Milly Quezada: 45 años de una vida musical que inició con latas de pintura y dos palitos
Detrás de ese recorrido de 45 años en el merengue que registra Milly Quezada, está la historia de una familia dominicana que se radicó en los Estados Unidos y ante las adversidades de chocar con un medioambiente diferente, cuatro hermanos se refugiaron en la música y con latas de pintura y dos palitos dieron inicio a lo que hoy es un referente de identidad musical del país.
Risueña y cargada de energía, Milly conversó con periodistas de Listín Diario, donde narró el génesis de su carrera musical, hasta convertirse en “la reina” del merengue de los últimos 45 años, motivo por el que presentará “Viva la Reina Tour”, el sábado 17 de junio en el Teatro Nacional Eduardo Brito.
Milagros Quezada Borbón, nombre de pila de la artista, relató que en los años 70 vivía en la ciudad de Nueva York, específicamente en Washington Heights, donde para esa época la comunidad criolla no era predominante en el lugar. Sin embargo, a pesar de estar envuelta en otra cultura, su patria añorada estaba presente en su diario vivir.
“En casa se comía arroz, habichuela y pollo; en casa se escuchaban los merenguitos y se veía mucha programación del canal 47 Telemundo, aunque en la escuela y otros ámbitos éramos influenciados por el sistema anglosajón”, contó la merenguera.
La música estuvo presente en su hogar desde muy pequeña. Según narró, tanto ella como sus hermanos tomaban las latas de pintura y con dos palitos empezaban la creación casera de ritmos sonoros tropicales.
“O tendíamos una sábana en un cordel y hacíamos una velada, yo le decía a Rafaelito: – tú me presentas: “Y ahora señoras y señores…”. Cuquita y Fosforito eran sus sobrenombres en la niñez, por la chispa que reflejaba.
Poco a poco el grupo de hermanos se fue cohesionando y surgiendo lo que en principio se denominó Milly Quezada y los Vecinos y que posteriormente pasó a llamarse Milly, Jocelyn y los Vecinos, convirtiéndose en las primeras dominicanas en conformar una orquesta de merengue.
Al grabar su primer disco, el fenecido esposo de Quezada, Rafael Vázquez, es quien trae la música de la banda al país, lo que abrió las puertas a que el publico escuchara por primera vez a una mujer dominicana a ritmo del género musical autóctono. En ese momento, Milly desconocía que estaba adentrándose a un territorio inhóspito por la mujer.
“Johnny Ventura hace las anécdotas de la impresión, y Wilfrido Vargas. Incluso, se sintieron como invadidos; esa es la expresión que me contaba Johnny, (quien se preguntaba): – ¿y qué hace esta mujer o cómo se atreve esta mujer a pretender entrar en terreno masculino?-, una expresión como machista, jeejeej”, relató la interprete de “Solo contigo”.
Ante esto, manifestó que los primeros años fueron muy informales y orgánicos, debido a que tanto ella como sus hermanos veían la música como ”un desahogo existencial”, al estar en un barrio nuevo, en un país e idioma diferentes.
La popularidad de Milly iba creciendo como espuma y en la ausencia de otras figuras en el género. Su único desafío era entrar a la radio, lo cual logró por primera vez en el país con el tema musical “Tú sabes”.
La reina del merengue indicó que el reconocido merenguero Johnny Ventura, al escuchar la canción despertó una chispa en él.
“El ser mujer, ese gritico (estallido que hace en sus canciones), abrió el camino; coincidir con la liberación femenina también…”, apuntó Quezada.
Otro tema que se popularizó fue uno de los más emblemáticos del país por su permanencia a través de los años en el público dominicano: “Vamo´a hablar inglés”, el cual fue escrito por Ramoncito Diaz e interpretado por primera vez en merengue por Milly, Jocelyn y los Vecinos.
Sin embargo, el tema suele ser recordado por la versión en merengue típico que grabó Manuela Josefa Cabrera Taveras, alias Fefita La Grande, quien lo adoptó y lo convirtió en un merengue típico que nunca ha pasado de moda.
La popularidad de canciones como la anterior mencionada, “Quiéreme así” y “Angelito negro” motivaron a la grabación de un disco que inmediatamente se colocó en el gusto popular.
Darse a conocer en su país era un sueño logrado, pero el publico quisqueyano residente en Estados Unidos no se había enterado muy a fondo lo que estaba pasando con la agrupación. Ese anonimato no tardó mucho.
La merenguera relató que el lazo entre la diáspora dominicana y su música lo consigue en las fechas navideñas de esa época el siglo XX, cuando los dominicanos que residían en el extranjero regresaban a pasar la Navidad con su familia y se encuentra con la música de la orquesta posicionada en el gusto popular en República Dominicana.
“Cuando los dominicanos venían y regresaban a Nueva York se llevaban la bolsita de menta, la botella de ron y el disco que estuviera pegado del momento y por eso mi esposo procuraba que tuviéramos un disco sonando, de ahí viene la tradición”, declaró.
Eso permitió que los dominicanos que residían en suelo norteamericano le conocieran y la hicieran sonar hasta llegar a la radio internacional.
“Era un disco por año para la época de diciembre, por eso es que pasamos a constituirnos como la agrupación de la Navidad. Hubo un disco por año, una gira por año en diciembre”, recordó.
En ese transcurso entra los temas “Volvió Juanita” y “La guacherna”, que se difundió en otros mercados: “Nos pegamos en Puerto Rico y ahí comienza esa tradición navideña”.
De “Volvió Juanita” refiere que es curioso porque en sus letras no menciona la palabra Navidad: “La referencia que hace el tema son saquen el lechón, saquen los pasteles, la botella de ron, saca el aguardiente vamos a amanecer porque llegó Juanita”.
Ante esto, declaró que a pesar de que sus merengues no tienen que ver con la Navidad, el dominicano los ha adoptado para esa época festiva del año.
Todo eso fue solo el inicio a una larga carrera de éxitos que le han acompañado durante toda su vida.
La familia, un tesoro preciado
En toda carrera exitosa, se debe pagar el precio de algo y a pesar de que la merenguera dominicana ha dado todo su amor a familia, pasó por grandes penas y difíciles momentos, los cuales tuvo que superar para seguir adelante con su más preciado tesoro, su familia.
Intentando contener las lágrimas, recordó los sacrificios que tuvieron sus hijos durante su niñez al tener una madre que siempre estaba ocupada, resaltando a su hijo menor, quien tenía solo seis años cuando murió su padre, en 1996.
“El pagó un precio muy feo en el trayecto de mi carrera, no tenernos en el momento de gran popularidad, no tener un hogar tradicional. Ellos pagaron una cuota muy fuerte”, relató al momento que no pudo frenar sus lágrimas.
Mostrando su lado vulnerable, narró que sus hijos Miguel y Anthony Vázquez, quienes le han seguido los pasos en la música, lograron adaptarse a su estilo de vida.
“Ellos quieren hacer con sus hijos lo que yo no hice con ellos y me lo dicen, y me gusta, pero me duele porque fueron cosas que a ellos les faltaron porque yo tenia que irme a trabajar”, aseveró.
Uno de los procesos más arduos para Milly fue despedir del plano terrenal a su esposo Rafael Vázquez, con quien cultivó un amor que ha trascendido más allá de la muerte.
“Ese momento fue trascendental en mi vida, cuando muere Rafael yo siempre decía: -Rafael era intenso, era 24/7, los Vecinos, los Vecinos-. Todo lo que a mí me ha pasado él lo soñó. Él decía_ -eso viene, eso viene y él nunca vio nada.
“Él se muere en el 1996 y mi mundo se derrumba”, fueron las palabras que enunció al recordar a su fenecido esposo.
La perdida de su cónyugue le causó depresión, aunque en ese lapso de tiempo también comprendió el sentido de la vida, lo que hasta el día de hoy hace que no se sienta atraída por lujos materiales.
“Cuando yo empiezo a salir de cosas y botar cosas, a darlas porque ya Rafael no estaba, ahí es que tú te das cuenta del valor de la vida. El valor de la vida está en las cosas que llenan tu alma y tu corazón, todo lo demás es basura”, manifestó.
También, a finales de 2019, le tocó despedir a su hermano Rafael Quezada, quien fue un eslabón del merengue junto a la agrupación.
Este fue un duro golpe para la artista, que confesó que “al momento de la perdida de Rafael fue mi perdida más significativa, no solo porque él era el menor de cuatro hermanos, sino porque él era el gestor de todo esto”.
“Yo le decía a Rafael, relajando: -el día que tú te mueras yo te voy a enterrar a ti con todos esos discos, vámonos de vacaciones, vamos para Disney con los muchachos. En el entierro yo me acordé de esa frase y a mí me sacaron del cementerio mala”, enunció la intérprete de “Resistirá”.
A estas alturas, el dinero no es imprescindible para Milly. Otro motor la mueve Ha encontrado la pasión en su rol de abuela, ya que al hablar de sus nietos, en especial de su nieta más pequeña, ponía sus emociones a flor de piel.
La cantante se ve reflejada en su nieta de seis años, con quien ha desarrollado una chispa especial y aunque el idioma natal de la niña es el inglés su abuela busca inculcarle la cultura dominicana y el idioma español.
Reveló lo alegre que se siente, que su nieta la verá por primera vez sobre un escenario el próximo 17 de junio.
Amante de la playa
Quezada se declaró una amante de las playas, al momento que mostró su preocupación por el sargazo que afecta las playas dominicanas.
“Me provoca preocupación, hay una degradación del sistema ambiental y la gente no tiene conciencia de cuidar lo que tenemos”, aseveró.
Como toda apasionada por el mar, dijo que “me encantaría tener una casita en una playa o en una montaña que yo pueda ver el mar de lejitos”.
Puertas abiertas al amor
Milly está abierta a darle una nueva oportunidad al amor, y no pierde las esperanzas de encontrar alguien que conquiste su corazón.
Entre las cosas que le han faltado por hacer, asegura que está volverse a enamorar de la manera que lo hizo de su difunto esposo.
“Volverme a enamorar y hacer pareja, yo soy de las que le tiene mucho miedo a esa extrema soledad, no a estar sola, pero hay una soledad que entristece. Me encantaría poder conectar con otra persona”, reveló.
Detalló que le gustaría encontrar alguien con experiencias vividas, con una vida hecha que también quiera al atardecer tomarse una copa de vino “y reírnos de nuestros propios defectos”.
Sobre el tema puntualizó. “Eso sería chulo, si viene que venga de Dios si no viene, yo le digo a Dios: – sígueme dando cosas que me apasionen”.
Su vida en el cine
Con entusiasmo, la reina dio detalles sobre la película “Milly, la vida es una”, cinta que retratará los primeros 10 años de su vida musical, así como los difíciles momentos que vivió tras la pérdida de su esposo.
Quezada manifestó que la idea nace de la directora Leticia Tonos, quien le propone al artista hacer su autobiografía en el cine, pero la primea respuesta fue un rotundo no.
“Yo no soy artista que busca notoriedad, ni que me estén sacando los trapitos al sol y le dije: ay, no”, expresó al referirse las razones de su negación.
También aseguró había momentos de su vida que no quería recordar, como escarbar la muerte de su hermano y su esposo.
No obstante, terminó convenciéndose y dio inicio a la cinta, la cual recogerá momentos importantes de la vida de Milly, contados por ella.
“Las cosas que se van a decir son, obviamente con un colorido para entretener, porque es un musical, pero con un grado de verdad viniendo desde mi persona”, afirmó.
A pesar de ser un musical, la merenguera promete será divertida, inspiracional y con una pequeña dosis de drama.
“Recordar es vivir y duele. Yo se que la gente se va a quedar con un buen sabor de una historia bien contada, entretenida e inspiradora”, afirmó.
Arrepentimientos y admiraciones
La vida no es perfecta y mucha gente adulta siente que faltó algo por hacer aun estando en la cúspide. A Milagros le habría gustado haber hecho una gestión más efectiva de hacer una transición (un crossover) como hizo Gloria Estefan y Mariano Estefan.
“El esposo de Gloria Estefan tuvo la visión de irse a Europa y pegarse desde de allá y regresar pegada que tuvieron en el mercado norteamericano. Nosotros nos quedamos con la música latina y el merengue, viene este arrastre musical junto con el crecimiento de la diáspora y nos quedamos con eso”, manifestó.
Afirmó le habría gustado lograr lo que ha hecho Romeo Santos, pero con el merengue, que artistas internacionales de habla inglesa canten en español.
“Quizás eso me hubiese gustado, una mejor gestión para hacer el gran crossover”, especificó.
Respecto a sus méritos, piensa que ¨todo eso han sido bendiciones añadidas a lo que es mi pasión por cantar, todo eso yo no lo planifiqué, yo no me considero una super cantante, yo me considero bendecida en el sentido de que yo conecto con la gente y eso es sobrenatural”.