Puertos españoles resisten la caída de fletes pese a la inflación y la guerra

Los puertos españoles resisten el embate de la inflación y de la fuerte caída de los fletes (el precio o tasa que se paga por el transporte de una mercancía desde un punto a otro) provocada por esta. Los datos hasta agosto, publicados recientemente por Puertos del Estado, revelan que en conjunto los puertos nacionales movieron alrededor de 380,15 millones de toneladas, es decir, un 5,5% más que en el mismo periodo del año anterior, y apuntan a un año récord. No obstante, los efectos de la crisis energética y de la guerra en Ucrania hacen temer que la actividad pueda empezar a debilitarse en el tramo final del año, según confirman fuentes del sector.

La llegada cada vez más próxima del invierno en Europa, en plena escalada de los precios de la energía, preocupa y ocupa a los organismos internacionales. El proceso de dejar atrás la dependencia de Rusia en este ámbito está siendo largo para algunas de las principales economías del continente y amenaza con llevar a la recesión el año que viene a dos de las más grandes, Alemania e Italia. Así lo advertía el martes el Fondo Monetario Internacional (FMI) en sus últimas proyecciones económicas. El organismo instó a las autoridades comunitarias a prepararse para el invierno de 2023 que, inciden, será aún más duro que este. Su toque de atención coincide con la desaceleración que para el comercio mundial prevé, también, la Organización Internacional del Comercio (OMC).

El organismo estima que los intercambios globales avanzarán un 3,5% a finales de este ejercicio, cinco décimas más de lo que había calculado previamente, pero adelanta de que el año que viene se desacelerarán con fuerza para crecer en el entorno del 1%. El comercio se ha topado de bruces con la invasión de Ucrania y con la escalada de las principales materias primas energéticas desde el verano de 2021, justo cuando veía la luz tras las roturas de las cadenas de suministro que han ido sucediéndose desde el estallido de la covid. El 80% de los productos que se intercambian en el planeta lo hacen por mar. En el caso de España, por la red de puertos nacional transitan el 80% de las mercancías que importa el país y el 65% de las que exporta.

Las exportaciones mantienen el buen tono

De momento, la buena salud del sector exterior es evidente, tanto que ha sido el que ha explicado la mayor parte del crecimiento económico que el país registró en el segundo trimestre, y que el Instituto Nacional de Estadística elevó hasta el 1,5% en su última revisión. Las exportaciones subieron un 24,2% interanual hasta julio, con un incremento tanto en volumen como en precios de esas ventas al exterior. Únicamente el automóvil ha dado síntomas de debilidad, afectado por la escasez de semiconductores que ha obligado a anunciar paros en las fábricas a lo largo de los últimos meses. Sin embargo, la cautela es evidente dado el frenazo previsto los próximos trimestres.

En lo que no parece haber duda es en que 2022 será un año récord para las compañías de transporte de contenedores, que podrían disparar sus ingresos alrededor del 19% en términos interanuales y elevar su flujo de caja operativo un 8% en el mismo periodo. Un informe de Allianz Trade constata que, si bien las tarifas de fletes han caído más del 30% en lo que va de año, siguen estando muy por encima de los niveles precovid. Mover un contenedor de 40 pies cuesta alrededor de 6.400 dólares, cuatro veces y media más que antes de la pandemia (entonces rondaba los 1.450 dólares).

“Es probable que los fletes continúen siendo elevados en 2023 (4.550 dólares por contenedor de 40 pies), debido a la demora en la entrega de nuevos buques, la nueva normativa sobre emisiones de CO2, la continua escasez de conductores de camiones y el aumento de los precios del combustible, los contenedores y los buques”, apuntan desde la firma, e inciden en que no hay signos de que las tarifas de flete vayan a volver a los niveles previos a la pandemia en el corto plazo. Así, y tomando como muestra una treintena de compañías navieras globales, la tasa de crecimiento promedio de los ingresos del sector ya fue del 70% en 2021 en relación al ejercicio previo, es decir, de alrededor de 11.000 millones de dólares por compañía.

Caídas generalizadas de los fletes… salvo para los metaneros

En un artículo publicado a principios de mes, la Asociación de Navieros Españoles (Anave) cita un informe del banco de inversión Clarksons Securities que constata cómo, pese a que el invierno aún no ha llegado al hemisferio norte, los fletes de buques metaneros en el mercado spot (al contado) están alcanzando precios récord en dólares diarios por la tensiones geopolíticas a causa de la invasión de Ucrania y el corte de suministro vía gasoducto hacia Alemania. La mayoría del GNL que se comercializa a nivel mundial (alrededor del 70%) se intercambia a través de contratos a largo plazo, es decir, de diez o más años de duración, mientras que las operaciones al contado, donde quien más puja se queda con el cargamento, son esenciales para cubrir la demanda cuando se agotan los suministros locales.

La mayor parte de la flota mundial para el transporte marítimo de gas natural licuado (GNL) opera con contratos de fletamento a largo plazo, por lo que los destinados a cubrir el mercado spot son relativamente pocos. En el pasado, en una situación como la actual, una parte de estos buques podría haberse fletado en el mercado spot para aprovechar la subida de los fletes. “Sin embargo, los actuales beneficios de las operaciones de compraventa de la carga debido a los precios del gas, también disparados, hacen que los fletadores no tengan interés en buscar otras opciones para sus buques”, explican desde la firma. Así, algunos analistas anticipan que los fletes spot podrían llegar al millón de dólares diarios durante el cuarto trimestre.

Incluso la Agencia Internacional de la Energía (AIE) ha endurecido su discurso en relación a las dificultades que puede acarrear la actual coyuntura. Desde Praga, su director Ejecutivo, Fatih Birol, alertaba este miércoles de que el invierno de 2023 a 2024 puede ser “incluso más difícil” del que está apunto de comenzar. El máximo responsable de la agencia ni siquiera rechaza ya frontalmente la posibilidad de introducir un tope al precio de las importaciones de gas a los Veintisiete, como proponen diecisiete países, entre ellos España, Bélgica, Francia, Italia o Polonia, pero que descartan de momento Alemania, Países Bajos, Estonia, Austria o Hungría.

Fuente: https://www.lainformacion.com/


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