Una diminuta isla caribeña es el destino turístico más caro del mundo
Salir de vacaciones es una de las experiencias más placenteras de la vida. Dejar a un lado la cotidianidad y sentirnos libres de responsabilidades durante unos días no solo tiene que ver con el ocio: es una experiencia trascendental que nos recarga de energía para continuar nuestros proyectos con más ahínco cuando toque regresar a casa.
Pero no todos podemos permitirnos los mismos lujos. Por eso la revista Florida Panhandel analizó una lista de 100 destinos vacacionales anhelados por el público para determinar cuáles son los más caros y cuáles son los que el común de los mortales puede pagar.
Para ello, sus especialistas tomaron en cuenta los tipos de alojamiento y la tarifa diaria promedio, así como los costos promedios del transporte, de las 3 atracciones más populares, de la comida y de los vuelos.
Los expertos concluyeron que la isla caribeña de San Bartolomé es el destino turístico más costoso del mundo. El mayor gasto no es la comida, que ronda un promedio diario de 58 dólares por persona y tampoco el transporte, que aunque no es regalado, puede costar unos 24 dólares diarios. El golpe al bolsillo lo dan las elevadas tarifas de alojamiento de esta exclusiva isla de 25 kilómetros cuadrados, que tienen un promedio de 1.700 dólares diarios por persona o 3.783 dólares para una familia de cuatro.
“Según nuestros cálculos, el costo total de un solo día para una persona fue de 1.852 dólares y eso ni siquiera incluye el costo del pasaje aéreo. Un boleto de ida y vuelta en una aerolínea estatal popular como LAX a SBH (el aeropuerto principal más cercano) cuesta en promedio 2.772 dólares. Afortunadamente, todas las atracciones están basadas en la naturaleza, por lo que no cuesta nada explorar esta hermosa ciudad”, dice la publicación especializada en turismo.
¿Qué más sabemos de Saint Barth?
Lo primero es aprender a identificarla por sus distintos nombres. El nombre en español es la isla de San Bartolomé, pero su nombre oficial es Collectivité de Saint-Barthélemy, en francés, porque forma parte de las Antillas Francesas, un grupo de islas que pertenecen a Francia. Pero si te interesa averiguar más por internet o preguntar sobre paquetes turísticos a tu agente de viajes, te recomiendo que utilices su abreviación St. Barth o St. Barts.
Se trata de una diminuta isla de arenas blancas, clima cálido y aguas cristalinas del Mar Caribe. Se encuentra a sólo 35 kilómetros de San Martín, una isla perteneciente a las Antillas Holandesas y a unos 240 kilómetros al este de Puerto Rico.
Sus habitantes originarios fueron los arawacos, como se les conoce a los pueblos indígenas que poblaron las Antillas caribeñas antes de la llegada de Cristóbal Colón en 1493. El nombre de la isla fue colocado en honor un hermano del navegante que se llamaba Bartolomé. Los franceses fueron los primeros en intentar colonizarla y eventualmente fue usada como refugio cuando los piratas saqueaban los galeones españoles.
Su capital se llama Gustavia, y debe su nombre al rey Gustavo III de Suecia, monarca que compró la isla a Francia en 1784.
Pero no fue sino hasta mediados del siglo XX que llegarían los tiempos de gloria de St. Barts, luego de que el excéntrico aviador holandés Rémy de Haenen aterrizara en el lugar donde actualmente se encuentra el aeropuerto que lleva su nombre. Le gustó tanto lo que vio que apostó por construir un hotel en la entonces desolada isla y luego se dedicó a invitar a sus ricos y poderosos amigos a conocerla.
En la década de 1960, St. Barth era un destino frecuente de millonarios y celebridades como Greta Garbo, Howard Hughes y David Rockefeller.
Todo lo que puedes hacer en el paraíso
Cualquier época de año es buena para visitar esta exclusiva joya del Caribe, donde todos los días son de relajación y diversión. Algunos turistas pasan sus vacaciones asistiendo a las fiestas organizadas por los lujoso hoteles y resorts, comprando artículos de lujo en tiendas de diseñador que están exentas de impuestos y cenando las maravillas que preparan los chefs de renombre internacional.
Otros prefieren mantenerse de bajo perfil en sus multimillonarias propiedades que tienen todas las comodidades posibles. Mientras que los viajeros más sencillos se relajan en las hermosas playas apartadas, hacen senderismo por las montañas, pasean por Gustavia, y disfrutan de los espectaculares cielos estrellados caribeños.
Los amantes de los deportes acuáticos se sienten como pez en el agua en St. Barth. Los que prefieren el buceo se zambullen a explorar grandes cuevas, naufragios o los espectaculares arrecifes de coral que hay alrededor de Pain de Sucre, un islote ubicado frente a la capital.
Los vientos también son favorables para la práctica del windsurf, el paddleboard, el kitesurf o para los paseos en botes de vela.
Si lo que te gusta es que te consientan, hay varios hoteles que ofrecen sus spas al público en general. Allí podrás recibir masajes, tratamientos faciales, manicuras y pedicuras.
Y no puedes irte sin disfrutar de una tarde cultural visitando el Museo de la Casa del Muro, que se encuentra en un edificio histórico restaurado que data del período sueco (1785-1878) y exhibe artefactos y documentos pictóricos del pasado de St. Barth.
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