Pedro y el tortuoso camino de la justicia
Nuestro apreciado amigo Pedro Domínguez de León, piloto aviador y expresidente de la Asociación Nacional de Pilotos (ANP), ha decido trillar el escabroso y tortuoso camino de la justicia.
Y aunque la sociedad ha creado esa instancia como una forma civilizada para dirimir los conflictos, cuando no se trate de graves delitos la misma justicia trata de buscar la conciliación entre las partes.
El Capitán Domínguez ha hecho, con todo su derecho, uso de la Ley 200-04 cuando ha necesitado saber informaciones de su interes que manejan instituciones públicas. Y cuando se le ha negado, también ha reclamado a través de los Tribunales de la República.
En nuestro caso particular, cuando nos hicimos eco de denuncias del actual presidente de la ANP sobre alegados desorden y dispendio en la gestión del Capitán Domínguez, también fuimos sometidos a la justicia.
Y la querella en nuestra contra fue bajo una normativa pensada para penalizar delitos de alta tecnología, la Ley No. 53-07, y no como a un comunicador quien firmó y publicó de manera responsable una información de interés público.
E incluso, se nos acusó de ser el culpable que producto de la publicación de nuestra supuesta noticia difamatoria “no ha podido conseguir empleo relacionado con su condición de piloto aviador, lo cual ha causado en él problemas económicos que merecen ser indemnizados..”
En esos momentos, muy preocupada nos aconsejaba una sabia y vieja amiga que trataramos de armonizar y no echar ese pleito, porque los problemas judiciales se asemejan a una gripe, que comienza sencilla pero puede empeorar y convertirse en neumonía; aunque le aclarabamos que eso no dependía de nosotros y que nuestra única opción era prepararnos para nuestra defensa, para lo cual contamos con el apoyo de tres distinguidos juristas quienes nos ofrecieron sus servicios de manera gratuita.
Hoy, que tres expresidentes de la ANP se querellan contra él por el manejo de los recursos económicos durante los diez años de su gestión en esa entidad, somos de opinión que lo más saludable para los aviadores dominicanos es dejar que la justicia determine quién tiene la razón; sin llevar nada de esto a los planos personales.
Llegar a un acuerdo extrajudicial, tal como alegadamente pretenden algunos poderosos padrinos, dejaría dudas que a quien menos conviene es a Pedro, y él parece que está muy claro en ese sentido.
Finalmente, no obstante que su polémica presidencia de la ANP lo convirtió en una figura pública de nuestro país y que en tal virtud no necesite a este “periodiquito”, le reiteramos nuestros afectos y nos ponemos a sus órdenes para difundir sus declaraciones, y las informaciones de su incipiente Fundación Vuelo Seguro.