Meditación: estos son los verdaderos beneficios para la salud según la ciencia
Cada vez son más las personas en países como España que han empezado a adoptar las prácticas de meditación como parte de sus rutinas diarias. Y, aunque la ciencia aún tiene mucho que dilucidar sobre hasta dónde se extienden sus verdaderos beneficios, lo cierto es que sí que sabemos que pueden ayudarnos a mejorar nuestro bienestar de varias formas.
Por meditación entendemos un conjunto de prácticas de concentración que frecuentemente incluyen elementos de relajación, mindfulness (ser conscientes del entorno y el momento presentes) y neutralidad emocional.
¿Cuáles son los beneficios de meditar?
Pues bien, según los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos, por ejemplo se ha comprobado que la meditación puede ser útil en el manejo de emociones como la preocupación, la anticipación o la ansiedad en momentos en los que los niveles de estrés son particularmente elevados.
Incluso, algunos estudios científicos han concluido que la práctica de la meditación puede tener efectos beneficiosos en el manejo de trastornos psiquiátricos como el trastorno depresivo o los trastornos de pánico (incluyendo lo que comúnmente entendemos como trastornos de ansiedad), especialmente en comparación con la ausencia de tratamiento. No obstante, hay que señalar que mucha de la investigación al respecto tiene problemas metodológicos o es de alcance limitado.
De la misma manera, hay algunas publicaciones que han concluido que la meditación basada en el mindfulness puede ayudar a alcanzar reducciones en la tensión sanguínea en pacientes con condiciones como hipertensión, diabetes o cáncer.
Cómo incorporar la meditación a un tratamiento?
Otros beneficios comprobados de la meditación son una mejora de la calidad del sueño (si bien no mayor que la que parecen tener enfoques como las terapias cognitivo-conductuales o el ejercicio físico); una mejora del control de los impulsos en personas con trastorno de uso de sustancias; una reducción de los síntomas del síndrome de estrés post-traumático; mejorías en la salud mental de pacientes con enfermedades graves como cáncer; efectos positivos en el control de los trastornos de la conducta alimentaria y en la pérdida de peso y disminuciones en los síntomas del trastorno de déficit de atención e hiperactividad.
Sea como sea, es importante tener en cuenta que en todo caso la meditación puede formar parte del tratamiento de pacientes con ciertas condiciones médicas, pero debe tratarse siempre de un proceso guiado y supervisado por un profesional cualificado.
Igualmente, la meditación no puede sustituir determinados enfoques, como el uso de fármacos, las modificaciones en la dieta o los programas de ejercicio físico cuando procedan. Por ello, es importante siempre acudir al médico y cumplir con el tratamiento que prescriba, introduciendo la meditación en base a sus indicaciones.
Fuente: https://www.20minutos.es/