El buque escuela Amerigo Vespucci, el barco más bonito del mundo

El buque escuela Amerigo Vespucci no es tan solo el buque más antiguo en servicio de la Marina Militare italiana, sino que además es el barco más bonito del mundo. Esto no lo digo yo. En 1962 el majestuoso navío italiano se cruzó con el portaaviones americano USS Independence en el mediterráneo. En su intercambio de señales luminosas el buque de la US Navy preguntó “¿Quiénes son?”, a lo que el transalpino respondió “Buque Escuela Amerigo Vespucci, Marina Militare”. La respuesta estadounidense forma ya parte de la leyenda: “Son el barco más bonito del mundo”.

Desde su fundación en 1861, la Regia Marina, precursora de la actual Marina Militare, casi siempre ha dispuesto al menos de un buque escuela. El primero fue el Iride, luego el Re Calontuomo (ex Monarca, del que hablaremos después) y después la corbeta Caracciolo. En 1884 entraron en servicio el Flavio Gioia y Amerigo Vespucci, retirados del mismo en 1927 y 1923 respectivamente. En esas fechas, la marina italiana ya tenía un plan para sustituir a los viejos buques escuela, plasmado en la decisión en 1925 de construir dos nuevos buques. El diseño de los barcos fue encargado al teniente coronel Francesco Rotundi del Genio Navale, el cuerpo de ingeniería naval italiano. A sus 40 años Rotundi acumulaba una gran experiencia tras haber trabajado en los Arsenales de Venecia, Taranto y Nápoles antes de pasar en 1914 al “Comitato Progetti Navi”, el comité de proyectos navales del Ministerio de la Marina en Roma.

Para el diseño de los nuevos buques escuela italianos Rotundi se inspiró en el navío de línea Monarca diseñado en 1826 por Felice Sabatelli y construido en el astillero Castellammare di Stabia. Cuando entró en servicio,el Monarca era el buque más grande y más poderoso de la armada italiana, aunque su falta de propulsión a vapor lo dejaba ya obsoleto frente a los navíos de otras armadas. Los nuevos barcos serían muy similares al Monarca, con la misma manga y aumentando su eslora de los 58 a los 83 metros, incluyendo motores para su propulsión pero imitando también su aspecto exterior con sus llamativas líneas blancas sobre el fondo negro del casco que enmarcaban sus líneas de cañones.

En 1926 Rotundi fue designado como director del astillero de Castellammare di Stabia, donde se había construido el Monarca y donde se construirían los dos nuevos buques escuela. Ubicado en el municipio napolitano del mismo nombre, Castellammare di Stabia es el astillero más antiguo de Italia. Allí se construyen barcos desde su fundación en 1783 bajo el reinado de Fernando I de las Dos Sicilias. En activo durante los últimos 300 años, el último gran buque en construcción en Castellammare di Stabia es el buque de asalto anfibio Trieste. Volviendo a nuestra historia, en 1928 el astillero botó el Cristoforo Colombo, el primero de los dos buques escuela casi gemelos. La vida del primero de los barcos hermanos fue mucho más corta y desgraciada que la del Amerigo Vespucci.

El Cristoforo Colombo, nombrado en honor del marino genovés, entró en servicio en 1931 y fue utilizado junto a su gemelo como buque escuela hasta 1943. Tras la Segunda Guerra Mundial el buque, junto a otras unidades de la marina italiana como destructores o submarinos, formó parte de las reparaciones de guerra a entregar a la Unión Soviética establecidas por el Tratado de París de 1947. Rebautizado como Dunaj (Danubio) y repintado en un triste color gris, el buque funcionó como buque escuela en el mar Negro entre 1949 y 1960, cuando el coste de las tareas de mantenimiento a las que tenía que ser sometido era tan alto que los soviéticos decidieron convertirlo en un pontón de transporte de madera para la Marina Mercante Soviética. Tan solo tres años después un incendio casi lo destruyó por completo y permaneció amarrado cerca de Leningrado (la actual San Petersburgo) hasta su desguace en 1971. Lo único que nos queda del Cristoforo Colombo es la figura de Cristóbal Colón de su mascarón de proa, obra del escultor Domenico Amici, en exposición en la actualidad en el Museo Naval de La Spezia.

El Amerigo Vespucci corrió con mejor suerte. Comenzado a construir en 1930 también en Castellammare di Stabia, el buque fue botado el 22 de febrero de 1931 y entregado a la Regia Marina en julio de ese mismo año. Las dimensiones de su casco de acero son de 82 metros de eslora (101 si le sumamos el bauprés) por 15,5 de manga, y está dividido verticalmente por tres cubiertas forradas de teca. Además de su llamativo casco pintado de negro con dos franjas blancas que simulan dos filas de cañones, está profusamente decorado con detalles en pintura ocre y materiales como el bronce y el latón, como el mascarón de proa que representa al comerciante, explorador y cosmógrafo florentino Américo Vespucio que le da su nombre con un mapa en la mano.

Aparejado de fragata, el Amerigo Vespucci cuenta con tres mástiles de acero de 54, 50 y 43 metros de altura que soportan 26 velas de lona olona que suman 2.824 metros cuadrados de velamen con el que puede alcanzar los 12 nudos de velocidad. Como propulsión auxiliar el buque fue puesto en servicio con un par de motores FIAT Q 426, sustituidos en 1964 por dos FIAT B 308 ESS y entre 2013 y 2016, durante su mayor modernización hasta la época, se le instalaron dos motores MTU de 1.360 kW cada uno que le permiten llegar a los 10 nudos de velocidad. A bordo, la tripulación está formada por 264 personas, llegando a las 425 embarcando estudiantes voluntarios y de la Academia Naval.

El buque entró en servicio el 6 de junio de 1931, por lo que es la unidad más antigua en servicio de la armada italiana. Con el lema de “Por la Patria y por el Rey” el Amerigo Vespucci se unió al Cristoforo Colombo para formar la “División de Buques Escuela” italiana bajo el mando del almirante Cavagnari realizando cruceros de instrucción para los alumnos de la Academia Naval Livorno por el Mediterráneo, el Atlántico y el mar del Norte. Durante la Segunda Guerra Mundial ambos buques se refugiaron en Venecia y realizaron navegaciones cortas en el Adriático.

Tras la guerra el lema del buque fue cambiado a “Firme en la furia de los vientos y de los acontecimientos” y en 1978 volvió a cambiar al actual “No es el que empieza, sino el que persevera”, que representa la formación de sus cadetes navales. Hoy en día el buque continúa funcionando como buque escuela desde su base en el puerto de La Spezia, realizando dos cruceros de instrucción al año, uno en verano por el Mediterráneo de corta duración y otro más largo, de tres o cuatro meses, en el cual navega por el Atlántico, el mar del Norte o el Báltico.

A sus tareas formativas el Amerigo Vespucci ha añadido la función de embajador de buena voluntad de Italia por los países y mares que visita, siendo habitual verlo en diferentes puertos del mundo durante grandes acontecimientos y regatas de grandes buques como al Tall Ships Race, en donde abre sus puertas para que los curiosos puedan acercarse y conocer de cerca las interioridades del buque más bonito del mundo. Ah, y como curiosidad final, en 2022 el Amerigo Vespucci se cruzó con el portaaviones USS George H.W. Bush de la US Navy, que dedicó este mensaje al buque italiano: “Sigue siendo, después de sesenta años, el buque más bonito del mundo”.

Fuente: https://vadebarcos.net/


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