Mitos más comunes y errados sobre los neumáticos de tu auto
Cuando se trata del mantenimiento de nuestro vehículo, uno de los componentes más esenciales y a menudo subestimados son los neumáticos. Estos cuatro contactos con el suelo son cruciales para nuestra seguridad y el rendimiento de nuestro automóvil.
Sin embargo, en el ámbito de los neumáticos existen muchas creencias erróneas, pero comunes, que pueden llevarnos a tomar decisiones equivocadas sobre su cuidado y mantenimiento. En esta edición, desmitificaremos algunos conceptos erróneos y destacaremos la importancia de mantener nuestros neumáticos en óptimas condiciones.
La Presión Recomendada no es importante, cualquier número sirve: ¡Falso!
Una de las creencias más comunes es que la presión de los neumáticos es un detalle menor. Nada más lejos de la verdad. Mantener la presión adecuada es esencial para garantizar la estabilidad del vehículo, el agarre y la eficiencia en el consumo de combustible. La presión recomendada para los neumáticos suele estar especificada en el manual del propietario del vehículo y, a menudo, también puede encontrarse en la etiqueta, en la puerta del conductor o en el borde de la puerta.
Es importante recordar que cada automóvil o tipo de neumático puede requerir una presión específica, y no seguir estas pautas puede afectar negativamente la vida útil de los neumáticos y, en casos extremos, causar accidentes.
La presión de los neumáticos debe ser siempre la misma en todas las ruedas: ¡Incorrecto!
Muchas personas asumen que la presión de inflado de los cuatro neumáticos debe ser igual, pero esto no siempre es cierto. Algunos vehículos requieren diferentes niveles de presión para las ruedas delanteras y traseras, lo que contribuye a una conducción más segura y estable. Para saber las recomendaciones precisas, nuevamente es fundamental consultar el manual del propietario.
La rotación y el balanceo son innecesarios: ¡Nada más alejado de la realidad!
Es habitual que algunos conductores pasen por alto la importancia de rotar y balancear sus neumáticos periódicamente. La rotación implica cambiar la posición de los neumáticos para desgastarlos de manera uniforme y prolongar su vida útil. Por otro lado, el balanceo consiste en equilibrar el peso de cada neumático y llanta, lo que evita vibraciones incómodas y desgaste desigual. Estos procedimientos no solo promueven una conducción más segura, sino que también pueden ahorrar dinero a largo plazo, ya que neumáticos desgastados de manera desigual pueden requerir reemplazos prematuros.
Los neumáticos nuevos no necesitan ser equilibrados: ¡Error!
Algunos conductores creen que los neumáticos recién comprados ya vienen perfectamente balanceados de fábrica.
Aunque los fabricantes hacen un gran trabajo en este sentido, los neumáticos y llantas todavía pueden tener pequeñas desviaciones en el peso que pueden afectar la conducción. Es importante equilibrarlos durante el montaje para garantizar un rendimiento óptimo.
Hacer la Rotación de los Neumáticos una Vez al Año: ¿Realmente Suficiente?
Es común escuchar la recomendación de hacer la rotación de los neumáticos una vez al año, pero ¿es esta frecuencia realmente suficiente? La respuesta puede variar dependiendo del tipo de conducción y las condiciones a las que se somete el vehículo.
Si bien hacer la rotación una vez al año es mejor que no hacerla en absoluto, para obtener un desgaste más uniforme y prolongar la vida útil de los neumáticos, lo ideal es realizarla considerando los kilómetros recorridos: se sugiere hacerlo cada 8,000 a 10,000 kilómetros. Si en el transcurso de un año no se llega a esa cantidad, entonces si tomar ese tiempo como límite para efectuar el cambio.
La razón detrás de una rotación más frecuente radica en que los neumáticos delanteros y traseros tienden a desgastarse de manera diferente debido a varios factores, incluyendo el peso del motor, el sistema de frenado y la dirección del vehículo. Si no se realizan rotaciones periódicas, es probable que los neumáticos delanteros se desgasten más rápidamente en comparación con los traseros, lo que podría afectar negativamente el rendimiento y la seguridad en la conducción.
En conclusión, nuestros neumáticos merecen una atención especial, y desentrañar las creencias erradas es clave para mantenerlos en condiciones óptimas. La presión adecuada, la rotación, el balanceo y seguir las recomendaciones del fabricante son pasos fundamentales para mejorar la seguridad y prolongar la vida útil de los neumáticos. Un buen mantenimiento de estos elementos asegura una experiencia de conducción más placentera y evita gastos innecesarios.
Fuente: https://siempreauto.com/