Turismo inclusivo: las barreras que enfrentan las personas con discapacidad

Llegó el verano y planificar las vacaciones debería ser un momento de placer y disfrute. Sin embargo, las personas con algún tipo de discapacidad atraviesan los procesos del turismo de una forma más compleja y estresante.

El turismo accesible es aquel que está pensado para que personas con alguna discapacidad puedan disfrutar y sentirse incluidas en los viajes y actividades recreativas. Este debe concebirse en pos del diseño universal y la accesibilidad. El diseño universal se da cuando los productos y servicios están considerados para que todas las personas, incluidas aquellas que tienen alguna discapacidad, puedan utilizarlos. En este sentido, una playa u hotel es accesible cuando elimina estas barreras y ofrece igualdad de condiciones para todas las personas.

Daniela Aza, es Licenciada en Comunicación e influencer de la discapacidad con una Artrogriposis Múltiple Congénita, que afecta a las articulaciones generando contracturas. “Recuerdo mi última experiencia en el sur argentino, el avión no tenía manga para acceder sin escaleras y esto me generó mucho estrés, incluso había detallado cuando saqué el pasaje que necesitaba asistencia” se lamentó la comunicadora.

Aún son muchas las barreras que enfrentan las personas con discapacidad que impiden su participación y relajación en espacios turísticos. Es cierto que en los últimos años, hubo pequeños avances como: playas más accesibles con apoyos e infraestructuras adaptadas, pero eso no es suficiente para lo que verdaderamente se denomina turismo inclusivo.

De momento , existen limitaciones que afectan a todo el proceso como la falta de accesibilidad (física y también en sistemas de comunicación como Braille o lengua de señas, pictogramas para personas con autismo) en las publicidades y sistemas de gestión de reservas, en transportes, alojamientos y hoteles, balnearios y playas y hasta en los espacios de recreación o esparcimiento como teatros, cines, restaurantes. Por último, cabe mencionar la importancia de contar con accesibilidad y eliminación de barreras en excursiones y paseos así como el transporte que también debe asegurarse que se encuentre adaptado para todas las personas.

“Todavía existen muchos puntos pendientes en cuanto al turismo inclusivo y eso se ve cuando las personas con discapacidad nos tomamos vacaciones, decidimos ir al teatro o a cenar o tomar algo. De alguna manera nos quedamos afuera de ciertos lugares” denuncia Daniela Aza.

Las tres claves que tiene que tener un espacio para ser inclusivo

• Arquitectónicas: eliminación de obstáculos físicos y adaptación de entornos. Esto incluye la instalación de rampas de acceso, sillas anfibias, habitaciones adaptadas para personas con discapacidad, señalización clara y comprensible, y servicios que tengan en cuenta las necesidades de diferentes grupos de personas.

• De comunicación: Tienen que ver con la adaptación de los sistemas de comunicación para que todas las personas puedan relacionarse e interactuar sistema Braille, lengua de señas, pictogramas).

• Actitudinales: No deja de ser importante el trato hacia la persona con discapacidad que siempre debe estar basado en el respeto y en su condición como persona sujeto de derechos (facilitar su autonomía con apoyos, utilizar un lenguaje adecuado, eliminar prejuicios y etiquetas).

Fuente: https://www.ambito.com/


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