Por qué cayó la venta de autos eléctricos en Europa
Las cifras no mienten. Desde que Alemania retiró las ayudas a la compra de autos eléctricos para flotas comerciales, el número de operaciones disminuyó considerablemente. Según la Autoridad Federal de Transporte por Carretera, el número cayó de 44.389 en septiembre de 2022 a 31.714 en septiembre de este año, lo que representa una disminución del 28,6%, el doble de la caída general de matriculaciones que fue del 14,1 por ciento. La razón es muy clara: a partir del 1 de septiembre ya no existe el bono ambiental para flotas comerciales y sólo permanece para los vehículos particulares. Ese bono permitía que un auto eléctrico tuviera un descuento de entre 3.000 y 4.500 euros.
Si la comparación se hace contra las ventas del mes de agosto, la caída es mucho más pronunciada y llega al 63%, ya que el mes anterior se habían matriculado 86.649 auto eléctricos puros, pero esa cifra no es una buena referencia porque en las últimas dos semanas de agosto hubo una gran compra de unidades por parte de las compañías, previendo que los costos de los EV subirían en pocos días, y eso distorsionó completamente los números del mes. El dato de Alemania, sin embargo, no es aislado sino que tiene un contexto extensible a otros países de Europa donde los autos eléctricos tenían una demanda muy alta, que también ha empezado a disminuir.
En Inglaterra, la preocupación por una ralentización en las ventas de autos eléctricos, ha llevado al gobierno a intervenir de un modo algo inusual y bastante curioso, como es exigir una cuota de vehículos sustentables mínima a cada marca. En 2023, esa cuota será de 22%, deberá subir al 28% para 2025, al 33% en 2026, al 38% en 2027, tendrá un salto hasta el 52% en 2028, año en el que los fabricantes deberán vender más de la mitad de autos eléctricos del total en el mercado británico. Esa cuota pasará al 66% en 2029, al 80% en 2030 y alcanzará el 100% en 2035, año en el que la Unión Europea ha dictaminado que ya no se podrán vender autos nuevos con motor de combustión interna en todo el continente, y que Inglaterra planea acompañar con esta medida. Pero estos objetivos son una exigencia, y cada fabricante que no los cumpla recibirá una multa por cada auto que se exceda de ese objetivo del gobierno.
Uno de los problemas que ha generado una gradual reducción de las ayudas en estos países, es el comercio internacional de unidades para la venta en países donde esos subsidios no son tan altos o son inexistentes. Esta situación produjo la creación de una suerte de “mercado negro” de autos eléctricos que se compraban con descuentos exclusivamente para ser vendidos pocos días después a un mayor precio en otros países donde eran más costosos. Este fenómeno sucedió en Noruega y Alemania, por ejemplo, y afectaba directamente a la economía del país, porque estaban subvencionando operaciones comerciales en el exterior.
Pero además, la enorme inversión en infraestructura eléctrica de cargadores de alta velocidad y la menor recaudación impositiva que se obtiene por tener este tipo de movilidad exenta de aranceles que sí pagan los autos convencionales, afecta las cuentas públicas. Por esa razón, inicialmente se comenzó la quita de subsidios a los autos híbridos enchufables y luego siguió con las flotas comerciales de autos 100% eléctricos.
Noruega, el país con mayor proporción de matriculaciones del mundo, en mayo había registrado el 80,1% de ventas de autos eléctricos en el total de operaciones de vehículos de todas las tecnologías. Pero en los últimos meses ha sufrido también una caída de ventas debido al impuesto al peso que exime únicamente a los modelos más económicos.
Como es sabido, los autos con esta tecnología tienen el sobrepeso de la batería que ronda entre los 300 y los 500 kilos adicionales respecto a un automóvil similar con motor de combustión interna. De todos modos, hay una situación particular de Noruega tiene otros componentes como que las importaciones de automóviles se hacen en euros y el país tiene Coronas, la cual se ha depreciado un 12% en el último año ante el fortalecimiento de la moneda común europea, lo que afecta el precio de todos los vehículos en general, pero cambia el presupuesto de los consumidores, lo que los lleva a buscar alternativas más accesibles en desmedro de los autos eléctricos.
“Se está gestando una tormenta perfecta en Múnich”, dijo en el pasado Salón del automóvil conocido como IAA Mobility, Christian Hochfeld, quién dirige el grupo de expertos en movilidad limpia Agora Verkehrswende, con sede en Berlín. La cantidad de marcas asiáticas se duplicó en un año y las ofertas a nivel tecnológico son muy competitivas. “Los fabricantes de automóviles europeos establecidos se enfrentan a enormes desafíos. Este desafío viene principalmente de China, líder en tecnología de baterías, digitalización, competitividad y automatización de la producción”, concluyó.
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