Pilatus se ha convertido en líder mundial en fabricación de naves de instrucción militar

Stans (Suiza).- Los pedidos llegan generosos a Pilatus, el constructor suizo de aviones que se ha convertido en líder mundial en la fabricación de naves de instrucción militar. Éxito que se debe a sus aparatos, pero también a su nivel de especialización en un mercado cada vez menos atendido por la competencia.

Basada en Stans, en el cantón de Nidwalden, el grupo Pilatus vio escalar sus resultados financieros en 2011, cuando su facturación alcanzó un nivel récord de 781 millones de francos, 14% por arriba del año previo.

Y el futuro podría ser aún mejor. Desde que inició el 2012, la firma ha recibido pedidos para la manufactura de 154 aviones más, 79 de ellos del llamado PC-21, su más reciente modelo. Pero, ¿qué explica su éxito?

Aviones « todo en uno »

En la revista electrónica de aeronáutica Flightglobal, el piloto británico Peter Collins esboza el panorama del sector en el que se mueve Pilatus. Frente a la existencia de limitaciones presupuestarias concretas, muchas fuerzas aéreas se enfrentan a un dilema preciso: ¿Cómo formar pilotos altamente calificados en técnicas de vuelo y de ataque en un poco tiempo y con costos restringidos?

“De cara al futuro, necesitaremos cada vez más aviones entrenadores fáciles de mantener, pero con un alto grado de rendimiento, y al mismo tiempo, con un sistema de simulación tan sofisticado que sea capaz de remplazar a tres o cuatro tipos de aviones para cubrir la totalidad del programa de instrucción”, explica.

Y en principio, el PC-21 responde a estos criterios, según estima el piloto de pruebas, quien ya ha probado esta nave.

“Las fuerzas aéreas suizas han demostrado que podemos utilizar un PC-21 a lo largo del proceso de formación”, confirma Max Ungricht, redactor en Jefe de la revista suizaCockpit Aero, quien añade que “esto es algo que no existía antes. Siempre hemos requerido dos o tres tipos de aviones que van del primer aparato de entrenamiento al avión de caza. Pero esto es más costoso y toma más tiempo. De ahí que el sistema Pilatus presente grandes ventajas”.

Cabina ‘a la medida’

Dos características hacen que el PC-21 responda a todos los criterios citados. Primero, que aunque cuenta con una hélice de turbopropulsión, puede desempeñarse como un avión de reacción.

“Está concebido de tal forma que no presenta la desventaja típica de los aviones de hélice, esto es, una tendencia a desplazarse de lado debido al movimiento del motor y la presión que genera su hélice sobre el fuselaje”, explica Max Ungricht y precisa: “En el PC-21, la corrección de trayectoria es automática, lo que no existe en otros aparatos comparables. El piloto tiene pues la sensación de ir a cargo de un jet, en donde la propulsión siempre avanza en línea recta”.

Segundo, esta percepción se refuerza al interior de la cabina. “La cabina del PC-21 es muy cercana a la de los F/A-18”, refiere Max Ungricht.

Pero puede ser personalizada y acondicionada a la medida del cliente. En su reporte, Peter Collins subraya que la empresa Pilatus puede construir cabinas similares a las de los aviones de caza más modernos, como el Mirage 2000, el Eurfighter o el Saab Gripen.

Relación calidad-precios

Pero no son las innovaciones del reciente PC-21 lo único que explica el éxito comercial de Pilatus. La empresa cuenta también con una buena imagen y una experiencia de varias décadas.

“Pilatus presentó su primer modelo en 1947, el PC-2, que para aquella época era ya un avión de entrenamiento bastante avanzado. Y la empresa se concentró desde entonces en dos objetivos: la reducción de costos con respecto a naves más grandes y potentes, y una calidad de vuelo excepcional para hacer agradable la experiencia de pilotar estas naves”, asegura el piloto e instructor de vuelo Raoul Weit.

“El PC es confiable, y la relación precio-calidad es excepcional para el utilizador. En las fuerzas aéreas suizas aún se ven PC-7, con más de 30 años de vida que están como nuevos. Para un operador, el encontrarse frente a un aparato que jamás envejece hace toda la diferencia, excepto por supuesto en el plano tecnológico. Y ésta ha sido una delas claves del éxito de Pilatus”, añade.

Menos competencia

Pilatus también ha tenido la ventaja de evolucionar en un mercado cada vez menos competido. La demanda de aviones de combate se ha reducido y, como consecuencia, también el requerimiento de naves entrenadoras, así que muchos constructores han abandonado el sector.

“Todavía en los 80´s se contaba con medio millar de jets suizos; en la actualidad hay solo 35”, precisa Raoul Weit. “Era necesario pues formar entre 70 y 80 pilotos cada año, contra los 8 actuales; y el resto de los países europeos, por razones financieras, también han reducido la demanda, lo que repercute en el mercado de las naves de entrenamiento”.

Problema por la neutralidad

Las exportaciones de Pilatus crean polémica frecuentemente. Sus aviones de entrenamiento pueden ser eventualmente armados y utilizados para ataques a tierra; lo que representa un problema para la tradicional neutralidad suiza, que prohíbe exportar armas a zonas en conflicto.

El Director de Pilatus, Oscar Schwenk, reconoció a principios de agosto que una empresa israelí, Elbit Systems, era capaz de armar modelos antiguos como el PC-7 y el PC-9. En contrapartida, los nuevos modelos, como el PC-21, no pueden ser armados sin la asistencia de Pilatus porque son “aviones muy complejos que solo funcionan con la ayuda de una computadora”, según declaró Schwenk al diario económico Handelszeitung.

Los especialistas consultados por swissinfo.ch consideran, no obstante, que la polémica alrededor del potencial armamento de los aviones PC es en realidad un falso problema. “Los resultados no han sido concluyentes. Los PC no están estructuralmente diseñados para resistir bombas o misiles. Ciertamente, algunos pueden intentar armar un PC, pero la aerodinámica es una ciencia, y es difícil de ir contra sus reglas básicas”, matiza Raoul Weit.

« Cualquier avión puede ser armado, incluso el mío”, coincide Max Ungricht, “pero en teoría, un PC no es en absoluto un avión de combate. Y es una pena que en Suiza se critique a Pilatus por esas cuestiones de armamento en lugar de destacar el extraordinario éxito de esta pequeña empresa”.

Fuente: http://swissinfo.ch. Autor: Olivier Pauchard, Traducción, Andrea Ornelas.


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