Tailandia mira a nuevos mercados para revivir un turismo que llega despacio
Tailandia, cuyo número de viajeros extranjeros se desplomó desde los casi 40 millones en 2019 hasta unos 420.000 en 2021, intenta con dificultades reavivar su turismo con la búsqueda de nuevos mercados, como el de India y el doméstico, aunque las autoridades reconocen que “llevará tiempo”.
Bangkok y otros populares destinos de unas de las principales potencias turísticas del mundo, vuelven a cobrar vida tras casi dos años de “completa oscuridad y vaciedad”.
En los últimos meses, los turistas han vuelto a llenar las decenas de comercios, bares y discotecas del concurrido barrio de Nana, en la capital tailandesa, donde el movimiento casi dobló después de la flexibilización paulatina durante el último año de las restricciones para la entrada al país.
“Luchamos para sobrevivir esos últimos dos años, fueron dos años sin clientes. Pero la situación comenzó a mejorar desde hace unos meses y estamos muy animados con la llegada de la temporada alta”, afirmó a EFE Ae, gerente de un bar en esa popular área.
Tailandia, que permaneció cerrada hasta mediados de este año se apresura a impulsar uno de los motores de su economía -que supuso casi el 20 % del producto interior bruto (PIB) en 2019- en momentos en que virtualmente todo el continente asiático retoma la normalidad tras la covid, en medio de la apertura la semana pasada de Japón, Hong Kong y Taiwán pero con la aún sentida ausencia de China.
Con el objetivo de recuperar los niveles prepandémicos, Tailandia ha trazado una ambiciosa hoja de ruta que consiste sobre todo en reducir la dependencia del turismo internacional, fomentar el turismo doméstico y ampliar el abanico de mercados, hasta entonces muy concentrado en China.
Ello porque en 2019, antes de la emergencia sanitaria, los casi 40 millones de turistas internacionales supusieron cerca del 70 % de la industria y generaron unos 2 billones de baht (unos 52.500 millones de dólares) a la economía del país, mientras que el turismo doméstico aportó otro 1 billón de baht (26.260 millones de dólares).
La llegada del coronavirus hizo que la llegada de visitantes extranjeros se desplomara hasta los 6,7 millones en 2020 y sumara tan solo 428.000 el año siguiente, lo que llevó a un colapso generalizado del sector.
Ambiciosas metas
Con el fin del decreto de situación de emergencia y el relajamiento de las restricciones anticovid, el turismo tailandés empieza a dar algunas señales de recuperación, aunque las cifras permanecen muy por debajo de los niveles prepandemia.
Para este 2022, el Gobierno espera recibir a unos 10 millones de turistas, que deberán generar unos ingresos de 1,5 billones de baht (39.394 millones de dólares) -el 50 % del total recaudado en 2019. Ya para el 2023, confía en recuperar el 80 % de las ganancias.
Una de las principales estrategias consiste en reducir la dependencia de China, responsable en 2019 de casi un tercio del total de visitantes internacionales y de cerca del 20 % de los gastos dejados por los turistas, por lo que Tailandia se vio afectada por la política de covid cero adoptada por el gigante asiático.
Por eso, la mirada en “nuevos mercados potenciales”, como naciones vecinas, Arabia Saudí y especialmente India, se volvió fundamental para una retomada más robusta del sector, según indicó a EFE el subdirector de Comunicaciones de Marketing de la Autoridad de Turismo de Tailandia, Siripakorn Cheawsamoot.
“India tiene una buena variedad de segmentos, como el turismo de familias, bodas, lunas de miel, búsqueda por bienestar. Y nosotros tenemos la capacidad de ofrecerles todos esos servicios”, señaló.
Asimismo, el país pone ahora el foco en el turismo “de calidad” y no de cantidad y desarrolló algunas iniciativas para estimular la mayor permanencia en Tailandia, como la ampliación del periodo de estadía sin visado.
“Tenemos que centrarnos más en la calidad. Eso significa centrarnos en quienes pueden venir con frecuencia a Tailandia y quienes vienen y se quedan más tiempo”, dijo el gobernador de la Autoridad de Turismo de Tailandia, Yuthasak Supasorn, en una conferencia de prensa la semana pasada.
Optimismo pese a los desafíos globales
Pero las autoridades reconocen que la recuperación no “será fácil” y “llevará tiempo”, sobre todo en medio de los desafíos que acometen el escenario global -como la recesión mundial, la inflación o el incremento en los precios de energía y combustible- aunque se muestran confiadas de que la llegada de la temporada seca, entre noviembre y mayo, ayudará una recuperación más vigorosa del sector.
Uno de los principales retos es la retomada de los negocios locales y la recuperación de la mano de obra y oferta de servicios, ya que muchos trabajadores abandonaron sus puestos debido a la crisis que golpeó la industria.
“Los impactos de la covid fueron sentidos por todos los sectores: el personal hotelero, los proveedores, las agencias de viajes, taxistas. Sobre todo porque Tailandia depende mucho del turismo y especialmente del turismo extranjero, lo que es insalubre e insostenible”, dijo en una entrevista con EFE la presidenta de la Asociación de Hoteles, Marisa Sukosol.
Desde el inicio de la pandemia, alrededor del 50 % de los trabajadores han dejado la industria, al paso que muchos establecimientos o cerraron las puertas o contrajeron deudas millonarias para mantener sus actividades.
“Seguir operando con pérdidas durante dos años no es sostenible, por lo que las personas que pudieron permanecer abiertas fueron las que tenían los fondos o acceso a los fondos”, explicó.
Fuente: https://www.swissinfo.ch/