Día Mundial del Medio Ambiente y los equipos para el tratamiento de aguas, claves para España

Por: Carlos Otiniano Pulido

Madid.- Pese a los vaivenes regulatorios, nuestro país ha construido en los últimos 20 años un vigoroso tejido industrial alrededor de las energías renovables. Es el tercer exportador de turbinas eólicas del mundo y sede de cuatro de los diez mayores fabricantes de seguidores solares. Pero economistas de la Universidad de Oxford han identificado otro sector que podría ayudar a marcar la diferencia en una economía verde: los fabricantes de equipos para el tratamiento de agua.

El estudio, publicado en febrero pasado, clasifica a una selección de 63 países de los cinco continentes según su capacidad para exportar productos ecológicos y tecnológicamente avanzados, con el propósito de ver qué economías están mejor situadas para prosperar en un escenario de transición energética. En este Índice de Complejidad Verde, España ocupa el puesto 12, a buena distancia de los líderes Alemania, Italia o EE UU.

Sin embargo, los investigadores dieron un paso más y evaluaron también el potencial que tenían las naciones para diversificar su oferta verde con productos en los que todavía no son competitivas. Así, concluyeron que España podría saltar al tercer puesto, si a los aerogeneradores y paneles solares sumase otros bienes como medidores de líquidos, válvulas reductoras de presión, filtros y purificadores de aguas residuales.

La mayoría de estos sistemas se utilizan en hidroeléctricas, desalinizadoras y depuradoras, aunque también sirven para controlar fluidos en refinerías, plataformas petroleras, centrales térmicas y nucleares. Si bien no parecen ser los equipos más complejos hechos aquí, el estudio sostiene que el país tendrá más opciones de escalar en el ranking si gana competitividad en ellos.

España podría saltar del puesto 12 al número 3 en la lista de productores ecológicos

“España ya tiene fortalezas en torres y mástiles de celosía, que se utilizan para soportar turbinas eólicas, y en otros componentes de aerogeneradores como cajas de engranajes y cambiadores de velocidad. Pero nuestro análisis del potencial se centra en bienes en los que los países aún no son fuertes”, aclara Penny Mealy, una de las autoras del estudio. “Los medidores y las válvulas de agua son algunas de las maquinarias representativas en las que es más probable que el país desarrolle una ventaja competitiva en el futuro, dada su capacidad productiva existente”, añade.

Un sector netamente exportador

El informe sugiere que España debería esmerarse en liderar el mercado de estos sistemas, lo que no significa que no los exporte ya. Los casi 90 fabricantes españoles de equipos para el tratamiento de aguas facturan 2.400 millones anuales, de los cuales 1.900 millones corresponden a ventas internacionales, según Fluidex, la asociación de la industria.

“En algunos casos, las compañías exportan el 90% de su producción, aunque la media de nuestros asociados está en el 70%”, precisa Elena Fernández, directora de Fluidex, quien recalca que se trata de un sector “netamente exportador”, al que en esta crisis del Covid resulta crucial proteger, ya que da empleo directo a cerca de 9.000 personas y, de manera indirecta, a casi 20.000. “Nos preocupa la deslocalización de otras industrias. Si nos toca vivirlo supondría una gran pérdida social y económica”, alerta, en velada alusión a la salida de Nissan de Barcelona.

El ascenso en el ranking depende de que el país gane ventaja en componentes de depuradoras.

El principal destino de estos equipos es Europa, si bien EE UU, Oriente Medio y América Latina son mercados en los que tienen una amplia presencia, “a pesar de que nos incorporamos más tarde y la tradición exportadora de nuestros rivales es mayor”, admite. Entre ellos señala a Italia como el más agresivo. “Los países de bajo coste operan también en muchos de los sitios en los que trabajamos. No son realmente competencia, pero lo serán el día que ajusten su calidad a nuestros estándares”, advierte.

Fernández sostiene que la ventaja competitiva de los sistemas españoles reside en su “excelente” calidad y precio atractivo. “Pero quizá nuestra mayor virtud sea la adaptabilidad a los requerimientos del cliente. Esto se debe a que la mayoría de firmas del sector son pymes y tienen mayor grado de flexibilidad que las multinacionales”, explica. El mercado global está dominado por gigantes como la francesa Suez Environnement, las estadounidenses Xylem, Dow Water & Process Solutions y Evoqua, y la alemana BASF.

Recreación por ordenador de la desaladora Tseung Kwan O que Acciona construye en Hong Kong. Acciona Azud (Murcia), Arflu, Belgicast e Irua Tech (Biz¬kaia), Conthidra (Sevilla), Comeval (Valencia), Grupo Cuñado, TTV y Sigeval (Madrid), Hidroten (Alicante), MTS Valves (Álava) y Vega Instruments (Barcelona) son algunas de las firmas más importantes del sector. Muchas de ellas crecieron en los últimos 50 años como suministradoras de las centrales hidráulicas y proyectos de energía que se ejecutaron en el territorio nacional. Con esa experiencia salieron luego al exterior de la mano de grandes constructoras como Sacyr, Acciona y ACS.

“Las ingenierías nacionales siguen siendo para nosotros motor de proyectos, pero la proporción de los que se desarrollan aquí respecto a los que se hacen fuera es realmente pequeña”, dice Carlos David Cuñado, presidente del Grupo Cuñado, que obtiene el 80% de sus ingresos en países como Argelia, Arabia Saudí u Omán. El empresario añora un mayor gasto público en infraestructuras.

Fernández, de Fluidex, coincide en que ahí puede estar la clave para ganar la competitividad de la que habla el estudio de Oxford: “Somos pioneros en obras hidráulicas, pero en casa del herrero, cuchillo de palo. Estamos recibiendo llamadas de atención de la UE por la falta de depuradoras”. En efecto, el Estado ha pagado ya 32,7 millones en sanciones. “Hay que invertir en agua”, insiste, “un bien escaso que por nuestra situación geográfica debemos cuidar”.

Demanda de proyectos en Estados Unidos

Proveedores. Los fabricantes de equipos para el tratamiento de aguas deben su internacionalización al buen desempeño de las grandes constructoras españolas en la ejecución de proyectos de desalinización en el exterior, a las que en muchos casos han acompañado como proveedoras. No en vano, Sadyt –filial de Sacyr–, Acciona Agua y Tedagua –de ACS–, figuran entre las 10 mayores constructoras de desalinizadoras del mundo, según Global Water Intelligence.

Imagen. Esa experiencia y el liderazgo de España en desalinización (es el quinto país del mundo y primero de Europa por capacidad instalada con casi 5 millones de m3/día) explican la buena imagen que se tiene de las empresas españolas de equipamiento en Estados Unidos, señala un informe publicado por Icex el pasado 27 de febrero.

Estados. La oficina de Icex en Chicago ha identificado oportunidades para estas empresas en California, Texas y Florida, estados en los que existe una gran demanda de infraestructuras de agua y una legislación cada vez más favorable a la inversión. Amén del mal estado de las redes de distribución.

Presencia. Al menos ocho firmas españolas del sector tienen filiales en EE UU (Fluidra, Grupo Cuñado, MTS Valves, Tubos Reunidos, Tubacex, Ingeteam y Arflu) y podrían beneficiarse de un mercado que en equipos para el tratamiento de aguas movió 25.600 millones de euros en 2017 y que en redes de distribución alcanzará este año 14.000 millones, prevé Ibisworld. Se espera que las infraestructuras de agua reciban parte del billonario paquete lanzado por Donald Trump para sacar a la economía de la crisis provocada por el Covid.

Las renovables mantienen su atractivo inversor pese al Covid

A pesar de la crisis económica provocada por el Covid, España recuperó posiciones entre los países más atractivos del mundo para la inversión en energías renovables y se situó en el puesto 11 del último ranking internacional elaborado por la firma de servicios profesionales EY.

El país subió cuatro posiciones en la clasificación del Renewable Energy Country Attractiveness Index, desplazando a Marruecos, Chile, Egipto y Argentina, para ubicarse undécimo, por debajo de EE UU (líder por primera vez desde 2016), China, Francia, Australia, Alemania, Reino Unido, India, Dinamarca, Holanda y Japón.
EY atribuye este avance a que la pandemia no ha impedido que la política climática y energética siga siendo una de las prioridades del Gobierno, lo que se ha reflejado en la aprobación de planes para aumentar la energía eólica y solar. “Debido a estas medidas, la mayoría de los inversores son optimistas con respecto a los proyectos del sector a medio plazo”, señala.

Es más, Víctor M. Pérez, socio del sector de energía de EY, destaca que el español es, desde 2008, el mercado europeo más importante en capacidad de energía solar. El experto no espera que la crisis del Covid tenga grandes repercusiones en la actividad más allá de los contratiempos en la cadena de suministro y retrasos en la construcción de algunos proyectos.

“Las energías renovables son las más competitivas del mercado y serán pieza clave en la recuperación económica para una salida en verde de la crisis”, comenta David Ruiz de Andrés, consejero delegado de Grenergy, para quien no es de extrañar que España sea uno de los países más atractivos para invertir.

Fuente: https://cincodias.elpais.com/


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