Qué son los púlsares: el fenómeno más impactante de las estrellas en el espacio

El primer registro de púlsares en el espacio exterior ocurrió en el año 1967 mientras la estudiante de radioastronomía Jocelyn Bell y su asesor de tesis, Tony Hewish, se encontraban trabajando en un radiotelescopio, un receptor de ondas de radio procedentes del espacio exterior, refiere la NASA.

Bell registró una serie de pulsos de radio uniformes provenientes de zonas remotas del espacio. Su primera intuición fue la de haber encontrado una nueva civilización. Sin embargo, un detallado análisis del fenómeno extraterrestre hizo que más ondas de radio uniformes se registraran en otros perímetros del espacio, dando por tierra la teoría acerca de las nuevas civilizaciones.

A partir de entonces, los expertos comenzaron a creer que en realidad estos eventos eran parte del ciclo natural de la vida espacial. Aunque esto no restaba importancia al descubrimiento.

Lo que la estudiante de radioastronomía estaba viendo desde su oficina de trabajo no era una civilización extraterrestre, sino un púlsar girando sobre sí mismo y emitiendo haces de luz que se interponían con la cara visible de la Tierra miles de veces por hora sin parar.

Qué son los púlsares y cómo se forman

De acuerdo con la explicación de Bell y de la NASA, el comportamiento de los púlsares puede compararse con el giro de luz de un faro ya que arrojan ondas de radio uniformes.

Para comprender cómo funcionan es necesario entender qué debe ocurrir para que un púlsar exista. Una respuesta inmediata sería: estrellas de neutrones.
Las estrellas de neutrones son uno de los objetos más densos jamás descubiertos, dice la NASA. Estas se forman cuando una estrella masiva se queda sin combustible y, luego de agotar todos sus elementos químicos de combustión, colapsa en forma de supernova al final de su vida.

Como resultado, la explosión deriva en un objeto con la masa del Sol, pero reducido al tamaño de una ciudad terrestre: una bola de masa con un diámetro aproximado de 20 kilómetros, señala la agencia espacial.

Al estar tan comprimidos, son tan densos que tan solo una cucharada del tamaño de un terrón de azúcar podría pesar hasta 1000 millones de toneladas. Es probable que muchas estrellas de neutrones en el espacio sean indetectables tanto debido a su tamaño como al escaso nivel de radiación que emiten. Aunque existen condiciones en las que pueden observarse fácilmente. Tal es el caso de los púlsares.

Una estrella de neutrón puede comenzar a girar salvajemente y comenzar a arrojar chorros de partículas a lo largo de sus dos polos magnéticos (polo sur y norte, al igual que los que existen en la Tierra). Por lo tanto, indica la NASA, muchas estrellas de neutrones suelen observarse como púlsares, pero no es el caso de todas.

En conclusión, un púlsar es una estrella de neutrones en rotación donde se observa que tienen pulsos de radiación emitidos regularmente entre milisegundos y segundos. Sus campos magnéticos son tan fuertes que canalizan sus desprendimientos de partículas en sus dos polos produciendo rayos de luz tan potentes que, al girar, “iluminan la cara de la Tierra” y pueden verse desde este planeta con la utilización de un telescopio adecuado.

Cuáles son las características del púlsar más brillante de todo el universo

Desde el descubrimiento de Bell y Hewish, cerca de 1800 púlsares fueron descubiertos en el espacio por medio de la emisión de ondas de radio, indica la agencia estadounidense. También pueden emitir pulsos de luz visible, rayos X, e incluso rayos gamma de alta energía.

En el año 2017 la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés) publicó un artículo divulgando lo que fue a la fecha el púlsar más brillante y lejano del universo jamás descubierto.

Mediante la observación del telescopio XMM-Newton de la ESA, astrónomos a cargo del estudio hallaron restos de una estrella masiva girando a gran velocidad cuyo brillo es “mil veces más brillante de lo que hasta ahora se creía posible”.

A su vez, este púlsar constituye el más distante detectado hasta la fecha: su luz ha viajado 50 millones de años luz antes de ser detectada por el telescopio de la Agencia Espacial Europea.

Según los datos del telescopio, que observó y comparó el púlsar durante más de dos décadas con el resto de la información compilada por otros objetos espaciales de la misma categoría, el púlsar más brillante y lejano del universo emitía rayos de luz periódicamente girando entre 1.43 y 1.13 segundos por rotación.

Fuente: https://www.nationalgeographicla.com/


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