Qué hacer, y qué no, si se cuela una avispa o abeja en el coche

Las temperaturas actuales propician el hábito de conducir con las ventanillas bajadas. Sin embargo, la aparición de las primeras avispas y abejas puede suponer un riesgo no solo para la salud, ya que entre el 15% y el 25% de la población presenta alergia al veneno de avispas o abejas y entre el 5% y el 15% sufre reacciones alérgicas graves generalizadas por su picadura; sino también para la seguridad vial ya que su presencia en el interior del vehículo durante un viaje puede generar una distracción que comprometa la seguridad vial. Por ello, desde OcasionPlus nos señalan las mayores situaciones de riesgo:

-Circular por carreteras secundarias: la existencia de estos animales prolifera en zonas rurales, sobre todo en torno a huertos en floración, campos de trébol, áreas con abundantes flores, piscinas y zonas verdes. Sin embargo, su presencia no se limita a este hábitat: en los últimos años se ha producido una migración a las ciudades debido a los monocultivos, el exceso de pesticidas y la sequía en entornos agrícolas. Por lo tanto, sobre todo en carreteras secundarias, se debe aumentar la precaución al conducir con las ventanas bajadas.

-Aparcar cerca de un nido: no solo los árboles y las cavidades rocosas pueden albergar un avispero sino que, a menudo, los construyen en lugares protegidos con fácil acceso al exterior: por ejemplo, bajo tejas y aleros y cerca de fuentes de agua. Si se advierte la presencia de un nido próximo, la recomendación pasa por elegir otro estacionamiento donde dejar el coche y alertar a las autoridades.

-Conducir en las horas principales del día: entre la primavera y el otoño, en la franja que va desde media mañana hasta el atardecer se produce la actividad más intensa de estos animales, que salen en busca de alimento. A última hora de la tarde cesan su actividad y regresan al avispero, por lo que a partir de entonces, el riesgo disminuye.

-Antes de un día lluvioso o con temperaturas extremas: las abejas cambian sus hábitos los días previos a estos fenómenos meteorológicos. Vuelven más tarde a las colmenas porque pasan más tiempo recolectando polen, tal y como lo señala un estudio del Instituto de Investigación de Abejas de la Universidad Agrícola de Jiangxi, en China. Por el contrario, en las jornadas con niebla, lluvia o temperaturas extremas no salen de la colmena.

Durante los viajes en coche se debe tener, ante todo, calma. El nerviosismo al volante es sinónimo de peligro. Por eso, si una avispa o abeja entra en el coche, lo primero y más importante es aplicar el sentido común para mantener la calma, reducir la velocidad y buscar un lugar donde parar de forma segura. Posteriormente, detener el vehículo en un lugar seguro: intentar expulsar al insecto puede convertirse en una distracción peligrosa, que supone apartar la vista de la carretera. Además, las turbulencias que genera el aire que entra por las ventanillas dentro del coche pueden generar más nerviosismo en el animal que, al sentirse atacado, buscará cómo defenderse.

Por ello, tras buscar un lugar seguro donde detener el vehículo, se debe hacer salir a todos los ocupantes (sobre todo, si se llevan niños o un animal) y dejar las puertas abiertas para que el himenóptero pueda escapar.

Asimismo, aunque la acción en sí no está recogida en el Reglamento General de Circulación, si un agente considera que se pone en riesgo la seguridad vial sí puede ser sancionable con una multa de 80 euros. Hacer aspavientos para expulsar o asustar al animal o evitarlo puede provocar una distracción peligrosa que conlleva apartar la vista de la carretera durante al menos 4 segundos, lo que a una velocidad de 100 km/h supone recorrer 113 metros a ciegas. Además, puede provocar un volantazo o desviar la trayectoria del vehículo.

Después de un viaje en coche

-Evitar aparcar cerca de árboles, fuentes, aleros y piscinas: las avispas construyen sus nidos en todas estas zonas, por lo que se debe tener en cuenta a la hora de elegir el lugar donde dejar el coche. En el caso de las velutinas, prefieren los robles, álamos y acacias pero evitan las coníferas y, aunque no es lo más habitual, también se han detectado nidos a nivel del suelo.

-Lavar el vehículo: algunas especies se alimentan de carroña por lo que buscan insectos muertos para alimentarse. Tras un viaje de largo recorrido o por vías con una velocidad superior a los 70 km/h, en los que decenas de insectos han podido impactar contra la carrocería, la recomendación pasa por lavarlo para evitar la atracción de estos animales.

-Comprobar el interior antes de cerrar el coche: sobre todo, si tras salir de él, el vehículo ha permanecido abierto (por ejemplo, para sacar a los niños o la compra del supermercado). Se debe verificar, antes de cerrar con llave, que no se ha colado ningún insecto para evitar un susto al volver a acceder a él, tal y como recuerdan desde OcasionPlus.com.

Fuente: https://www.abc.es/


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