, para reconocer su gran valía.

MODERNAS AERONAVES Y GRANDES AEROLINEAS

Con más de 21 años en la prestigiosa Singapore Airlines, desde abril de 1990 a la fecha, en esta se ha desempeñado como instructor de vuelo y como capitán de las siguientes aeronaves: Airbus A340-300, A340-500, Boeing B747-200, Boeing B747-300, y Boeing B747-400.

Allí ha tenido la experiencia, además, de poder operar en más de 90 importantes ciudades a través de todo el mundo.

Antes de viajar a Singapore, es decir entre julio de 1989 a marzo de 1990, laboró como piloto chequeador honorífico de la desaparecida Dirección General de Aeronáutica Civil; y de enero a marzo de 1990 en la extinta aerolínea Antillana de Navegación Aérea, volando como capitán de aeronaves DC8.

En Emirates Airlines, aerolínea propiedad del gobierno de Dubai, trabaja en 1989 como capitán de naves aéreas Airbus A310.

Desde mayo de 1985 hasta marzo de 1989, surca los aires en los Airbus A300-600 de Saudi Arabian Airlines.

DOS ESCUELAS INOLVIDABLES

Si de algo se siente orgulloso el Comandante Gabriel Medina, lógicamente aparte de su familia, es de sus dos inolvidables escuelas: La Fuerza Aérea Dominicana y la Compañía Dominicana de Aviación.

Persona austera y de sencillo vestir, sin nada de prendas o lujos, si en algo se podría considerar jactancioso es por llevar con gallardía en sus manos el anillo de graduación, ya desgatado por el inclemente tiempo, que lo identifica como egresado de la Décima Promoción de Cadetes de la Academia Militar de las Fuerzas Armadas “Batalla de Las Carreras” (1967 al 1970).

Su carrera como hombre del aire se inicia en 1970, cuando comienza a estudiar en la Escuela de Aviación de la Fuerza Aérea Dominicana, graduándose como piloto aviador al año siguiente, logrando los máximos honores de su promoción.

Al momento de su renuncia de esa institución militar en 1982 ostentaba el rango de Capitán Piloto del Escuadrón de Combate, y ya había ocupado importantes cargos en la misma, al igual que realizado muchos cursos especializados, tanto en el país como en el extranjero.

También tuvo la oportunidad de volar los siguientes equipos: T28, AT6, Mustang P51, y Cessna T41; así como aviones Aero Commander, Queen Air, e Islander.

Abril de 1979 es fundamental en su desarrollo profesional, con su ingreso a Compañía Dominicana de Aviación (CDA), donde permanece hasta marzo de 1985; y en los dos años previos voló como copiloto de aeronaves Martin 404 en Aerolíneas Dominicanas, S.A. (ADSA).

En CDA empieza como ingeniero de vuelo de los Boeing B727, convirtiéndose rápidamente en capitán de los mismos. Luego logra ser capitán del Boeing B707, a la vez que instructor y chequeador de esos aviones.

En esa depredada aerolínea del Estado Dominicano ocupa la subdirección de operaciones en varias ocasiones, así como la dirección de entrenamiento.

También logra el hito de ser el comandante del primer cruce del Océano Atlántico que realizó esa línea aérea, en vuelo directo desde el Aeropuerto Internacional de Las Américas hasta el Aeropuerto Internacional Barajas, en Madrid (España); en el B707 propiedad de la empresa, con 176 pasajeros a bordo y tripulación dominicana en su totalidad.

ÍCONO QUE DEBE PRESERVARSE Y UTILIZARSE

Sin lugar a dudas, entre las personas más admiradas por los aviadores dominicanos en las últimas décadas, se encuentra él. Y ese tipo de buenos ejemplos, sobre todo en una sociedad que evidencia una notable decadencia en sus valores, debe estimularse.

Aunque ya fue condecorado por el Poder Ejecutivo con la orden de Duarte, Sánchez y Mella, en el grado Caballero, por sus valiosos aportes a la aviación civil y militar de su país; nos parece que todavía falta mucho por reconocerle al Comandante Medina Felipe.

Al concluir en los próximos meses esta etapa de su vida como piloto en Singapore Airlines, tiene un amplio abanico de opciones sobre qué hacer en el porvenir; y una de las que más le gustaría sería regresar a vivir en nuestra tierra, y ojalá que nuestras autoridades aprovechen esta oportunidad para tenerle entre nosotros y todos nutrirnos de sus valiosas experiencias.


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