Ventas de aviones de lujo no decrecen en Rusia

Moscú.- Pese a la crisis y a que el patrimonio de los 200 hombres más pudientes de Rusia se ha reducido un 10 por ciento de promedio en los últimos 12 meses, las ventas de aviones de lujo no decrecen. Así se pudo constatar en la séptima edición de la JetExpo de Moscú, celebrada recientemente.

Y es que en un país tan grande como Rusia no hay más alternativa que el transporte aéreo para superar sus enormes distancias y cuanto más cómodo sea, mejor. Por eso los potentados rusos procuran no privarse de nada. Sus espectaculares aeronaves están equipadas con todo lo imaginable: bar, cocina, comedor, dormitorio, sala de reuniones, jacuzzi con hidromasaje y hasta sala de juego.

Son auténticas viviendas volantes con asientos forrados en piel y recubrimientos de maderas nobles. Los hay pequeños para distancias cortas, como el Pilatus-12 NG, con capacidad para 9 pasajeros y una autonomía de 2.900 kilómetros; y muy grandes. Tal es el caso del Airbus ACJ340, construido sobre la base del avión de línea Airbus 340. Tiene un precio de unos 300 millones de dólares y su autonomía alcanza los 14.300 kilómetros.

Uno como ese tiene Alisher Usmánov, accionista de Metalloinvest y del club de fútbol Arsenal de Holloway (Londres). Es el hombre más opulento de Rusia con una fortuna, según la revista Forbes, de 18.100 millones de dólares –14.203 millones de euros aproximadamente–. El presidente de la petrolera Lukoil, Vaguit Alekpérov, cuenta en su flota también con otro Airbus, el ACJ319, algo más pequeño que el 340 pero también enorme para un avión privado. Puede volar sin repostar 11.650 kilómetros. Alekpérov, cuyas propiedades se cuantifican en 13.500 millones de dólares, es el quinto magnate más acaudalado de Rusia. Disfruta además de un jet Bombardier Challenger 605, que es algo más sobrio, pero idóneo para distancias medias.

Otro de los aparatos que causaron sensación en la JetExpo fue el resplandeciente y confortable Embraer Legacy 600. Uno idéntico tiene Mijaíl Prójorov, jefe del grupo financiero Onexim. Ocupa el puesto siete en la lista de ricachones rusos con 13.200 millones de dólares. Es dueño del club estadounidense de baloncesto New Jersey Nets y hora se dedica a la política.

Román Abramóvich, considerado el oligarca ruso más glamuroso y próximo al presidente Vladímir Putin, prefiere los Boeing. Posee el BBJ767. Su autonomía es de 11.270 kilómetros y su precio puede subir hasta los 310 millones de dólares, dependiendo del equipamiento de sus salones. Abramóvich controla, entre otras cosas, el grupo Evraz y el club londinense Chelsea. En la lista de Forbes ha bajado este año al noveno lugar con 12.100 millones de dólares de patrimonio.

En horas bajas se encuentra Oleg Deripaska, otro magnate que también se lleva muy bien con Putin. De los mencionados es el más modesto. Tiene sólo 8.800 millones de dólares y ocupa el puesto catorce de la lista de multimillonarios rusos. Vuela en un Gulfstream G550, pequeño, pero espacioso, barato (35 millones de dólares) y rápido (925 kilómetros por hora). Su autonomía, 12.046 kilómetros, es también notable.

Fuente y foto: http://www.abc.es


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