Pese a las medidas de apertura del régimen Mubarak renace nuevas manifestaciones

Egipto.- Pese a las medidas de apertura del régimen de Hosni Mubarak, la revuelta contra el líder egipcio, que lleva 30 años en el poder, mantiene su fuerza.

Decenas de miles de personas vuelven a abarrotar hoy la plaza de la Liberación de El Cairo, epicentro de las protestas contra el dictador, y otros cientos esperan para entrar en las largas colas que ya se han instalado de manera permanente en los accesos a la plaza. En una nueva jornada de movilizaciones masivas, otras decenas de miles de personas han marchado en la segunda ciudad del país, Alejandría, y las protestas han afectado, por primera vez, al canal de Suez, cuyos trabajadores han iniciado una huelga.

Hoy, el vicepresidente egipcio, Omar Suleimán, encargado de pilotar las negociaciones con la oposición, ha asegurado que Egipto tiene un plan y un calendario para un traspaso de poder pacífico; ha anunciado el nombramiento de una comisión para la reforma de la Constitución y ha prometido que el Gobierno no perseguirá a los manifestantes que, durante dos semanas ya, han pedido y piden el fin del régimen de Mubarak. Los quince días de protestas, no siempre pacíficas, se han cobrado al menos 302 víctimas mortales.

Sin embargo, estas tímidas reformas para ganar tiempo no convencen a los ciudadanos y miles de ellos siguen apostados en la plaza de la Liberación de El Cairo. La oposición ha mantenido la convocatoria, hoy, de una nueva jornada de protesta masiva para marcar el inicio de la tercera semana de revuelta. Pasado el mediodía, una vez finalizada la jornada laboral, el llamamiento de los anti-Mibarak ha cosechado de nuevo un rotundo éxito. En los accesos a la plaza de la Liberación se han formado dos largas colas que, unidas, suman cerca de un kilómetro, dan la vuelta ya al Corniche del Nilo -la calle que discurre paralela al río- y ocupan el puente Kasser Al Nil.

En Alejandría (norte de Egipto) una marcha ha recorrido las calles entre la mezquita de Ibrahim y el parque del Soldado Desconocido. Decenas de miles de personas se han unido a esa protesta tras la oración del mediodía (y el término de la jornada laboral) con gritos al unísono: ‘Fuera, fuera, Mubarak’. Aunque no deja lugar a dudas, muchos apoyaban el mensaje con pancartas en las que se leía Abajo el régimen. El sentimiento general entre los manifestantes es que no hay marcha atrás y lo que ofrece el Gobierno, que apenas ha concretado fechas, no les convence.

Además, la compañía que gestiona el Canal de Suez, un paso importante para la llegada de petróleo y otras mercancías a Europa, ha informado, por primera vez desde que comenzaron las protestas, de interrupciones en su funcionamiento. La causa, según asegura el diario oficialista Al Ahram, es una huelga de los operarios del canal en las ciudades de Suez (en el mar Rojo), Ismailia (en el centro del canal) y Port Said (en la abertura al Mediterráneo). Se trata de unos 6.000 trabajadores que han secundado una concentración ante la sede de la compañía y que amenazan con no disolver la protesta hasta que sus demandas sean escuchadas. ‘Se esperan interrupciones en el paso de embarcaciones así como pérdidas económicas desastrosas’, añade la información del diario.

El Cairo retoma el pulso

Aunque la capital intenta recuperar poco a poco la normalidad, miles y miles de cairotas pasan cada día por la plaza. Además de los que llevan días acampados, otros muchos deciden dejar patente su descontento acercándose, antes o después de trabajar, hasta la protesta. Con la reincorporación masiva al trabajo, tras muchos días de parálisis económica, la hora punta de afluencia se sitúa pasadas las tres de la tarde (una hora menos en la España peninsular) y se mantiene hasta las cinco de la tarde, aunque son muchos quienes se mantienen en la plaza pasada esa hora e incluso quienes, durante la noche, desafían el toque de queda impuesto por el Gobierno (a las ocho de la tarde, hora local).

Dentro, los vendedores de comida -aunque el Ejército a veces impide la entrada de alimentos-, las familias o individuos que acampan se mezclan con los que van y vienen y pueden participar en actividades y manifestaciones. Otros pasean por la zona en la que se exponen fotos de los fallecidos en la revuelta, rindiendo su personal homenaje.

Esta mañana, una manifestación solo de mujeres ha recorrido parte del recinto y ha habido dos mítines. Por la tarde, ha sido una marcha de ingenieros la que ha llegado hasta la plaza de la Liberación para sumarse al descontento. También ha habido marchas en dirección contraria, hacia la parte externa de la plaza, para concentrarse ante los edificios del Parlamento y la televisión estatal, a la que acusan de manipulación. También había convocado un acto en el que intelectuales y cineastas pretendían mostrar su apoyo a la revuelta, pero ha sido pospuesto, probablemente por la imposibilidad de llegar a tiempo de algunos participantes, debido a los controles de acceso. A los que no se deja acceder a la plaza es a los periodistas que no tienen la acreditación en el país. Pese a la gran aglomeración de gente, no se han registrado por el momento incidentes significativos.

Los manifestantes, además, no pierden la esperanza ni las ganas de que su protesta lleve al fin a la marcha del presidente Mubarak. Entienden que las concesiones del régimen, las pequeñas medidas de apertura no tienen nada que ver con lo que exigen desde hace dos semanas y prometen no cejar en la protesta hasta que Mubarak se vaya. También desdeñan a aquellos que aseguran que los concentrados en la plaza no representan a todo Egipto. ‘Por cada egipcio que hay en la plaza, hay toda una familia que apoya la revuelta aunque no pueda estar en ella’, decía esta mañana un joven manifestante.

Una hora de ruta para la transición

Mientras, el régimen sigue anunciando medidas que puedan contentar a los manifestantes y apagar un tanto la protesta. Egipto tiene un plan y un calendario para una transición pacífica y un traspaso de poder, ha declarado esta mañana el vicepresidente y hombre fuerte del régimen en estos momentos, Omar Suleimán, tras reunirse con el presidente Mubarak. Sin embargo, no ha concretado ese calendario más allá de lo que, hace una semana, dijo el rais: que no volvería a presentarse en las elecciones presidenciales de septiembre. Suleimán ha asegurado, además, que el Gobierno no perseguirá a los manifestantes. Numerosos líderes juveniles han sido liberados en los últimos días y hoy la agencia oficial MENA ha anunciado la salida de prisión de 34 presos políticos, aunque se sigue deteniendo a gente.

‘El presidente da la bienvenida al consenso nacional, confirmando que estamos en la buena dirección para salir de la actual crisis’, ha dicho el vicepresidente tras reunirse con Mubarak para tratar el proceso de diálogo entre el régimen y los partidos de oposición que iniciaron el domingo. ‘Se ha fijado una clara hoja de ruta con un calendario para llevar a cabo un pacífico y organizado traspaso de poder’, ha dicho Suleimán en televisión al término del encuentro. Ha subrayado el vicepresidente ‘la necesidad de seguir el proceso de diálogo’ iniciado el domingo con la oposición.

Asimismo, Suleimán ha informado de que Mubarak ha nombrado una comisión para enmendar la Carta Magna. El presidente ‘ha firmado un decreto en virtud del cual forma una comisión que tendrá como misión aportar reformas a la Constitución’, ha dicho Suleimán. Las reformas constitucionales tendrán que ver con la duración y el límite de los mandatos presidenciales. Ya el domingo, el vicepresidente anunció la creación de esta comisión, además de otras medidas, como ampliar la libertad de prensa o la liberación de los presos ‘de conciencia’, tras reunirse con representantes de las fuerzas opositoras, entre ellos los Hermanos Musulmanes, el espantajo islamista usado para justificar la dictadura.

Son algunas de las medidas que el régimen de Mubarak, que se resiste a caer, ha tomado para poder sobrevivir. El domingo se produjo una reunión entre Suleimán y los opositores, en la que se esbozaron algunas reformas. Ayer, se anunció una subida de sueldo a los funcionarios y una subida de las pensiones. En los quince días que duran ya las protestas, también se han anunciado la revisión del resultado de las legislativas de diciembre -consideradas un enorme fraude- o del final del estado de excepción, que se mantiene desde el asesinato de Anuar el Sadat y el ascenso de Mubarak al poder en octubre de 1981. Ninguna de esas promesas ha logrado, sin embargo, convencer a los manifestantes.


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