¿Se puede detener un huracán? Esta es la respuesta de la ciencia

Llegamos a la Luna. Clonamos seres vivos. Creamos una vacuna contra un virus mortal en tiempo récord. Los avances científicos han superado a la ciencia ficción una y otra vez, pero hay un fenómeno contra el que los humanos no pueden: los huracanes.

Cada temporada, el Centro Nacional de Huracanes de EE.UU. (NHC, por sus siglas en inglés) recibe entre tres y cuatro decenas de correos electrónicos de personas preocupadas por la ferocidad de estos eventos climatológicos, dijo en 2019 a CNN Dennis Feltgen, del área de Asuntos Públicos de la institución.

Su pregunta, que según reportes también llegó a plantear el expresidente Donald Trump (aunque lo negó) es por qué no se puede atacar a los huracanes con una bomba nuclear. La respuesta del NHC es clara: no va a funcionar.

Feltgen y su equipo enumeran todas las razones por las cuales las tácticas típicas de “modificación de huracanes” no funcionan. Todos vuelven a un mismo punto: los huracanes son mucho más grandes y poderosos de lo que la mayoría de las personas pueden imaginar, y la energía que transportan es “inmensa en términos de experiencia humana”.

“Tan cuidadosamente razonadas como están algunas de estas sugerencias, todas comparten la misma deficiencia: no aprecian el tamaño y la potencia de los ciclones tropicales”, dice la respuesta que la institución proporcionó a CNN.

El NHC también mantiene una página completa de preguntas frecuentes sobre huracanes que entra en más detalles sobre por qué arrojar bombas sobre las tormentas no los disminuiría y podría crear aún más problemas.

“Aparte del hecho de que esto ni siquiera podría alterar la tormenta, este enfoque descuida el problema de que la lluvia radiactiva liberada se movería con bastante rapidez con los vientos alisios para afectar las áreas terrestres y causar problemas ambientales devastadores”, comienza la explicación. “No hace falta decir que no es una buena idea”.

Hay más de una forma de (tratar de) detener un huracán

La opción nuclear no es la única que la gente sugiere. La división de investigación de huracanes de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) mantiene una lista completa de métodos desacreditados como sembrar tormentas con yoduro de plata o partículas hidroscópicas o poner cosas en la superficie del océano para evitar la evaporación, enfriar la superficie del agua con icebergs.

Una gama tan amplia de propuestas de prevención de tormentas es un testimonio de la preocupación e ingenio de las personas, aunque no necesariamente de su perspicacia científica.

Sin embargo, hubo un tiempo…

Sin embargo, los científicos alguna vez estuvieron unidos en la locura de bombardear, recubrir, persuadir, inocular o encontrar otra manera de evitar eventos climáticos gigantescos.

De 1962 a 1983, el Gobierno de Estados Unidos dirigió el Proyecto Stormfury, un intento de debilitar las tormentas tropicales al sembrarlas con yoduro de plata.

El proyecto involucró arrojar contenedores con el material fuera de la pared del ojo de una tormenta con la esperanza de que la reacción química congelara las aguas dentro de la tormenta, interrumpiendo su formación.

Al principio, ¡el proyecto parecía funcionar! Algunos huracanes parecieron debilitarse con la ira de Stormfury, pero con el tiempo los investigadores se dieron cuenta de que no había una conexión defendible entre los métodos y el resultado de la tormenta.

La ilusión de éxito fue, en cambio, un caso de sesgo de confirmación, y los huracanes iban a hacer lo que quisieran hacer independientemente.

Fuente: https://cnnespanol.cnn.com/


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