¿Pueden las pastillas de arándanos ayudarnos a combatir la cistitis?
La cistitis bacteriana es una afección que suele ser bastante común, aunque, desgraciadamente, las mujeres suelen tener más probabilidades debido a la situación anatómica de la vagina.
Esta infección requiere de tratamiento médico (antibióticos principalmente) con el fin de recuperarse correctamente. Aun así, las personas siempre intentan recurrir a medios más naturales con el fin de evitar efectos secundarios. Entre estos medios nos encontramos con las pastillas de arándanos. ¿Son realmente útiles? En este artículo os damos la respuesta a ello.
Estas pastillas de arándanos (incluso también el consumo de la propia fruta) se han utilizado durante muchísimo tiempo para tratar y prevenir la aparición de la cistitis y el resto de infecciones del tracto urinario gracias a la concentración elevada de unos nutrientes llamados flavonoides, dentro de los cuales se encuentran las antocianinas y proantocianidinas.
Aunque debido a la poca evidencia que tiene el uso de estas pastillas, el propio ministerio de sanidad, en 2019, dejó de considerarlo un producto sanitario.
Cuando leemos la literatura científica observamos que hay muy poca evidencia de que realmente las pastillas de arándanos y los zumos de arándanos sean realmente efectivos para tratar las infecciones urinarias. A pesar de ello, sí se ha visto que puede disminuir la aparición en ancianos que tienen infecciones con bastante frecuencia.
Los arándanos y derivados contienen, además de los flavonoides, otras sustancias orgánicas como el ácido quínico, ácido málico y ácido cítrico, que se les ha otorgado propiedades preventivas para las infecciones.
Lo primero de todo, es que no se ha establecido ningún mecanismo de acción por el cual estas pastillas, las frutas mismas o el zumo de arándanos ayuden a prevenir y tratar la cistitis. Hasta hace poco, se sugería que el ácido quínico concentrado en las pastillas tenía un efecto antibacteriano.
A pesar de ello, cuando revisamos la literatura científica, ningún estudio concluye nada parecido, por lo que el consumo de estas pastillas como efecto antibacteriano queda descartado.
La teoría actual dice que estas pastillas ayudan a que las bacterias (sobre todo E. coli) no se adhieran y recubran la pared de la vejiga y, por tanto, no pueda haber adhesión y generar la infección.
Ha habido estudios in vitro que han mostrado que algunos componentes tienen ese efecto antiadherente, pero aún no se ha demostrado en humanos.
Son muy pocos los ensayos que han dado resultados positivos y, además, con una dudosa calidad, mientras que los que mejor se han realizado, siempre han concluido que no había diferencias cuando se les daba placebo y cuando se les daba las pastillas de arándanos.
Por tanto y para acabar con el tema, lo que sugerimos para evitar este tipo de infecciones es:
1. Una alimentación saludable a base de fuentes vegetales como frutas, verduras, legumbres, etc. Lo que sí se ha visto es que una dieta baja en fuentes vegetales y alta en alimentos procesados sí puede reducir la capacidad de nuestro sistema inmune de protegernos frente a amenazas externas, lo que provocaría un mayor riesgo de infecciones.
2. Mantener una buena higiene perianal, sobre todo en mujeres ya que la distancia que hay entre la vagina y el ano es muy pequeña y en caso de no haber buena higiene, es normal que las bacterias que hay cerca del ano lleguen a la vagina y provoquen fuertes infecciones.
Fuente: https://www.vitonica.com/