Todos los beneficios del ajo probados por la ciencia
“Que el alimento sea tu medicina, y la medicina sea tu alimento”. Son las famosas palabras del antiguo médico griego Hipócrates, a menudo llamado el padre de la medicina occidental. Él mismo recetó ajo para tratar una variedad de condiciones médicas, y la ciencia moderna ha confirmado muchos de estos efectos beneficiosos para la salud. Y al parecer tiene muchos efectos positivos: disminuye la tensión arterial, combate las infecciones, es un potente antioxidante. Estos son algunos de sus múltiples beneficios:
Compuestos con propiedades medicinales
Es una planta de la familia Allium (cebolla). Está estrechamente relacionado con las cebollas, los chalotes y los puerros. Cada segmento de un bulbo de ajo se llama diente. Hay alrededor de 10 a 20 dientes en un solo bulbo, más o menos.
El ajo crece en muchas partes del mundo y es un ingrediente popular en la cocina, debido a su fuerte olor y delicioso sabor. Sin embargo, a lo largo de la historia antigua, su principal uso fue por sus propiedades medicinales y para la salud. Como documenta el artículo de ‘The Journal of Nutrients’, “su uso fue bien documentado por muchas civilizaciones importantes, incluidos los egipcios, los babilonios, los griegos, los romanos y los chinos”.
Los científicos ahora saben que la mayoría de los beneficios para la salud del ajo son causados por los compuestos de azufre que se forman cuando se corta, tritura o se mastica un diente de ajo. Quizás el compuesto más conocido es la alicina. Sin embargo, es inestable porque solo está presente brevemente en el ajo fresco, después de haberlo cortado o triturado. Otros compuestos que pueden desempeñar un papel en los beneficios para la salud del ajo incluyen el disulfuro de dialilo y la s-alilcisteína.
Tiene propiedades antibacterianas y antisépticas
En 1858, Pasteur informó de las propiedades antibacterianas del ajo debido a la alicina que contiene. Estos compuestos bioactivos son conocidos por sus propiedades antibacterianas y antifúngicas, aunque dependen del tipo de ajo que se utilice y de si está cocinado o crudo. En la Primera Guerra Mundial fue usado como antiséptico para la desinfección de las heridas cuando faltaban las medicinas.
Un estudio, publicado en ‘Advance Therapies’, de un año de duración constató que un suplemento diario de ajo redujo la cantidad de resfriados en un 63% en comparación con un placebo. La duración promedio de los síntomas del resfriado también se redujo en un 70%, de 5 días en el grupo del placebo a solo 1,5 días en el grupo del ajo.
Es antioxidante
Posee ingredientes activos como los fenoles y las saponinas con propiedades antioxidantes, que contribuyen a inhibir la formación de radicales libres y aumentan las enzimas antioxidantes celulares.
Mejora la presión arterial
Los estudios en humanos han encontrado que los suplementos de ajo tienen un impacto significativo en la reducción de la presión arterial en personas que la tienen elevada. En un trabajo que analizó el uso de 600-1.500 mg de extracto de ajo añejo se constató que fueron tan efectivos como el medicamento Atenolol para reducir la presión arterial durante un periodo de 24 semanas.
Reduce el colesterol malo
El colesterol malo (LDL) es capaz de obstruir las paredes de nuestras arterias. El ajo ha sido estudiado por su posible capacidad para reducir el colesterol. Junto a una dieta llena de otras hortalizas y frutas, es necesario para mantener una buena salud cardiovascular.
Además, también, se ha constatado que tiene efectos beneficiosos contra los niveles de triglicéridos elevados, como demuestra un ensayo de ‘Nutrition Reviews’.
Previene el alzhéimer y la demencia
Los efectos combinados en la reducción del colesterol y la presión arterial, así como las propiedades antioxidantes, pueden reducir el riesgo de afecciones cerebrales comunes como la enfermedad de Alzheimer y la demencia, como se indica en ‘The Journal of Nutrients’.
Mejora el rendimiento deportivo
Fue una de las primeras sustancias para “mejorar el rendimiento”. Tradicionalmente se usaba en las culturas antiguas para reducir la fatiga y mejorar la capacidad de trabajo de los empleados. En particular, se les dio a los atletas olímpicos en la Antigua Grecia, como apunta un artículo de la revista mencionada anteriormente. En un pequeño estudio, las personas con enfermedades cardiovasculares que tomaron aceite de ajo durante 6 semanas tuvieron una reducción del 12% en la frecuencia cardiaca máxima y una mejor capacidad de ejercicio.
Fuente: https://www.alimente.elconfidencial.com/