Policía Colombiana abatió al temible “Cuchillo”

Colombia.-En una impecable operación de inteligencia, la Policía persiguió, encontró y eliminó a Pedro Oliverio Guerrero Castillo, uno de los capos del narcotráfico más buscados del mundo y al que se le atribuían 3.000 asesinatos.Su alias era «Cuchillo» porque en su sanguinaria carrera solía descuartizar con cuchillos a cada una de sus víctimas. «Se había vuelto una especie de leyenda, que era inalcanzable, que nadie lo podía coger. Pues bien, aquí se demostró una vez más que no hay nadie que se escape de la contundencia y la destreza de nuestras Fuerzas Armadas, en este caso de nuestra Policía», afirmó ayer un exultante presidente Juan Manuel Santos.

El dispositivo —denominado «Diamante»— tuvo lugar el día de Navidad en una zona entre las localidades de Mapiripán y San José, a unos 400 kilómetros de Bogotá. Según las primeras indagaciones, el cuerpo de «Cuchillo» no presenta heridas de bala, por lo que se cree que su muerte sería por ahogamiento, tras caer a un caño de cuatro metros tras el tiroteo con la Policía.

Desde muy joven Castillo se involucró con los pesos pesados. No había cumplido 20 años y ya delinquía en el mítico cartel de Medellín, liderado por el capo Pablo Escobar (asesinado en 1993). Después, con el fortalecimiento de las guerrillas de izquierda, que extorsionaban a todo aquel que tenía tierras y negocios, Guerrero decidió convertirse en líder de los paramilitares, escuadrones de la muerte que combatieron a las guerrillas en los años noventa.

«Cuchillo» atemorizó a cientos de ganaderos. El 26 de abril de 2005, por ejemplo, en dos fincas ubicadas al sur del país, amenazó al dueño de una hacienda ganadera, le robó 230 reses de ganado, 100 yeguas de raza y bienes evaluados en más de 250.000 dólares. El dueño de las fincas, uno de sus empleados y sus respectivas familias abandonaron las propiedades después de ser declarados objetivo militar. Y así, con cientos.

Ese estilo de extorsión hizo que «Cuchillo» se transformara en cruel líder del Bloque paramilitar Centauros para delinquir y controlar el tráfico de drogas en las provincias colombianas de Meta, Guaviare, Vichada y Casanare, donde se concentra buena parte de la producción de coca en Colombia.

Junto a su hermano Dúmar Jesús Guerrero (alias «Carecuchillo») fue el responsable del asesinato de Miguel Arroyave, quien se convirtió en jefe paramilitar en Los Llanos a su salida de la cárcel en 2001. Según los relatos de algunos ex paramilitares, «Cuchillo» lo asesinó para quedarse con el control de las rutas del narcotráfico en Meta, Guaviare y Vichada. Después de la desmovilización en 2001 del Bloque Centauros, las autoridades aseguraron que «Cuchillo» creó el Ejército Revolucionario Popular Antiterrorista Colombiano (Erpac), una banda criminal dedicada al narcotráfico.

1.100 hombres a su mando

Según un informe del diario colombiano «El Tiempo», para septiembre de 2009 esta banda ya contaba con 1.100 hombres. Con su muerte, Colombia se libra de un peso pesado de la extorsión, el narcotráfico, la muerte. Sin embargo, la disputa territorial por las rutas del narcotráfico sigue. «Cuchillo» se había aliado con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), guerrilla que debe buena parte de sus ingresos al comercio con la coca.


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