Roma recibirá multitud por elección del próximo Papa

Roma.- Cientos de miles de visitantes habrán de llegar, según las previsiones, aunque se desconoce su procedencia y fecha de arribo. Ni siquiera se conoce cuándo tendrá lugar la celebración y solamente el cielo sabe cómo se llama el hombre elegido.

Planificar el momento de la proclamación del próximo Papa ante el mundo y la ceremonia de instalación unos días después constituye todo un juego de adivinanzas. Acarrea además un dolor de cabeza logístico a la ciudad de Roma.

Cuando el humo blanco salga de la chimenea colocada en lo alto de la Capilla Sixtina, multitudes de romanos abandonarán sus quehaceres e irán presurosos a la Plaza de San Pedro para aclamar al nuevo pontífice apenas éste se asome al balcón de la Basílica de San Pedro.

Si el próximo pontífice surge de algún punto de Italia, miles atestarán los trenes y viajarán a la capital.

Después están todos los extranjeros que vendrán en avión a la ciudad para capturar este histórico momento. El caudal de gente podría ser desbordante si los cardenales rompen la tradición y eligen al primer Papa de América Latina, región donde habita el 40% de los católicos en el mundo.

‘Ni siquiera el Vaticano sabe cuánta gente vendrá’, dijo a la AP Mario Vallorosi, jefe del servicio de protección civil en Roma. ‘Depende de quién sea (el nuevo Papa). Si es latinoamericano, atraerá enormes multitudes’. Se calcula que habrá, por lo bajo, entre 200.000 y 300.000 personas, añadió.

Un hospital de campaña será instalado en una plaza próxima al Vaticano el lunes, la víspera del inicio del cónclave, a fin de garantizar asistencia médica de emergencia a la vuelta de la esquina para cualquier peregrino que enferme o tropiece en su prisa por ir a ver al nuevo Papa.

Aunque no hay otros planes especiales para el cónclave mismo, las autoridades romanas tienen preparada una estrategia detallada con vistas a la instalación del papa que tiene lugar días después de la elección.

La audiencia para ese acontecimiento trascendental en la Plaza de San Pedro incluirá a presidentes, primeros ministros, dirigentes religiosos y decenas de miles de peregrinos, además de los numerosos turistas que estén en la ciudad.

Helicópteros policiales sobrevolarán la zona y miles de policías adicionales serán destacados en las calles para mantener la seguridad e impedir taponamientos en el tránsito.

Agentes en lanchas con motor recorrerán el Tíber listos para lanzarse a las aguas oscuras del río a fin de recoger cualquier objeto sospechoso.

Perros adiestrados en la detección de explosivos en alcantarillas y contenedores de basura efectuarán recorridos de seguridad a lo largo de las rutas asignadas a las personalidades y los fieles que se dirijan hacia la plaza.

Fuente: http://www.diariolibre.com


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