¿Tomar el sol ayuda a perder peso?
¿Sueles tener menos hambre en los días que hace mucho calor y sol? Los científicos parecen haber encontrado una explicación para esto: la exposición regular al sol podría actuar como un auténtico quemagrasas natural. En un nuevo trabajo, publicado en la revista Journal of Investigative Dermatology, un equipo de dermatólogos del Hospital Universitario Nacional de Seúl en Corea del Sur, evaluó el efecto de la exposición a los rayos ultravioleta (UV) sobre el apetito y la regulación del peso.
Lo que descubrieron fue que la exposición a la radiación ultravioleta del sol reduce los niveles de las hormonas del hambre en el cuerpo, lo que aumenta el apetito, pero a su vez, un aumento simultáneo de la hormona del estrés, noradrenalina, incrementa la descomposición de la grasa y previene el aumento de peso. ¿Cómo es esto? El incremento en el consumo de energía, motivado por un mayor apetito, se transforma en calor y se quema antes de que pueda almacenarse como grasa subcutánea, evitando de este modo el aumento de peso. Así las cosas, estos resultados potencialmente allanan el camino para nuevos enfoques para prevenir y tratar la obesidad y los trastornos metabólicos.
Para su experimento, los investigadores llevaron a cabo experimentos con roedores, encontrando que los ratones expuestos constantemente a la radiación ultravioleta durante 12 semanas, independientemente de si fueron alimentados con una dieta normal o alta en grasas, no aumentaron de peso. Y es que, con la exposición a la luz ultravioleta, una mayor liberación de noradrenalina hacía que el cuerpo descompusiera las reservas de grasa para obtener energía, quemando más calorías sin aumentar la actividad física.
Y, aunque los ratones consumieron más calorías en el momento en que aumentó su apetito, su cuerpo las convirtió en calor al convertir la grasa blanca (la mayoritaria en nuestro cuerpo, que supone un 25% del peso del cuerpo, aproximadamente), en grasa marrón (o parda, cuya función principal es producir calor cuando sentimos frío), antes de que pudiera almacenarse debajo de la piel, evitando así el aumento de peso.
“Este estudio aclara el mecanismo por el cual la exposición a los rayos UV puede aumentar el apetito e inhibir el aumento de peso”, dijo el autor principal del estudio Jin Ho Chung, dermatólogo del Hospital de la Universidad Nacional de Seúl. “En particular, el hecho de que la radiación ultravioleta reduzca los niveles de leptina y aumente la noradrenalina, promoviendo así el oscurecimiento de la grasa subcutánea y aumentando el gasto de energía, proporciona una pista innovadora para el desarrollo de estrategias de tratamiento de la obesidad”.
La radiación ultravioleta induce efectos perjudiciales como quemaduras solares, fotoenvejecimiento y cáncer de piel; pero también se asocia con efectos beneficiosos como la síntesis de vitamina D que es crucial para la prevención de enfermedades óseas, la función muscular, la inmunitaria, la regulación de la presión arterial e incluso el estado de ánimo. Y, aunque hay alimentos como el salmón, la yema de huevo o el hígado que pueden representar una fuente de vitamina D, la más importante es la exposición al sol que promueve la producción de esta vitamina D en la piel al estar en contacto con la luz solar.
¿Tratar la obesidad con rayos de sol?
Los investigadores creen que podrían encontrar una manera de aprovechar los beneficios de los rayos UV para tratar la obesidad sin que esto aumente el riesgo de cáncer de piel, como el melanoma, que es potencialmente mortal (de ahí que este estudio desaconseje que nos apoyemos en esta investigación para incrementar la exposición solar porque sí).
“Esta investigación demuestra que la exposición a los rayos UV no solo afecta la piel sino que también juega un papel profundo en el metabolismo energético y los procesos de homeostasis de nuestro cuerpo. Sin embargo, se necesitan más investigaciones sobre el tema. Los efectos a largo plazo y la seguridad de la exposición a los rayos UV, y debería haber un interés significativo en desarrollar nuevos enfoques terapéuticos que utilicen la eficacia de la radiación UV”, concluyen los autores.
Fuente: https://www.alimente.elconfidencial.com/