Si el cinturón de seguridad fuese moda ¿dejarías de ponértelo?

¿Sales de casa sin tu cinturón luciendo la inicial o iniciales de una firma de lujo en tu cintura? ¿Olvidas tu bolso con la marca bien visible que promociona esa famosa influencer con millones de seguidores? ¿Tampoco puedes salir a la calle sin tus sneakers de primerísima firma con su distintivo de gran tamaño? El complemento de seguridad más importante cuando nos ponemos al volante debería lucirse con el mismo orgullo que todos esos accesorios de moda que nunca olvidamos, porque de él puede depender que podamos seguir presumiendo del otro cinturón, el bolso o las sneakers que tanto nos entusiasman.

A la vista de las estadísticas del final del verano parece que sí, que el elemento de seguridad del automóvil que más vidas ha salvado en todo el mundo, necesita convertirse en un complemento de lujo para que lo llevemos siempre puesto. Olvidamos con demasiada facilidad que el mayor y más preciado de los lujos es la propia vida, porque una vez más las cifras de la Dirección General de Tráfico publicadas después del verano siguen siendo demoledoras. El 25% de los fallecidos en accidentes de tráfico durante la operación verano de 2023 no llevaban puesto el cinturón de seguridad, una cifra que año tras año parece inamovible y que apenas varía entre el 25 y el 26%. Ni más de medio siglo de campañas de la DGT insistiendo en el uso de este básico pero vital sistema de seguridad, sirven para evitar esos fallecidos que pasan a engrosar estas tristes estadísticas.

Está demostrado que el cinturón de seguridad reduce en un 50% el riesgo de fallecer en un siniestro de tráfico, un porcentaje que se eleva hasta el 77% en caso de vuelco. En los recorridos urbanos, esos que nos parecen “poco peligrosos”, el cinturón puede reducir cinco veces la posibilidad de resultar herido grave si se lleva abrochado. Los datos históricos de la DGT dan miedo y si, por ejemplo, en 1988, todos los que sufrieron un accidente grave lo hubieran llevado puesto, se habría podido evitar la pérdida de nada menos que 700 vidas.

Más de medio siglo de campañas

A principios de los años 70 del pasado siglo, cuando el cinturón todavía no era obligatorio, la DGT ya empezó a recomendar su uso también ciudad. Precisamente en 2021 la DGT recuperó ese spot de televisión en el que aparecía un Seat 127 como protagonista. Desde entonces las acciones publicitarias de la DGT han sido de todo tipo, desde las menos agresivas y meramente informativas, hasta las pensadas para “remover” nuestra conciencia y nuestros sentimientos.

En esos mismos años las autoridades de todo el mundo, especialmente en Europa, también se afanaban en conseguir que los ocupantes de los vehículos utilizaran el cinturón de seguridad. Una de las campañas más curiosas que hemos encontrado es la que hizo el Ministerio de Transporte alemán, llevada a cabo a finales de 1976 por las calles de Bonn. Una mujer iba sentada en un asiento de coche pero sobre el techo de un Citroën DS Break, con el cinturón puesto, para demostrar la eficacia y la necesidad de ir bien sujetos al asiento del vehículo, la única forma de garantizar la seguridad.

Obligatorio desde 1975

El cinturón de seguridad de tres puntos fue inventado en 1959 por Nills Bohlin, un ingeniero de Volvo, y desde ese año algunos de sus modelos ya lo montaban de serie en los asientos delanteros. Aquellos primeros cinturones eran mucho más básicos, en cuanto a funcionamiento y ajustes que los actuales, pero su efectividad era indudable. En los vehículos de lujo pasó a ser un elemento de serie en los años posteriores, pero solo en las plazas delanteras, mientras que una gran parte de los coches más populares ni siquiera los llevaban. En España el uso de los cinturones de seguridad fue obligatorio en 1975, pero solo los asientos delanteros y en los desplazamientos por carretera, no en ciudad.

Tuvieron que pasar 18 años más y muchos miles de fallecidos en nuestras calles y carreteras para que en 1992 se hicieran obligatorios en todo tipo de recorridos, urbanos e interurbanos, y en todas las plazas del coche. Muchas veces se olvida la obligatoriedad y la importancia de que los pasajeros de las plazas posteriores se abrochen el cinturón. De no hacerlo las consecuencias para ellos mismos y para los ocupantes de los asientos delanteros pueden ser gravísimas. El ejemplo más claro es el accidente de Diana de Gales en 1997 ya que el único superviviente fue el ocupante del asiento delantero derecho, el que llevaba puesto el cinturón, porque ni Diana ni Dodi Al-Fayed, que iban en el asiento trasero, lo llevaban abrochado. Hasta Barbie, la más veterana de las “influencers”, tenía clara la importancia del cinturón de seguridad y en 1980 sus coches ya contaban con este importante dispositivo como equipo de serie.

Desde aquellos primeros cinturones, que se quedaban arrastrando en el suelo del coche y que había que ajustar a la medida de cada ocupante, hasta los cinturones actuales hay un universo de evolución. Ahora son enrollables, con pretensores inteligentes que tensan la cincha en diferentes fases en combinación con el airbag cuando se produce un accidente. En algunos modelos un brazo mecánico los “acerca” para que sea más cómodo abrocharlos, en otros tienen un sistema de ajuste automático e incluso empiezan a tener el cierre iluminado para hacer más visible dónde engancharlo.

Los pretensores son los dispositivos que llevan los cinturones para variar la tensión de la cinta que nos sujeta, en función de las necesidades de cada momento. Los más sofisticados ya están conectados con el resto de sistemas de seguridad de nuestro coche y en caso de detectar un posible accidente, recolocan al pasajero en una posición óptima para que el propio cinturón y los airbags funcionen correctamente. La nueva funcionalidad del cinturón es que se convierten en un sistema de alerta preventiva ya que pueden avisar al conductor mediante una señal háptica, con pequeños “tirones”, de una conducción potencialmente peligrosa o si el conductor presenta cansancio o pérdida de atención durante la conducción.

Un mínimo de cuidados

Según los datos de AECA-ITV, el 3% del total de defectos graves detectados en las estaciones de ITV españolas en el último año corresponden al capítulo de acondicionamiento interior, en el que se encuentra el cinturón de seguridad. Los vehículos que más defectos tienen en este apartado son los autobuses y autocares, con un 8,3%, seguidos por los turismos y taxis con un 3,2% en cada caso.

El cinturón de seguridad también exige un poco de atención para su buen funcionamiento. Hay que revisar que el sistema de enrollado trabaja sin bloquearse, las cintas están en buen estado, no hay suciedad que pueda atascarlo y no hay cortes, zonas deformadas o desgarros en la cinta. Hay comprobar que el cierre se abrocha y desabrocha sin dificultad y si hemos sufrido un siniestro, aunque no sea de consecuencias graves, hay que sustituirlo porque seguramente habrá perdido parte de su capacidad de retención. Seguro que tu cinturón de marca, tu bolso de lujo o tus sneakers de moda reciben muchos más cuidados que ese otro cinturón de tu coche, menos vistoso pero que puede salvarte la vida.

Fuente: https://www.caranddriver.com/


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