Samaná, el paraíso dominicano por descubrir

Con más de 700 islas, islotes, arrecifes y cayos, el Caribe es un paraíso natural en la tierra. Las aguas turquesas que bañan sus costas y las kilométricas playas de arena blanca hacen de la región de las Américas un lugar de disfrute para los ojos. Pero no solo alberga increíbles paisajes, también su gastronomía, cultura e historia hacen que merezca la pena explorar las Antillas.

Su inmensidad y la veintena de países que se encuentran en el Caribe producen que muchos rincones impresionantes pasen desapercibidos para el viajero. Uno de los más desconocidos e impresionantes es Samaná, un paraíso en República Dominicana que todavía está por descubrir.

Adentrándose en el mar desde la costa noreste del país, la península de Samaná ha sido refugio y escenario de batallas corsarias. Los piratas utilizaban sus frondosos bosques de palmeras, playas aisladas y cuevas ocultas como escondites; mientras que las tropas europeas y haitianas se disputaban las profundas aguas de su bahía.

Hoy en día, está bien conectada por tierra y aire —con vuelos directos desde Madrid todo el verano—, sin embargo, sigue siendo el paradisíaco y remoto escape de playas salvajes, plantaciones de cocos y selvas tropicales que puedes disfrutar sin tener que sufrir la masificación turística.

Sus montañas ondulantes y valles forman ríos cristalinos que desembocan en el Atlántico mientras se precipitan hacia brillantes playas de arena blanca que se extienden cientos de kilómetros alrededor de la costa rocosa de la península. Es como si las aproximadamente 1.500 ballenas jorobadas que visitan la bahía de Samaná cada año apreciasen este esplendor natural tanto como los visitantes.

Como seguramente te esté picando la curiosidad viajera ante este paraíso desconocido, te contamos algunos de los mayores atractivos de Samaná, que Soltour reclama como “un Caribe diferente”.

Parque nacional de Los Haitises

Los Haitises es una de las joyas de los parques nacionales de República Dominicana. Este manglar es una de las reservas naturales más grandes del Caribe, colmada de pájaros y plantas salvajes.

Los Haitises atraen a múltiples visitantes que vienen aquí en barco no solo para disfrutar de sus impresionantes manglares y la fauna, sino también para ver sus magníficas formaciones rocosas, cayos y cuevas, como la famosa de San Gabriel.

Cayo Levantado

También conocida como la Isla Bacardí debido a un anuncio de la marca grabado aquí en la década de 1970, la pequeña y pintoresca isla de Cayo Levantado se encuentra a solo cinco kilómetros de la bahía de Samaná, y cuenta con brillante arena blanca y playas bordeadas de palmeras.

Cada día, salen pequeños botes-taxi desde el puerto de Samaná, en la svenida Marina, que llevan a los visitantes a esta pequeña isla. Pasa el día nadando, tomando el sol, navegando en kayak o haciendo ‘paddle boarding’, y disfruta de pescado fresco en el lado público de Cayo Levantado. También podrás pasar la noche en el hotel de lujo que ocupa la otra mitad de la isla. Ten en cuenta que puede haber restricciones para las visitas en los días en que los grandes cruceros atracan fuera de la isla.

Santa Bárbara de Samaná

El paseo marítimo de Santa Bárbara de Samaná —el municipio principal de la península— ofrece una vistas increíbles de su bahía, montañas, cayos y sus sorprendentes puentes. A espaldas de este malecón se pueden encontrar varios restaurantes y bares donde disfrutar de la vida dominicana.

Pero no es lo único que merece la pena del pueblecito, darse un paseo por su mercado central o visitar sus iglesias de diversos credos también ayuda a comprender un poco más la vida samaniense.

En la misma ciudad se puede visitar el Museo de las Ballenas, un espacio centrado en el cetáceo que llega todos los años a la bahía. Una exposición dirigida por la organización de conservación de la naturaleza Cebse (Centro para la Conservación y Ecodesarrollo de la Bahía de Samaná y su Entorno) y apoyada por los hoteles de Bahía Príncipe.

Las Galeras y playas

Este remoto pueblo de pescadores, situado en el extremo noreste de la península de Samaná, es también el hogar de un puñado de las playas más hermosas de República Dominicana, incluyendo la mundialmente conocida Playa Rincón.

Las multitudes diurnas se congregan aquí para hacer una excursión en barco a Playa Rincón, Playa Madama y Playa Frontón, playas de arena blanca que se extienden a lo largo de una llamativa y rocosa costa atlántica y que ofrecen un mundo de esnórquel y buceo. Pero hay mucho más que hacer para los amantes de la naturaleza, incluyendo caminatas, pesca, esnórquel, jugar dominó en el bar local o relajarse con un almuerzo en La Playita.

Playa Rincón y el río Caño Frío

La Playa Rincón merece una mención especial por ser una de las más bonitas del mundo. De arena blanca, prístina y larga, bordea una bahía de aguas tranquilas de color turquesa, salpicada de cocoteros, que capta la atención de todos los visitantes.

En el extremo oeste de esta playa se encuentra Caño Frío, un río de color esmeralda que se transforma en una popular piscina natural donde se encuentra con el océano. A los residentes y visitantes les encanta refrescarse aquí, antes o después de disfrutar de pescado y langosta fresca y lejos de las multitudes turísticas en el lado este de la playa.

Las Terrenas

La parte más visitada y desarrollada de Samaná, Las Terrenas, es la mezcla perfecta de un pueblo de playa de ensueño y una ciudad cosmopolita.

Su costa cuenta con múltiples playas impresionantes, así como una variedad de pequeños hoteles, bistrós internacionales, ’boutiques’ de ropa y artesanías, restaurantes locales y animados bares.

Mientras que las playas de arena blanca ubicadas en el centro de la ciudad son buenas para nadar, las cercanas Playa Bonita y Playa Cosón te dejarán sin aliento, tal vez tanto como los deliciosos mariscos frescos que se sirven en el lugar. Las noches cobran vida en Las Terrenas con bailes, desde la bachata hasta el R&B y los mejores éxitos, a lo largo de la fila de bares y restaurantes del Pueblo de los Pescadores, uniendo a los diversos residentes de la zona bajo las estrellas.

Salto El Limón

Llegar a la cascada del Limón es una aventura que te llevará por un camino de 2,5 kilómetros a través de un tupido bosque, a caballo o a pie, bajando por un exuberante terreno con colinas, mientras descubres la flora y fauna en el camino.

Playa El Valle

El camino de 42 kilómetros al norte de Santa Bárbara te conduce hasta esta playa de arena dorada que se extiende cuatro kilómetros rodeados de un frondoso valle, espectaculares acantilados, decorada con barquitos de pescadores.

Es una playa poco visitada, rústica y rodeada de tonos de color verde y turquesa, el lugar ideal para escapar de las masas. Mantente cerca de la costa al nadar, ya que El Valle tiene fuertes corrientes, especialmente en la temporada de invierno. Incluso si no nadas, es un lugar impresionante para disfrutar de la belleza natural de la península de Samaná.

Fuente: https://www.elconfidencial.com/


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

*