Aviación dominicana está como la Torre de Babel

Por: Cap. Amín Canaán Gómez.

En el libro de Génesis de la Biblia, capítulo 11- 4.5, 6.7, 7, 8 y 9, se explica como Yahveh puso a los habitantes de la Tierra a hablar en diferentes lenguas, y los separaba para que no se entendieran y no lograran hacer la torre propuesta.

Esto no sólo ha pasado en el sector aeronáutico sino en todos los que ha tocado el PLD en su gestión. La “conceptualización” de los principios y la aplicación de la “mansa Dictadura con Apoyo Popular” no han rendido los frutos deseados para el pueblo. En la teoría el programa de gobierno del partido gobernante proponía un desarrollo sostenible y armonioso con la realidad del país, cosa esta que no ha resultado y mucho menos la podrán realizar en lo que le falta por transitar.

Decimos que están hablando en diferentes lenguas, ya que los dos organismos más importantes del sector público, el Instituto Dominicano de Aviación Civil (IDAC) y la Junta de Aviación Civil (JAC), en sus expresiones y acciones difieren en lo que ambos debieran de coincidir. La JAC, eufórica, da a la publicidad la cantidad de 1,676 operaciones de vuelos “CHARTER” aprobados en el primer trimestre del presente año; triste realidad puesto que de ese pastel sólo nos tocará oler la contaminación ambiental y colectar las tasas y los servicios, no tanto así para el valor agregado a la economía a como si una porción equitativa fuera realizada por empresas dominicanas.

Por el otro lado, “Avanzamos Volando”, el singular mensaje del IDAC, de por sí es una garrafal distorsión de la realidad. Primero, porque las incidencias de las operaciones aéreas de empresas nacionales son tan ínfimas en carga que no pasan de un cabotaje menor de un uno por ciento (-1%) y en pasajeros transportados, como no se llevan estadísticas en el IDAC ni en la JA ni en el Departamento Aeroportuario, no hay forma de constatar la realidad. Entre vuelos comerciales de dos empresas con itinerarios, una de éstas a punto de cerrar sus puertas, otras cuatro de vuelos no regulares y otras empresas de servicios especializados, le faltaríamos a la verdad si todos combinados con la aviación deportiva y privada llegásemos a un uno por ciento (1%) de las operaciones realizadas.

Estos dos axiomas de incongruencia de dos organismos del Estado, ligado a la falta de propuestas serias y de una voluntad política coherente con la realidad dominicana, son el resultado de lo que es la actual aviación comercial.

Adolecemos de una solida infraestructura capaz de darle apoyo a la producción y comercialización de nuestros productos agrícolas y de suministrar un valor agregado a la economía para crear fuentes de empleo.

Peor aun, haciéndonos eco de los movimientos de apoyo en torno a las candidaturas del próximo torneo electoral, los cuales hasta la fecha no han podido realizar propuestas serias, pensamos que sí ha sido pobre la participación hasta ahora en el debate de la vida nacional del sector de la aviación, ¿cual será el derrotero en los próximos cuatro años de la administración pública para la ya caótica y diezmada aviación civil comercial?

Al igual que otras áreas como la producción nacional, la seguridad ciudadana, la educación y la salud, las demandas sociales tendrán mucho que ver con la generación de empleos y el uso de los recursos del Estado.

Sería interesantísimo ver un debate de propuestas de los movimientos políticos que tercian en las próximas elecciones presidenciales del 20 de mayo, además de que se incluyeran en los programas de gobierno de los mismos. Hasta ahora, sólo los predestinados que han chupado las mieles del poder para beneficio personal se perfilan como los siempre ganadores, justificando cada vez más el Génesis y a Yahveh.


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