Poderoso supertifón azota el este de Filipinas

Un poderoso supertifón arremetió este domingo contra el este de Filipinas con fuertes vientos, matando al menos a siete personas y haciendo que coladas volcánicas de lodo sepultaran casas antes de debilitarse en su rumbo hacia Manila, según las autoridades, que cerraron el principal aeropuerto de la capital.

El tifón Goni llegó al amanecer a la provincia insular de Catanduanes con vientos sostenidos máximos de 225 kilómetros (140 millas) por hora y ráfagas de 280 km/h (174 mph). La tormenta avanzaba hacia el oeste rumbo a zonas densamente pobladas, como Manila, y provincias afectadas por la lluvia que continuaban recuperándose de un tifón que golpeó la zona hace una semana y dejó al menos 22 muertos.

Al menos cuatro personas murieron en la afectada provincia de Albay, incluidos un padre y un hijo que estaban en una población rural donde la intensa lluvia arrastró coladas de lodo y rocas volcánicas desde el volcán Mayon, según explicó el gobernador de la provincia, Al Francis Bichara. Los vecinos del pueblo huyeron del tifón, pero al parecer las dos víctimas se habían quedado.

“El niño apareció a 15 kilómetros (9 millas) de distancia”, dijo Bichara a la radio DZMM, añadiendo que el menor había sido arrastrado por el agua y el lodo volcánico.

En la provincia murieron otros tres aldeanos, incluido uno aplastado por un árbol.

“Hay muchísima gente que está en zonas vulnerables”, dijo Ricardo Jalad, director de la agencia filipina de gestión de desastres, indicando que la fuerza destructiva del tifón podría causar graves daños.

La agencia meteorológica filipina recalcó esas preocupaciones y señaló que en las 12 horas desde que el tifón tocara tierra, se producirían “vientos violentos, catastróficos, y una intensa lluvia torrencial”.

Se advirtió a los residentes de la probabilidad de aludes de tierra, grandes inundaciones, marejadas ciclónicas de hasta 5 metros (16 pies) y poderosos vientos que podían derribar chozas. Pero como en otras ocasiones, algunos se negaron a seguir las recomendaciones de evacuar.

Diane Joco salió con su esposo, sus padres, hermanos y un primo de sus endebles casas sobre postes en la población de Calauag, en la provincia de Quezon cuando el viento empezó a castigar sus casas de madera. Se esperaba que Goni llegara a zonas de Quezon el domingo por la tarde.

Como muchos aldeanos, Joco y sus familiares decidieron no evacuar y se quedaron en la casa más resistente de un vecino, cerca de la costa, para vigilar sus hogares.

“Tenemos que estar cerca para poder reparar deprisa cualquier daño en nuestra casa, si no, se vendrá abajo y se la llevará el viento. No tenemos otra casa”, explicó Joco a The Associated Press por teléfono. Joco dio un grito mientras hablaba y dijo que una parte del tejado de hojalata de la casa de su vecino había estado cerca de salir arrancada por una ráfaga.

El gobernador de Albai, Al Francis Bichara, dijo en una reunión televisada de responsables de emergencias que al menos dos personas habían muerto en su provincia, donde las coladas de lodo del volcán Mayon ponían en peligro a algunos vecinos. Sin embargo, otros funcionarios dijeron que aún se estaban comprobando esos reportes.

Goni se debilitó antes del anochecer, con vientos máximos sostenidos de 165 km/h y ráfagas de hasta 230 km/h (143 mph), aunque seguía siendo peligrosamente fuerte, según los expertos.

 


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