Pssiquiatras aseguran pais vive profunda paranoia social por delincuencia
Santo Domingo.-La violencia que afecta a República Dominicana ha creado en la población un estado de “paranoia social” que ha inducido a que los dominicanos cambien su perfil cultural, pasando de ser personas solidarias que socorrían a quien lo necesitaba, por seres humanos desconfiados y deshumanizados.Esa paranoia social se observa en el hecho de que ya nadie quiere pararse en una esquina; nadie le abre la puerta a un vecino que toque de noche; se ha perdido la humanización; nadie quiere auxiliar al otro que ve en desventaja o quedado en su vehículo en la calle; no quiere dar información y tiene un nuevo comportamiento.
La realidad fue expuesta con preocupación por los principales directivos de la Sociedad Dominicana de Siquiatría al participar como invitados en el Desayuno de Listín Diario, encabezado por su director, Miguel Franjul; el subdirector, Fabio Cabral, y el editor de la República, Fernando Quiroz. Por la sociedad especializada estuvieron presentes su presidente, José Miguel Gómez y los psiquiatras Vicente Vargas Lemonier, Julio Ravelo Astacio, María Nerys Pérez, Martha Díaz y Marisol Taveras.
Los profesionales de la conducta humana lamentaron que en el país se haya multiplicado y a veces triplicado la violencia y la población se siente aterrorizada e impotente.
Señalan que los niveles de inseguridad que la población vive en el país hacen que la gente tema salir a las calles y tenga una nueva conducta y comportamiento.
Eso, agregaron, es parte de la paranoia social donde las personas sienten que no quieren comprometerse con los problemas sociales.
Primera causa de muertes en mujeres jóvenes
La violencia de género o el feminicidio se ha convertido en la primera causa de muerte en mujeres en edad reproductiva en el país, superando los fallecimientos por problemas cardiovasculares, accidentes de tránsito, por causas vinculadas al embarazo, entre otro tipo de muertes, revelaron directivos de la Sociedad Dominicana de Psiquiatría.
Las doctoras Martha Díaz y María Nerys Pérez coincidieron en que el impacto de la expresión de la agresividad de un ser humano con los demás no está en relación con el trastorno mental de base, ya que la violencia perce es la de la cotidianidad, la que ejercen seres humanos considerados “normales”, con capacidad de entender lo que están haciendo, que son los que atropellan, matan a otro y el sicario.
“A pesar de que sabemos que la violencia es un descontrol interno, pero cuando una persona decide cometer un acto violento está en control, un sicario está en control, porque piensa, analiza y actúa. La esencia está en ese ser humano que es carente de valores, espiritualidad, de afectividad, no tiene empatía, es indiferente al dolor ajeno”, señaló Díaz.
El feminicida y el sicario
Al establecer la diferencia entre el feminicida y el sicario, explicaron que el que comete feminicidio puede estar en condiciones de estrés, mientras que el sicario es un antisocial que tiene trastornos de conducta, que piensa en frío, es calculador, hace las cosas por dinero y es un ser desalmado.
El feminicida, señaló la doctora Díaz, mata porque tiene un sentido de propiedad, y al perderlo, se descontrola, porque pierde ese poder y que es por eso que la mayoría de los feminicidios se dan cuando la mujer decide salir del atropello a la que la tiene sometida.
Esa, dijo, es una violencia que se va desarrollando en el tiempo y con mucha frecuencia lo hace en medio del uso de alcohol y sustancias que lo desinhiben.
La mata por impotencia de poder retenerla y ejercer ese poder y muchas veces se mata él también. Esa es un tipo de violencia que expresa inseguridad, insatisfacción y falta de control.
En tanto, el sicario (persona que mata por encargo y dinero), explicó, está en control de sus actos, es un ser humano carente de valores, afectividad, que no se ama así mismo, no tiene empatía, no es capaz de pensar en el dolor humano, es una persona que asume la vida fácil.
Lamentó que el ambiente en que se desenvuelve la sociedad va creando seres humanos menos sociables, más despiadados, y que en ello la familia juega un papel fundamental, en su desarrollo, sobre la base del amor.
Falta de oportunidades, uso de drogas y pérdida de valores
La falta de oportunidades, de coerción moral en los sectores de arriba, la debilidad de la justicia, la existencia de un sistema de no-consecuencias, la pobreza, la marginalidad, falta de oportunidades, de acceso a educación y salud, irresponsabilidad paterna, y la disfunción familiar son causas fundamentales de la violencia social que afecta al país.
La opinión es de la Sociedad Dominicana de Siquiatría, representada por su presidente, José Miguel Gómez, y sus directivos Vicente Vargas Lemonier, Julio Ravelo Astacio, María Nerys Pérez, Martha Díaz y Marisol Taveras, quienes recuerdan que el 37 por ciento de las familias dominicanas está formadas por un solo miembro, son monoparentales, y principalmente la mujer se queda con los hijos.
Esos muchachos, agregan, son más excluidos y por tanto tienen menos oportunidades y son más proclives al abuso, agresión, violencia y el maltrato social.
Agregan que se estima que en el país hay un millón 500 mil madres solteras, mientras los casos de divorcio van en aumento.
Otra de las cosas que entienden conllevan a la violencia es la incidencia de la propaganda en la que a la sociedad se le impone el “estilo de vida feliz”, pero cada día se tiene menos posibilidad de alcanzarla, da paso a una población frustrada y a una familia sin valores.
Señalan con preocupación que la sociedad no tiene capacidad de asombro, y que el sistema de no-consecuencias que está primando en el país determina el caos, unido a la falta de coerción moral.
Facilismo
Destacan que ese facilismo y enriquecimiento fácil que se promueve hace que la gente no quiera prepararse y por el contrario quiera buscar la manera de quitarle eso al otro, para tenerlo, y en ello participan no solamente la población civil, sino un policía, un militar, personas llamadas a poner el orden.
Eso está asociado, entienden, a la distribución marginal de la riqueza, falta de atención a sectores importantes de la sociedad que hay que estimularlos, llevarlos a la escuela, a centros comunitarios, deportivos, porque de lo contrario encuentran las ofertas fáciles y tentadoras para personas que no tienen ingresos y con baja formación de los valores humanos.
Alcohol y drogas
Los especialistas destacaron que más del 90 por ciento de los casos de delitos y violencia social que ocurren en el país están ligados al uso y abuso de drogas y alcohol, cifras que se incrementan cuando se suma el porte y tenencia de armas de fuego, muchas de ellas de manera ilegal, aseguraron especialistas de la conducta humana.
Señalan que la incidencia de armas de fuego, el mercado ilegal de la tenencia y porte, es una cultura creciente en el país.
Dijeron que ello es muy preocupante porque en cada hecho violento que se registra, de homicidio, suicidios o muertes pasionales, hay involucrada una arma de fuego, lo que evidencia que hay un mercado de tenencia fácil.
Otra gran preocupación, de acuerdo a los especialistas, es el problema de la adicción al juego, que cada día crece entre los dominicanos, sin que se ponga a funcionar lo que se llama “el modelo juego responsable”.
Como muestra citaron el hecho de que por muy pobre que sea un sector, hay tres bancas de apuestas en menos de un kilómetro de distancia.
Además, agregaron, que en la medida que el país, que era un puente del narcotráfico, se ha venido pagando con especie, entonces los micros centros de distribución, unido al consumo de alcohol, se ha ido incrementado la violencia y los actos delictivos. Se ha llegado a niveles desbordantes, antes asaltaban y quitaban el vehículo y ahora asaltan y matan para quitar un vehículo, lo que es una forma sádica y descarnada de agresión. El presidente de la Sociedad Dominicana de Siquiatría afirmó que esa entidad, filial del Colegio Médico Dominicano (CMD), está poniendo a sus técnicos y profesionales a disposición del país para trabajar en la búsqueda de soluciones.
Dijo que como personal especializado en la conducta humana, los miembros de esa entidad están abiertos a trabajar con las autoridades, las instituciones religiosas, educativas, de salud y la sociedad civil en la creación de estrategias. Las personas consideradas “normales” son más agresivas que el paciente siquiátrico, porque este último en ocasiones puede agredir, pero no genera el impacto con relación a la violencia social que se vive hoy. Se debe revisar el aspecto permisivo de las leyes dominicanas, porque hay dominicanos que aquí violan todo tipo de reglas, pero cuando salen del país se someten rápidamente.
Siquiatras ven gran debilidad en la justicia
Para la Sociedad Dominicana de Psiquiatría el sistema judicial dominicano no es garantía de prevención de la violencia, lo que se ve en el sistema de no-consecuencia que impera y las altas tasas de reincidencia al delito.
Su presidente, José Miguel Gómez, lamenta que la mayoría de los involucrados como víctimas y victimarios de la violencia son jóvenes entre los 13 y 25 años.
Dice que la alta tasa de reincidencia al delito es por la debilidad de la justicia, por lo que no es raro ver en la calle una persona con 18 y 20 fichas tras agrediendo las mismas normas sociales.
Entiende que más que hacer una revisión de los Códigos lo que se requiere es revisar el carácter del Ministerio Publico y los jueces que ponen en la calle a esos antisociales.
“Se debe hacer aplicar la ley, para que la gente vea que quien viola las normas es castigado, porque de lo contrario, las personas seguirán una conducta de violación”, señala.
Unidades
Gómez dijo que la Sociedad Dominicana de Siquiatría ha solicitado en muchas ocasiones al procurador general de la República que en el país se pongan a funcionar las Unidades de Siquiatrías Forenses, que son auxiliares de la justicia en hacer el diagnóstico sicosocial y patológico de esa persona y determinar su peligrosidad.
Dijo que es a partir de ese diagnóstico que se determina si esa persona debe permanecer en cárcel de alta peligrosidad o pertenecer a un centro de rehabilitación.
De ahí se puede determinar, explica, que tiempo debe permanecer esa persona separado de la sociedad, tras señalar que no hay tratamientos para el antisocial, que son personas recurrentes.
Irrecuperables
Dijo que ese tipo de persona no es recuperable, por lo que debe permanecer en cárcel de alta seguridad por el resto de su vida y estar en programa de rehabilitación por muchos años.
Entiende que para ese tipo de persona se le debe aplicar la cadena perpetua, ya que son personas que con el paso del tiempo, con la edad, pueden mejorar un poco su conducta, pero no se curan, por lo que deben tener un aislamiento perpetuo.
Dijo que las Unidades de Psiquiatría forense existen en otras naciones, pero aquí no se aplican.
Esa unidad explicó estaría integrada por psiquiatras, psicólogos clínicos, trabajadores sociales, abogados, que cuando la justicia necesita un experticio para determinar los riesgos de alta peligrosidad de un ciudadano se auxilia de ese servicio.
Perfil
Explicó que a la Sociedad ad de Siquiatría está pidiendo que se trabaje de nuevo con el perfil de ciudadanía del dominicano, donde no se proyecte la cultura de la violencia, como ocurre ahora, sino que el Estado trabaje en destacar el perfil laborioso, amante de valores, de la cultura de paz, de respeto a la vida del dominicano.
Eso permite, de acuerdo al doctor Gómez que la gente entienda que es posible vivir en una cultura de paz en República Dominicana.
Música
Dijo que la música vulgar fomenta mucho a la cultura de violencia, la depresión, incentiva a la droga, placer, sexualidad y desinhibición del comportamiento, y eso influye para mal en el comportamiento de los jóvenes.
Entienden que se debe revalorizar los aspectos legales permisivos y que hay que hacer que las personas respeten las leyes.
SUGIEREN PONER EN MARCHA POLÍTICAS EFECTIVAS
DIRIGIDAS A PREVENIR LAS CAUSAS DE LA VIOLENCIA
Para los especialistas de la conducta humana ante la realidad de violencia que vive el país es imperiosa la necesidad de poner en puesta en marcha de una política pública eficaz de género, y ponerle atención a la sociedad desde lo económico hasta políticas serias de ayudas y orientación
Invertir más en el gasto social, en la familia, rompiendo los cordones de miseria, creando más empleo, reducir la exclusión social, invertir más en salud y educación y cambiar la mentalidad pesimista que hay actualmente, porque eso conlleva a violencia social y frustración.
Lamentaron que hasta el momento el Estado trabaje en las consecuencias, no en las causas que generan la violencia, y por eso se fracasa en el modelo de violencia.
Se necesitan, entienden, políticas efectivas de género: El Consejo de Drogas y el Ministerio Público tienen casas deteriorándose, mientras no hay hogares de protección.