Opiniones encontradas sobre gestión de Alejandro Herrera en el IDAC

Aeropuerto Internacional Las Américas JFPG.- A más de siete meses de dirigir el Instituto Dominicano de Aviación Civil (IDAC), la gestión del doctor Alejandro Herrera Rodríguez genera opiones encontradas sobre su desempeño.

Algunos consideran como muy positivos sus esfuerzos por sanear la nómina de la institución, sobre todo luego del supuesto desastre que habría dejado su antecesor y precandidato presidencial por el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), el licenciado José Tomás Pérez. Como consecuencia habrían sido cancelados más de cuatrocientos empleados que no desempeñaban ninguna labor en el IDAC.

Igual valoración recibe la eliminación de siete subdirectores, de los doce con los que contaba la institución.

Asimismo, es muy bien apreciada la conformación de la Comisión de Ética Pública de dicho organismo, creada con la encomienda de ser el ente promotor para el fortalecimiento institucional, la prevención de la corrupción administrativa, consolidar la transparencia, así como fomentar y promover la ética en coordinación con la Comisión Nacional de Ética y Combate a la Corrupción (CNECC).

Por su parte, otros conocedores del sector aeronáutico dominicano entienden que más allá de esas medidas, el doctor Alejandro Herrera no ha logrado darle un signo distintivo a su administración; y juzgan que le ha temblado el pulso para hacer remociones de funcionarios de áreas técnicas que han sido reclamadas tanto por los usuarios, como también por empleados que entienden han sido subutilizados no obstante sus meritos profesionales y politicos.

Agregan que la instauración de un Comité Editorial, compuesto por funcionarios del IDAC, no tendrá ninguna incidencia en el fomento de la cultura y profesionalización del sector; pues sus decisiones estarían supeditadas a los intereses y criterios trazados por la dirección de esa institución, por lo que ningún pensador independiente siquiera se atrevería a presentar un trabajo que pueda contradecirles.

Subrayan que la falta de transparencia, a pesar de la creación de la Comisión de Ética Pública, es una herencia que él parecería aceptó como suya, y apuntan que para comprobar esto sólo hay que entrar al sitio de internet del IDAC e intentar buscar informaciones sobre la nómina o la ejecución presupuestaria.

En tal sentido, reseñan la dudosa victoria lograda con obtención de la sede del Instituto Panamericano de Aviación Civil (IPAC), una dependencia de la Comisión Latinoamericana de Aviación Civil (CLAC), luego de ofrecer villas y castillas en Colombia durante el pasado mes de julio; y que todavía nadie sabe como afectará el bolsillo de los contribuyentes dominicanos.

Las quejas de empleados por recortes de beneficios, y un reciente memorandum que suspende los aumentos de sueldos, son algunos de los lamentos a lo interno del IDAC. También ya genera polémicas la administración de un comedor que sería construído en el Edificio Norge Botello, ubicado en Punta Caucedo, y que sería otorgada para beneficiar sólo a controladores aéreos, sin considerar a otros empleados con menores salarios y privilegios.

Finalmente, los más extremistas razonan que nuestra aviación civil va por mal camino para los empresarios, pilotos y técnicos que no tienen el privilegio de ser funcionarios del IDAC; e indican que con el reciente cierre de Volair, y la casi segura quiebra de otras dos líneas aéreas, el empleo y supervivencia de ellos pronostica un fatídico panorama.


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