NASA: La sonda Juno se complica durante un sobrevuelo de Júpiter

Tras casi una década explorando uno de los entornos más extremos del sistema solar, la misión Juno de la NASA volvió a recordarnos lo hostil que puede ser Júpiter. El 4 de abril, la nave entró en modo seguro no una, sino dos veces, interrumpiendo temporalmente su recolección de datos científicos. Aunque el equipo en Tierra logró restablecer el contacto, el susto fue real… y con razón.

El sobrevuelo número 71 que casi se complica

Juno se encontraba en pleno acercamiento programado al planeta —conocido como perijove— cuando, a las 5:17 a.m. ET, activó su modo seguro por primera vez, una hora antes de su paso más cercano. Luego, volvió a hacerlo 45 minutos después del perijove. Durante este estado de precaución, la nave apagó sus instrumentos científicos, aunque mantuvo encendidos sus sistemas de comunicación y gestión de energía. También reinició su computadora de a bordo y apuntó sus antenas hacia la Tierra para reportarse con el centro de control.

Aunque los ingenieros todavía analizan los datos, las primeras señales apuntan a un conocido enemigo: las bandas de radiación del planeta. Júpiter posee un campo magnético 20,000 veces más fuerte que el de la Tierra, capaz de atrapar partículas cargadas y acelerarlas como si fueran proyectiles en un acelerador de partículas.

Estas partículas se concentran en torno al ecuador del planeta en cinturones de radiación en forma de rosquilla, donde el flujo energético es extremo. Aunque Juno está protegida con una bóveda de titanio diseñada para resistir este bombardeo, no siempre es suficiente: esta fue la quinta vez que la nave entra en modo seguro desde su llegada en 2016.

Recuperación en marcha y próxima misión

Una vez reestablecida la comunicación, el equipo de la NASA comenzó a descargar los datos obtenidos antes y después del incidente, mientras Juno realiza diagnósticos internos de su software de vuelo. La buena noticia es que la nave parece estar operativa nuevamente.

La próxima cita de Juno será el 7 de mayo, cuando realizará un nuevo sobrevuelo de Júpiter, incluyendo un acercamiento a Io, una de sus lunas más volcánicas, a tan solo 89.000 km de distancia. Con suerte, esta vez los sistemas científicos de la nave lograrán mantenerse encendidos durante toda la maniobra.

La misión Juno continúa demostrando su valentía en uno de los entornos más extremos del sistema solar. Y aunque los sustos no faltan, también lo hacen las oportunidades para descubrir los secretos del coloso gaseoso y sus lunas.

Fuente: https://es.gizmodo.com/


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