Pobladores del Sur construyen el puente “Del Milagro”

Azua.- La comunidad El Limón, del municipio Padre Las Casas, de esta provincia, es una de las tantas en el país que, cada vez que las aguas del río más cercano crecen, queda aislada, situación que impide a sus habitantes continuar sus actividades cotidianas, además de poner sus vidas en peligro.

Pero sus residentes se diferencian de las demás, porque no se han quedado a la espera de las acciones del gobierno y decidieron buscar una solución con esfuerzos propios.

Los campesinos de los poblados El Limón, La Cañita, Los Rodríguez, El Jobal, Majaguita, El Tetero, La Fortuna y otros a lo alto de la cordillera Central, decidieron erigir el puente que ha de ser la solución temporal a sus problemas, con el apoyo del obispo de la Diócesis de San Juan, José Dolores Grullón, y de las hermanas de la Congregación El Cristo Crucificado.

La construcción del puente “Del Milagro”, se inicia con el interés de comunicar a los 19 poblados de Padre Las Casas que están alrededor del río Grande Del Medio, que en los meses de mayo a noviembre quedan incomunicados. El agua se convierte en un dolor de cabeza. Los profesores no pueden subir a impartir clases, los médicos quedan sin paso a la clínica rural y se cortan todas las vías de abastecimiento de alimentos, empeorando la situación económica de las familias.

Desde el 29 de mayo del 2009 los comunitarios han recolectado dinero y trabajan en la obra, pero ha sido suspendida en varias ocasiones por falta de recursos. Fidel Espinoza, ingeniero encargado, explicó que levantar el puente Del Milagro costaría unos 10 millones de pesos, pero debido al alza de los materiales y la necesidad de contratar personal calificado para ayudar a los munícipes, terminar esta obra requiere de al menos 13 millones de pesos.

La primera gestión para construir el puente fue iniciada por la hermana Emilia González Hornacho y sus compañeras de la congregación El Cristo Crucificado junto con la Fundación de Desarrollo de Azua, San Juan y Elías Piña (Fundasep), como institución gestora de los recursos económicos, que organizaron una colecta entre los beneficiados e instituciones regionales.

Los primeros aportes fueron de 200 pesos y 500 pesos, los que tenían comercios, recolectándose un total de 16,450 pesos. Los terrenos, desde donde inicia la entrada y salida del puente, que comprende aproximadamente 300 metros, fueron donados por los vecinos doña Tatica, Iluminado Delgado y Chuenchio.

Las Hernamas Apostólicas de El Cristo Crucificado, en España, al enterarse de la misión que habían emprendido sus correligionarias en República Dominicana, decidieron también sumarse a la causa y donaron 20 mil euros. A dos meses de emprender el camino, Fundasep y las Hermanas Apostólicas ampliaron la búsqueda de apoyo a la comunidad de Azua.

El 8 de julio del 2009, organizaron “El Gran Maratón”, que fue transmitido por la emisora comunitaria Túbano FM, y durante siete horas recolectaron 70 mil pesos. Para el padre José de los Santos (Wilkyn), las llamadas más alentadoras fueron recibidas de las empresas Cementos Santo Domingo, que donó 1,000 fundas de cemento, y del grupo empresarial Vicini, que donó varillas para la construcción del puente.

Las maquinarias que necesitaban para mover los materiales pesados y que no podían alquilar fueron facilitadas por Fundasep, que se encargó de canalizar las ayudas necesarias.

“Lo que hace especial al puente Del Milagro es que cada metro refleja el esfuerzo de cientos de campesinos que no desmayarán hasta poner sus pisadas sobre lo que ha sido un anhelo”, dijo el padre Wilkyn.

Se proyecta que para finales de agosto de este año, el puente Del Milagro quede inaugurado, terminando así la pesadilla de los comunitarios.

Independientes. La característica principal que han reflejado los campesinos que construyen el puente es la independencia. Los habitantes de la sierra se han organizado para que sean sus propias manos las que viertan la mezcla de cemento y arena que ha de unir los 61 metros que dividen a Las Lagunas de El Limón, sirviendo de ejemplo a las demás comunidades.

Cada jornada de trabajo está integrada por 25 hombres que realizan el trabajo pesado: cargan las fundas de cemento, la arena y enlazan las varillas, y una mujer para cocinar, los cuales son rotados diariamente.

Hay días que se necesita la ayuda de trabajadores especializados para hacer la carpintería, y la asistencia del ingeniero que dirige la obra, Fidel Espinoza, quien por otros compromisos no puede estar diariamente en la dirección del proyecto.

La llamada “del milagro”

La hermana Juana Rivas relató que para el obispo de la Diócesis de San Juan, José Dolores Grullón Estrella, significó mucha alegría recibir la llamada de una religiosa que tenía su madre enferma.

La señora iba a ser operada, pero según los médicos no había posibilidades de que sobreviviera, por lo que la familia pidió a Dios que hiciera su voluntad con ella. El dinero que costaría la operación fue donado.

La religiosa le dijo en la llamada: “Tengo 150 mil pesos reunidos, quiero cederlos a la fundación que usted dirige”. En esos días se gestionaban los recursos para la construcción del puente, por lo que el obispo consideró esta donacion como “un milagro”, de ahí el nombre del puente.

Acceso al pico Duarte

Son muchas las expectativas que se tienen para cuando se concluya la plataforma sobre el río Grande Del Medio. El puente Del Milagro será la ruta más corta para los viajeros que vienen desde el sur profundo y desean penetrar la cordillera Central, ir al municipio de Constanza o subir al pico Duarte, o continuar para el centro de la región Norte. Se estima que recorrer el trayecto desde Padre Las Casas hasta Constanza es de dos horas.

Autogestión comunitaria

José de los Santos

Sacerdote

“Con este tipo de trabajo se promueve la independencia de los pueblos con los gobiernos, y se les incita a que busquen su propia sostenibilidad. Estamos educando para el desarrollo a través del esfuerzo propio”.

Eladio Ramírez

Comunitario

“Hemos durado dos semanas sin salir de la casa cuando las aguas del río crecen, por no tener una vía de entrada y salida de la comunidad, pero ahora contaremos con nuestro puente y es gratificante saber que nuestro nombre quedará grabado como uno de los que edificaron esta estructura”.


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