Una pastilla diaria evitaría 65% casos cáncer de mama

Madrid.- Es una creencia general que el cáncer de mama se puede prevenir gracias a los programas de aplicación masiva de mamografías a mujeres a partir de los 45 o 50 años. Sin embargo, lo que en realidad se promueve con este tipo de vigilancia no es acabar con el tumor femenino más común se calcula que se diagnostican alrededor de 20.000 casos anuales en España, sino detectarlo precozmente para evitar que sea mortal.

Ahora, un estudio ha revolucionado el concepto de prevención del cáncer de mama. Por primera vez, se ha demostrado que la administración diaria de un comprimido exemestano durante al menos tres años, disminuye los casos de la enfermedad en un 65%. El trabajo ha sido bendecido por la ciencia médica, como lo demuestra su publicación en la prestigiosa New England Journal of Medicine(NEJM) pero, a la vez, abre el debate sobre numerosas cuestiones: ¿Se debe medicar diariamente a mujeres sanas para evitar un caso de cáncer por cada 25 mujeres que tomen el fármaco? ¿Debería generalizarse esta práctica o limitarse sólo a los grupos de más riesgo de padecer la enfermedad? ¿Quién lo pagaría?

Las mamografías no evitan los nuevos casos, aunque se detecten antes

Tratamiento de tres años

El especialista del Hospital General de Massachusetts (EEUU) Paul Goss, autor principal del trabajo que contó con una importante participación española, presentó ayer el estudio en la reunión anual del Grupo Español de Investigación en Cáncer de Mama (GEICAM), que se celebra en Madrid. Su apuesta personal: todas las mujeres mayores de 60 años deberían al menos empezar a tomar el medicamento y, si en tres meses lo toleran bien (como lo han hecho la mayoría de las participantes en el estudio), seguir con el tratamiento (una pastilla diaria) al menos tres años.

El coordinador de la parte española, el oncólogo del Hospital Nuestra Señora de Sonsoles de Ávila José Enrique Alés, reconoce que no sabe ‘lo que pasará’ pero anuncia: ‘Trabajaremos para explorar el beneficio en la población general, para que llegue, y podamos ahorrarnos el mayor número de casos de cáncer’.

El autor del estudio apuesta por el consumo masivo en mujeres mayores

A pesar de su apuesta personal por el uso amplio del medicamento que, actualmente, sólo está aprobado para mujeres que ya han tenido un primer cáncer de mama, Goss cree que, a la hora de la verdad, sólo usarán el fármaco de forma preventiva las mujeres que presenten alteraciones en la mama con riesgo de convertirse en cáncer, pero que aún no lo sea. ‘Eso es lo que creo que va a pasar, pero no lo que debería pasar’, insiste el oncólogo, que define el mecanismo de acción del fármaco como ‘una forma de dar la vuelta al reloj, de poner la cuenta a cero después de toda una vida en la que los hábitos han hecho aumentar tu riesgo de cáncer de mama’. Según sus cálculos, si en España se medicaran todas las mujeres aptas, se evitarían entre 10.000 y 12.000 casos de cáncer de mama al año.

El jefe de Oncología Médica de Hospital Gregorio Marañón de Madrid, Miguel Martín, opina que se debería ’empezar ya’ a discutir con mujeres de riesgo el uso del fármaco. ‘El estudio es impecable y llevamos años utilizando el exemestano; sabemos que es muy seguro’. Cuando el estudio se presentó en el congreso anual de la Sociedad Estadounidense de Oncología Médica (ASCO), una de las principales críticas se refirió al poco tiempo de seguimiento (tres años) de las participantes. Goss considera que esto se justifica por la cantidad de estudios que se han realizado con el fármaco para prevenir recaídas de un primer cáncer de mama. Según sus datos, en mujeres que usaron el fármaco para evitar un segundo cáncer, el efecto protector duraba al menos 10 años después de dejar de tomar la pastilla durante cinco. Con respecto a las críticas, para Goss lo más importante de este estudio ‘que es un experimento, no demuestra ningún concepto’, es que ‘abre un debate’ y que se ha ‘subido el volumen’ sobre un asunto que ‘cambiará el curso de la prevención del cáncer de mama’.

La práctica ausencia de efectos secundarios destacables entre las mujeres que tomaron exemestano frente a las asignada a placebo es uno de los puntos fuertes del trabajo y lo que lo hace especialmente novedoso, ya que la estrategia de intentar frenar el cáncer con medicamentos no es nueva. De hecho, hay dos medicamentos aprobados para ello raloxifeno y tamoxifeno que, sin embargo, apenas se utilizan en la práctica, ya que aumentan el riesgo de eventos cardiovasculares y otros tipos de cáncer, algo que no ha hecho el exemestano que, además, puede no ser el único fármaco que tenga este tipo de efecto protector. De hecho, Goss menciona el estudio IBIS-II, un trabajo británico muy similar al suyo, que compara la administración de anastrozol un fármaco de la misma familia que el exemestano, cuyos resultados ‘podrían ir en la misma línea’.

Entre sus puntos fuertes, los escasos efectos secundarios

Financiado por la industria

El trabajo del NEJM ha sido financiado por el fabricante de exemestano, Pfizer. Sin embargo, según los autores, es altamente improbable que esta empresa se beneficiara de una probable generalización del consumo del fármaco, por una sencilla razón: la patente del medicamento acaba de concluir en EEUU y está a punto de hacerlo en España, donde ya hay autorizados más de 10 versiones genéricas del producto, lo que implica una bajada de precio radical.

Así, según Gloss, el precio del tratamiento anual en EEUU rondaría los 600 dólares. En España, con la versión de marca, Aromasil, costaría ahora 2.000 euros, pero la cifra se supone que se reducirá a más de la mitad. La pregunta obvia tras la presentación de estos datos es si los médicos empezarán a recetar el fármaco a mujeres en riesgo de tener la enfermedad, un concepto que, según los autores del estudio, se puede aplicar a toda mujer mayor de 60 años. ‘Sé que suena como una medida radical’, apuntó Goss, ‘pero tienen un mayor riesgo de cáncer de mama que una mujer de otra parte del mundo’.

Aún está pendiente saber quién pagaría el tratamiento

Una visión discordante la aporta el presidente de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), Emilio Alba. ‘El estudio es impecable, pero así como la reducción relativa del riesgo es muy alta, no lo es tanto la absoluta; es decir, el número de casos de cáncer de mama es bajo en los dos grupos, por lo que no sé si se debería aplicar a todas las mujeres’.

‘Según los datos del estudio, se evitaría el mismo número de casos de cáncer que accidentes cardiovasculares se evitan con las estatinas’, comenta por su parte Miguel Martín. Alés afirma: ‘El dato es incontrovertible, pero tenemos que hacer la digestión del estudio. La eficacia es buena y la seguridad también, lo que determinará la tolerabilidad; es decir si, en el caso de que lo recomendáramos, las mujeres lo tomarían’.

Eso sí, el uso de exemestano para la prevención del cáncer supondría utilizarlo fuera de su indicación por lo que, según la ley, no podría recomendarse ni ser financiado.


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