Restaurante Inamo de Londres es primero que funciona con mesas interactivas
Londres.- Inamo es un restaurante de estilo oriental fusión en el corazón del Soho de Londres. Por las fotos que muestra su galería online, tiene una barra al estilo James Bond, ambientación minimalista más bien oscura y, según algunas reseñas, hay varios platos que vale la pena probar.Para muchos, sin embargo, la principal razón para reservar una mesa es que “deja el control de la experiencia gastronómica en manos del comensal”. Inamo es el primer restaurante que funciona con mesas interactivas.
Después de una reserva online, los comensales son conducidos a su mesa dentro del local y se les da dos indicaciones: dónde está el menú y la carta de vinos. El resto está en sus manos.
Cada mesa E-Table está hecha de un material especial y recibe la luz de un proyector, con clickear un mouse pad como de laptop sobre la mesa aparece un cursor y una serie de iconos. Al llegar, se puede cambiar el diseño de la mesa (hubo especiales para Navidad), y después seguir hacia el menú que es auto explicativo: aparecen las fotos de los platos con su descripción y precio, se elige con un click y el plato llega en tiempo prudente. No hace falta llamar al camarero.
También se puede jugar el rol de director de cámaras y espiar qué pasa en la cocina, con los chefs trabajando de espaldas. A través de la mesa se puede comprar entradas para el cine o el teatro después de la cena, consultar información turística local o el mapa del local para saber dónde están los sanitarios.
Hasta se puede pedir el taxi para volver a casa. También tiene juegos, no sólo para los niños pero, ¿está bien jugar en la mesa mientras llega el pedido? ¿O en la sobremesa? Danny Potter y Noel Hunwick, los propietarios, ganaron el Premio Design & Technical en Madridfusión 2011 por este desarrollo y fueron los primeros en ponerlo en marcha.
Y aunque se trata de una propuesta muy focalizada en la tecnología, también recibió algunos elogios de los críticos gastronómicos. La ensalada de sashimi de lubina chilena con crujiente de verduras verdes y salsa de maní fragante, las albóndigas de carne de cerdo al vapor, o el crujiente de panceta de cerdo frita con especias fueron recomendados.
Jay Rayner, el crítico de The Guardian, le dedicó un artículo extenso y reconoció que el lugar es divertido. Incluso hizo click en el icono que dice “dejar propina” pero le llamó la atención el mensaje que llegó a mitad de la cena: “Una vez que usted solicite la factura ya nadie en su grupo puede ordenar más nada”. Y exigió que a la computadora le enseñaran un poco de modales.
Fuente: http://cukmi.com