Los penosos últimos días de Gadafi fueron parecidos a los de Sadam Husein
Washington.- Muamar Gadafi pasó los últimos días de su vida como Sadam Husein: rodeado de un pequeño grupo de incondicionales, en su ciudad natal, confundido y huyendo. Aunque, al contrario que Sadam y sus hijos, que huyeron a Siria tras la captura de Bagdad por EEUU, aunque el Gobierno de Damasco los obligó a volver a Irak, Gadafi nunca se planteó dejar Libia. Ése es, al menos, el relato de uno de sus más estrechos colaboradores, Mansur Dhao Ibrahim, en declaraciones a ‘The New York Times’.El relato de Ibrahim muestra a un Gadafi sobreviviendo a base de pasta y arroz y haciendo preguntas del estilo de ‘¿por qué no hay agua?’, ‘¿por qué no hay electricidad?’, mientras vivía en casas de civiles en su ciudad natal, Sirte.
Escapar de los bombardeos residiendo en domicilios particulares ya fue una táctica empleada por Sadam Husein y su familia durante la invasión de Irak, en 2003.
Fuera de la realidad
El ex dictador libio también parecía haber caído en un obvio autoengaño, al declarar a sus allegados que ‘yo ya dejé el poder en 1977’, en referencia al año en que constituyó el ‘Estado de las Masas Popular Socialista Libio’. La ‘soberanía popular’ y de la ‘ausencia de poder’ de Gadafi en ese Estado queda de manifiesto en el hecho de que ‘Estado de las Masas’ es la traducción más habitual para el término Jamarihiya, que fue inventado por el propio dictador.
En todo caso, esa falta de contacto con la realidad recuerda a la de Sadam que, cuando fue detenido, dijo: ‘Soy el presidente de Irak y quiero negociar’.
Según Dhao, cuyo relato no ha sido verificado por otras fuentes, Gadafi tenía más miedo a los aviones de la OTAN que a los rebeldes libios. Un temor fundado, dado que, al final, fue un cazabombardero francés quien atacó su convoy y lo puso en manos de la oposición, que lo linchó y acabó asesinado a sangre fría.
El aparato galo, sin embargo, había sido guiado hacia su objetivo por un avión sin piloto Predator de Estados Unidos. Esos pequeños aviones estadounidenses, tripulados desde las afueras de Washington y Las Vegas, han jugado un papel fundamental en la Guerra de Libia, ya que han estado sobrevolando el país constantemente y ofreciendo imágenes de televisión en tiempo real a los aparatos franceses, británicos y canadienses que llevaron a cabo casi todas las misiones de combate.
Mutasin, el organizador
Mientras temía que le cayera una ‘bomba inteligente’, de nuevo, lanzada por los europeos o los canadienses, pero procedente de los arsenales estadounidenses, Gadafi no tenía control sobre la situación. Viajaba con un pequeño grupo de unos diez hombres, de nuevo, de forma similar a Sadam, que fue apresado con dos de sus leales, y sólo se comunicaba por teléfono esporádicamente con una televisión siria a la que realizaba declaraciones.
Si los hijos de Sadam, Uday y Qusay, presentaron resistencia hasta el final, y fueron muertos en un surreal combate de horas contra más de 200 soldados tropas de élite estadounidenses que acabaron bombardeando su casa con aviones y helicópteros, también fue uno de los hijos de Gadafi, Mutasim, el que capitaneó la resistencia. Mutasim fue asesinado por los rebeldes el jueves, tras ser capturado.
Del relato de Dhao se desprende que era Mutasim fue quien coordinó los últimos esfuerzos de los leales a Gadafi, un grupo formado sobre todo po rmiembros de la tribu Gadaf, a la que pertenecía, como su nombre indica la familia del dictador.
Tras la caída de Trípoli en manos de los rebeldes, el 25 de agosto, fue Mutasim quien decidió la retirada a Sirte, el bastión de los Gadaf. El dictador libio y su entorno se trasladaron en pequeños convoyes para no llamar la atención. El jueves, Gadafi fue muerto mientras trataba de huir de Sirte en otra caravana de vehículos.