Obama insiste en que Muamar el Gadafi debe marcharse
Santiago de Chile.- El presidente de EE.UU. insistió ayer en que la posición de su país es que el líder libio, Muamar el Gadafi, ‘debe marcharse’, pero el mandato de la ONU sólo obliga a poner en marcha una zona de exclusión aérea y proteger a los civiles en ese país.En una rueda de prensa conjunta con el presidente chileno, Sebastián Piñera, Barack Obama reiteró que en los ‘próximos días, no semanas’, Estados Unidos transferirá el mando de la operación ‘Odisea del Amanecer’ a otros miembros de la coalición, aunque no quiso precisar a cuáles.
Hasta el momento, EE.UU. ha lanzado cerca de 150 misiles crucero contra objetivos libios desde que comenzó la operación el pasado sábado.
Según precisó, ‘nuestra operación militar se produce en apoyo de un mandato internacional del Consejo de Seguridad que se centra específicamente en la amenaza humanitaria que el coronel (Muamar el) Gadafi representa para su pueblo’.
Mientras, el Consejo de Seguridad de la ONU acordó celebrar el próximo jueves una reunión para analizar la intervención militar internacional contra el régimen de Gadafi, autorizada la semana pasada por el organismo mundial.
Fuentes diplomáticas dijeron que el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, informará en ese encuentro de la evolución de la situación en Libia siete días después que se autorizara el uso de la fuerza. El Consejo rechazó una solicitud de Libia para una reunión de emergencia con el fin de parar lo que llamó ‘agresión militar’ de Francia y EE. UU.
Mientras, los rebeldes, liberados de la presión de las tropas de Gadafi en torno a Bengasi, intentaron recuperar el terreno perdido antes que comenzaran los ataques de la coalición internacional siguieron combates en Ajdabiya, al este, y Misrata, al oeste.
Dudas sobre la operación entre los integrantes
La descoordinación de la coalición internacional ha empezado a sembrar las primeras dudas en torno a la operación militar en Libia. A las diferencias mostradas entre Reino Unido y EE.UU sobre el futuro de Gadafi, Francia, Italia y Noruega han mostrado su preocupación ante una operación con diferentes velocidades entre sus integrantes.