¿Por qué Japón sigue cerrado al turismo mundial?

El 13 de abril pasado, Japón anunció que los familiares de residentes extranjeros en Japón podrán solicitar visas para visitas a corto plazo, como muestra de la relajación paulatina del cierre de fronteras por el Covid. La decisión, como ven, es extremadamente limitada y va acompañada de poco más: se permiten algunos viajes de negocios y también algunos estudiantes internacionales ingresen, justo a tiempo para el semestre escolar. Pero sigue sin fijarse una fecha definitiva para la reanudación del turismo internacional, que se encuentra suspendido desde el inicio de la pandemia, hace dos años (Nueva Zelanda abre fronteras a los turistas de unos 60 países).

Para entender esta cerrazón hay que cruzar dos datos claves: primero, que pronto habrá elecciones y, sobre todo, que la enorme mayoría de los japoneses, quizás no racionalmente, cree que el Covid es cosa de extranjeros y defiende las políticas del Gobierno en materia de cierre de fronteras. Las dos cosas a la vez explican estas reticencias a la apertura.

Las restricciones fronterizas de Japón han sido criticadas como “aislacionistas” y “xenófobas” debido al trato diferencial de los ciudadanos japoneses y los extranjeros no residentes. En diciembre pasado, durante dos semanas permitió a los viajeros de negocios y estudiantes internacionales ingresar a Japón, pero después se desdijo por la aparición de la variante Ómicron, hasta ahora.

La economía de Japón tiene problemas, sobre todo la devaluación de su moneda que está en mínimos históricos, lo cual es malo en muchos terrenos, pero excelente para el turismo, que es más competitivo. Sin embargo, el cierre de las fronteras impide que Japón se beneficie de la debilidad del yen.

Hace unos días, el primer ministro Kishida Fumio dijo que pronto se adoptará una decisión sobre el turismo, pero lo cierto es que dos años y medio después, Japón sigue siendo un caso atípico entre las naciones industrializadas del G-7, que reabrieron para los turistas y eliminaron las cuarentenas. El comité de emergencia de la Organización Mundial de la Salud recomendó a los estados miembros que eliminen o alivien las prohibiciones de viaje impuestas después de la propagación de Ómicron, calificando tales políticas de “incomprensibles”. Varios países de Extremo Oriente que estaban como Japón han reabierto. Es el caso de Vietnam, Tailandia, Nueva Zelanda o Australia, que habían aplicado medidas igual de severas.

La renuencia del gobierno seguramente está vinculada a la idea nunca expresada claramente de que el virus lo traen los extranjeros. Las próximas elecciones a la cámara alta de este verano también significan que es poco probable que la administración de Kishida haga algo que pueda poner en peligro sus posibilidades de ganar. En una encuesta reciente, más del 65 por ciento de los encuestados dijo estar de acuerdo con las medidas fronterizas, lo cual cierra el círculo para entender qué ocurre.

Fuente: https://www.preferente.com/


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

*