Arranca vuelta científica a través de océanos y mares del mundo

Comienza la vuelta científica al mundo. La expedición española Malaspina zarpó ayer de Cádiz en el buque oceanográfico Hespérides en un ambicioso proyecto para investigar el cambio global, el estado de los océanos hasta grandes profundidades y la biodiversidad marina a gran escala. Durante siete meses, recorrerá los grandes océanos y cuatro continentes; más de 30,000 millas naúticas de trabajo científico.

Poco antes de las dos de la tarde, el comandante Juan Antonio Aguilar dio la orden de zarpar: ‘Largar toda’. La rápida maniobra se efectuó en medio de saludos y aplausos entre el personal del barco y las autoridades, científicos y familiares concentrados en el muelle gaditano. A bordo van casi un centenar de personas -30 científicos- que realizan el primer tramo de la campaña, de Cádiz a Río de Janeiro. El barco no regresará a España hasta julio de 2011, tras cruzar tres veces el Atlántico y navegar por el Índico y el Pacífico. La expedición ‘aúna a toda la comunidad científica marina española’, dijo el investigador del CSIC, Carlos Duarte, coordinador de Malaspina. Y para dar una idea de su importancia apuntó: ‘El océano es el mayor ecosistema del planeta y menos explorado’.

La expedición conmemora el viaje de circunnavegación, de objetivos científicos y geopolíticos, que lideró el marino Alejandro Malaspina, de 1789 a 1794. ‘Fue la última gran expedición marítima española del siglo de las luces’, recordó ayer en Cádiz la ministra de Defensa, Carme Chacón. Su homóloga de Ciencia e Innovación, Cristina Garmendia, dijo que el proyecto ‘habla de una nueva realidad de la ciencia española y de la situación de nuestros investigadores’. El coste de la expedición asciende a casi seis millones de euros, de los que 4,3 millones proceden de Ciencia e Innovación. El CSIC y la Fundación BBVA también contribuyen.

La expedición está organizada de tal manera que se realizarán muestreos y tomas de datos multidisciplinares del agua en 250 puntos (hasta 5,000 metros de profundidad) y la atmósfera. En total, serán 70,000 muestras de aire, agua y plancton. Además, se lanzarán al agua 20 boyas especiales para medir, cada 10 días, la salinidad y la temperatura del agua hasta 2,000 metros de profundidad y transmitir los datos vía satélite. Otras boyas ayudarán a calibrar la información del satélite de observación de la Tierra SMOS, de la Agencia Europea del Espacio.

La ingente cantidad de datos, explicó Duarte, se utilizará en parte para los estudios del proyecto, pero se va a generar a la vez un gran banco de muestras que permanecerá sellado durante 30 años, como legado para los investigadores del futuro. Se trata, por un lado, de dejar una herencia global que sirva de base para hacer seguimiento de la evolución de las condiciones del planeta mediante estudios comparativos. Por otro lado, se quiere preservar ese material para que pueda ser analizado con futuras técnicas avanzadas ahora inimaginables. La Universidad de Cádiz se encargará de albergar y custodiar este legado para el futuro.

La exploración de la biodiversidad, la evaluación del cambio global y la formación de jóvenes investigadores, son ejes fundamentales del proyecto, que abarca oceanografía física, biogeoquímica, contaminación, estudio del fitoplancton, biodiversidad micro-biológica y ecología. Duarte hizo hincapié en lo que llama ya Mala-espinómica, es decir, la capacidad de abordar en la expedición la ingente cantidad de diversidad genética del océano profundo con técnicas genómicas avanzadas.

La derrota del Hespérides se ha diseñado, ‘teniendo en cuenta los objetivos científicos, pero también las condiciones climatológicas’, señaló Aguilar. ‘En esta primera derrota, entre Cádiz y Río de Janeiro va una treintena de científicos que representan a muchos investigadores más que irán embarcando más adelante desde otros puertos y colegas que seguirán los datos de los laboratorios en centros de investigación de todo el mundo, en total más de 400 especialistas están implicados en este gran proyecto’, explicó Rafael Rodrigo, presidente del CSIC. Unos 250 investigadores de 19 instituciones españolas participan en la campaña junto a otros 150 de 16 instituciones extranjeras.

El Hespérides -al que ayudará a investigar el buque Sarmiento de Gamboa- ha partido con dos meses de retraso, esencialmente, por la puesta a punto del barco para la expedición. De estas operaciones se ha encargado la Armada, pero ha estado pendiente de la transferencia de fondos de Ciencia e Innovación para acometer los trabajos, dado que no podía adelantar el dinero. El reajuste de fechas ha significado también el recorte de la campaña en más de 10,000 millas, suspendiendo los tramos inicialmente previstos por el Atlántico Sur y la Antártida.

Los aplausos y saludos se concentraron en pocos minutos emotivos tras una mañana de visitas oficiales. Nada más apartarse el Hespérides del muelle, en un gesto significativo, Duarte se quitó la corbata y la ondeó al viento saludando. ‘Nos dais mucha envidia’, dijo Rodrigo a los que partieron. ‘Buen viaje’.


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