Neo Orbis, el primer buque eléctrico alimentado por hidrógeno sólido
El pasado mes de marzo, el Puerto de Ámsterdam lanzaba una licitación pública para la construcción de un nuevo barco eléctrico que vendría a plantar las bases de una nueva tecnología de movilidad. Era el llamado Neo Orbis. En los últimos días ya ha sido adjudicado el contrato de construcción de un primer navío de demostración como parte del programa plurianual europeo H2Ships. Según la hoja de ruta de la compañía Next Generation Shipyards, la encargada de su construcción, esperan tener culminada la primera unidad durante la primera mitad del próximo 2023.
Las labores a las que se someterá este primer prototipo de pruebas será en un entorno totalmente real, ya que se dedicará al transporte de pasajeros, excursiones turísticas y, en menor medida, el transporte de objetos o mercancías. Su puesta a punto se adecuará para llevar a cabo operaciones tanto en los canales de la ciudad de Ámsterdam como en la zona portuaria entre esta capital y la población de Ijmuiden; ambas localidades se encuentran muy próximas y el tráfico marítimo entre ambas es bastante notable.
Sin embargo, lo más destacado de este barco eléctrico de 20 metros de eslora es que será el primero del mundo que se desplace gracias a la propulsión generada por hidrógeno sólido. Este combustible se produce a partir de la mezcla entre polvo de borohidruro de sodio, un estabilizador y agua ultradepurada, lo cual da como resultado un combustible líquido no combustible.
La clave de este componente es que el borohidruro de sodio disuelto reacciona como un catalizador, lo que produce hidrógeno, mientras que el combustible gastado se convierte nuevamente en borohidruro de sodio. Esto supone que el proyecto concluya creando un sistema de circuito cerrado en el que el material residual vuelva a convertirse en material utilizable.
El mencionado sistema de circuito cerrado va un paso más allá y el calor extraído del funcionamiento de dicho proceso se aplica para calentar el interior de un recipiente y reciclar el agua utilizada. Adicionalmente, el navío estará equipado con dos baterías de 25 kWh de capacidad invidivual, las cuales proporcionarán la energía eléctrica necesaria mientras el sistema monitorea la concentración de hidrógeno disponible.
Además de todo lo mencionado, el sistema de hidrógeno sólido del Neo Orbis se presenta como uno de los más seguros, ya que el material se almacena como borohidruro de sodio, un material muy estable, el cual tiene un punto de ignición mucho más elevado que el hidrógeno en forma gaseosa o incluso que el diésel convencional empleado hasta ahora en los barcos.
El Puerto de Ámsterdam posee un plan de descarbonización total para el año 2050, algo a lo que esperan que contribuya este avanzado navío de forma notable.
Este esperan que sirva como apoyo para la adopción del hidrógeno como combustible para barcos dedicados a la navegación interior, de corta distancia, dragados o patrulleros, entre otros.
El plan establecido por H2Ships pasa por la creación de dos proyectos piloto, el primero de ellos es el barco eléctrico Neo Orbis, mientras que el segundo es la creación de una estación de servicio de hidrógeno ubicada en un importante puerto de Bélgica, la cual demostrará sus capacidades con un nuevo navío dedicado a las labores de mantenimiento de parques eólicos marinos. Una vez los planes de desarrollo hayan concluido, la compañía espera llevar a cabo una nueva prueba piloto sobre el río Sena, en París, así como desarrollar un nuevo modelo más completo para su adopción en el noroeste de Europa.
Fuente: https://www.hibridosyelectricos.com/