Qué es el amor según la ciencia

La tradición marca que hoy 14 de febrero es el día escogido para celebrar la festividad de San Valentín o, como popularmente se conoce, el Día de los Enamorados. Parejas de todo el mundo celebran esta efeméride como un acontecimiento que sigue vigente con el paso de los años e incluso gran parte de las empresas cuentan con ofertas especiales y campañas acordes a este popular día.

La ciencia quiere dar respuesta a la gran pregunta de cómo funciona el amor y qué es lo que ocurre a nivel corporal, especialmente en nuestro cerebro, cuando encontramos a nuestra media naranja. Es bien conocido que cuando nos enamoramos o nos sentimos atraídos por alguien nuestro ritmo cardíaco llega a sus máximos, hecho que ha provocado que se asocie al amor con el corazón. Esto es lo que tiene que decir la ciencia al respecto.

El cerebro, el origen de nuestro amor

La ciencia ha podido demostrar cómo el amor no surge del corazón sino en otro órgano vital: el cerebro. Si bien hablamos de sentimientos y emociones, es este órgano quien los provoca pero la causa podría deberse a que el amor, científicamente hablando, no es tal; sino que se trataría de una motivación.

La ciencia encargada de los procesos mentales, actitudes y comportamientos es la psicología, para la cual tan solo existen dos tipos de emociones. Por un lado, encontramos aquellos estados mentales responsables de los sentimientos; por otro, las motivaciones que nuestro cerebro crea para lograr una meta y así colmar una necesidad.

Por ello, con estas dos bases, el amor no sería más que una motivación cerebral instalada en nuestra evolución como humanos desde hace siglos, exactamente desde el momento en el que nuestro cerebro toma como necesidad el hecho de contar con un acompañante para toda la vida y así perpetuar la especie humana.

Le evolución calza con la idea de que es necesario adaptarse para poder sobrevivir en el tiempo y el cerebro es el encargado de ir desarrollando de una manera u otra la manera en que logramos esta adaptación al medio.

No obstante, llegados a este punto es cuando somos conscientes de que el emparejamiento para la reproducción y la perpetuidad del ser humano ya carece de sentido, debido a la sociedad, los avances científicos y la sanidad. Sin embargo, la necesidad de encontrar pareja y mantener relaciones sexuales sigue muy latente como seres humanos, debido especialmente a las hormonas y neurotransmisores que siguen activos a un nivel alto. Por otro lado, el lado del cerebro quese encarga de las motivaciones y las recompensas en el área tegmental ventral derecha, donde se encuentran las células conocidas como dopamina A10. De sobra es conocido que la dopamina es la sustancia predominante en las primeras fases del enamoramiento y tiene un carácter adictivo que induce incluso al síndrome de abstinencia cuando no se tiene. De ahí que las rupturas, la rutina o las infidelidades no afecten tanto a nivel emocional e incluso nos sintamos deprimidos.

Fuente: https://www.diariodesevilla.es/


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