Mini Cooper muestra su tercera generación
Madrid.- Más de 2 millones y medio de unidades vendidas desde 2001, cuando salió de las líneas de montaje, dan fe del éxito alcanzado por el nuevo Mini, primero solo con una carrocería que con el paso de los años ha derivado hasta siete modelos.
Llegado ya a su tercera generación (la intermedia se lanzó en 2007), el auto se presenta más sólido que nunca, pero sin renunciar al espíritu original de un automóvil que vio la luz en el año 1959 como Austin Seven y Morris Mini Minor.
El modelo actual mantiene los rasgos esenciales aunque ha modificado sus proporciones: es más largo (3,8 metros) y ancho, ofrece mejor habitabilidad y baúl.
Su origen se ha convertido en una leyenda, porque se remonta a la historia de un mantel, según Autoblog España.
Corría el año 1957 cuando el entonces presidente de British Motor Corporation, Leonard Lord, invita a comer a su ingeniero jefe favorito, Alec Issigonis. Sobre la mesa se plantea la necesidad, y la prioridad, de crear un automóvil pequeño y económico con el que atender necesidad de movilidad individual de la sociedad británica.
Issigonis hizo un primer esbozo allí mismo, dibujando sobre el mantel un vehículo con una longitud máxima de tres metros. Aquel dibujo, una especie de caja de zapatos, se convirtió en realidad sólo seis meses después.
En julio de 1958 ya rodaba el primer prototipo del Mini y en agosto del año siguiente se presentó al público el Austin Seven y el Morris Mini Minor.
Su llegada marcó un antes y un después en la forma de diseñar automóviles. La idea era crear un coche lo más pequeño posible, pero con cuatro plazas y algo de sitio para el equipaje. Sobre esta base se decidieron sus medidas: tres metros de largo por 1,1 metros de ancho y otro tanto de alto.
Después de varios estudios, el Mini se convirtió en el primer automóvil de gran serie, y pequeño tamaño, que montaba un motor delantero en posición transversal, es decir, a lo ancho y no a lo largo.
Los primeros meses de vida del Mini pasaron sin pena ni gloria: en 1960 sólo se produjeron 64.000 unidades y, frente a lo previsto, no alcanzó el favor popular de las clases media y baja,. Sus compradores eran, mayoritariamente, ejecutivos, estudiantes y mujeres con cierto nivel económico.
El auténtico boom empieza en 1962, cuando el abanico de usuarios cambió tan rápido como la música de entonces. Las personas con poco poder adquisitivo valoraban su economía, los jóvenes la diversión que proporciona al volante y las mujeres lo adoptaron como símbolo de una independencia que aún tardaría en llegar. En 1964 la diseñadora de moda Mary Quant se basó en el nombre del coche para bautizar a la prenda femenina por excelencia, la minifalda.
Un año después se alcanzó el millón de unidades del Mini; en 1969 el segundo millón y en 1972, el tercero. Su imparable carrera hacia el éxito estuvo acompañada por ilustres propietarios: Los Beatles, Peter Sellers, Enzo Ferrari, Brigitte Bardot, Steve McQueen, David Niven, Paul Neuman, Jean Paul Belmondo.
Fuente: http://www.iprofesional.com