Pobreza arropa a San José de Los Llanos
Santo Domingo.- Andrea Custodio ya perdió la cuenta del tiempo que tienen ella y su esposo desempleados. En el batey Victorina, del municipio San José de Los Llanos, no hay trabajo desde que los ingenios azucareros cerraron, hace más de diez años.
“Si no fuera porque los vecinos y la mamá mía me pasan la comida, no tendría qué darles a mis cuatro hijos”, dice. Su esposo, Alejandro Torres, “chiripea”, pero en Victorina ni siquiera aparecen parcelas donde echar un día de siembra. “Creo que hace como cuatro meses que pudo hacer algo”, apunta Andrea sobre la situación laboral de su esposo.
La polvareda que se levanta en el pedregoso camino que conduce a los bateyes Victorina, La Jengibre, Plumita y El Blanco se asienta en las carretas abandonadas. Las mismas por donde antes trasladaban camiones repletos de caña, hace alrededor de 15 años, cuando la producción de los ingenios Porvenir, Consuelo y Quisqueya dinamizaban la economía del municipio San José de los Llanos, de la provincia San Pedro de Macorís.
Ahora solo quedan unas pocas matas de caña que ya no paren más. Y una sabana color marrón salpicada de negro, por la sequía y las matas requemadas. “Yo tenía un camión. Llegué a pesar 50 vagones en un día, cuando los ingenios funcionaban”, dijo Juan Reyes, director del distrito municipal Gautier.
Quieren trabajo. Reyes aboga porque se instale algún tipo de industria o zona franca que pueda generar empleos en la comunidad. Dice no explicarse cómo una comunidad que antes fue tan dinámica, esté ahora en el olvido y sin productividad.
El polvo también reposa en los techos de zinc de las humildes casas de madera de las secciones La Mula, La Redonda y Luisa, de Gautier.
A los hombres de allí les toca cuidar de sus hijos y resolver los quehaceres del hogar mientras las mujeres salen a trabajar como domésticas a Santo Domingo, como ocurre en la familia de Simeona Rosario. “Hay días que uno solo puede cocinar un arroz con huevo porque no hay más nada. El marido de uno no puede sembrar una yuca o plátano porque se lo roban. Otra cosa son los cuatreros, no se puede criar un chivito o una vaca porque se los llevan”, denuncia.
Sin parques ni canchas, la juventud tiene escasas opciones para recrearse. Además, esas localidades, que acogen una población que ronda las 15 mil personas, urgen de un mejor servicio de salud.
En la clínica rural faltan médicos residentes para que haya atenciones las 24 horas y los medicamentos son escasos, asegura la dirigente comunitaria Agustina Castro. Hace falta un laboratorio y un área de odontología, pero sobre todo una unidad de rehidratación, para atender los frecuentes casos de diarreas que se registran en niños.
“Cuando alguien se pone malo uno tiene que pagar hasta mil pesos para que lo lleven a Andrés, Boca Chica”, comenta Castro. Hay casos de muerte de personas que no fueron atendidas por falta de transporte y de médicos. El centro médico más próximo queda en Guayabal, a cuatro kilómetros.
La cominidad espera por la inversión pública o privada para volver a la productividad
Dolores castro
Comunitaria
“Cuando la luz se va no hay agua, porque están conectadas, son bombas eléctricas. Hay veces que hay tres días sin luz y por consiguiente tres días sin agua. También necesitamos que nos arreglen los caminos vecinales”.
Demetrio Soriano
Agricultor
“Después que el CEA dejó de existir aquí no ha habido trabajo. Tenemos toda esa tierra baldía, que no podemos ponerla a producir porque el Estado no lo permite. Vienen y te arrancan los frutos cuando ya están grandes”.
Genoveva castillo
Doméstica
“Aquí tiene que emigrar todo el mundo para poder sobrevivir. Estamos pidiendo que nos construyan una zona franca. Los cuatreros nos tienen en zozobra, no se puede tener ni una vaquita porque se la roban de una vez”.
Era una tradición centenaria
Los primeros ingenios de esa zona de la región Este se crearon en los años 1800, entre los que cabe destacar el ingenio Quisqueya, en el paraje Las Mellizas, del municipio San José de los Llanos.
Ese municipio está dividido en cinco secciones y 54 bateyes. Limita al este con el municipio de San Pedro de Macorís, al oeste con Boca Chica, al norte con el parque Los Haitises y al sur le queda el Mar Caribe. No hay empresas en la zona y los “echa días” están inactivos, pues no hay espacio ni para las actividades informales.