Los dos hoteles españoles más premiados hacen apostar por establecimientos más pequeños

Madrid.- Salir de la rutina. Ser dueño de tu propio tiempo. Disfrutar y hacer disfrutar. La irrupción de los pequeños hoteles, cuya variedad va desde lo familiar hasta el concepto boutique, tiene un patrón común para los casos de éxito.

La mayoría de sus propietarios, por no decir todos, lo dejaron todo para dedicarse en cuerpo y alma a su negocio. No es una cuestión de dinero, sino de modo de vida. El secreto está en el cariño que se da a todo aquello que uno ve nacer, un plus que se traslada al cliente y cala hondo porque entra en el terreno de las sensaciones y las emociones. Es algo personal.

Incluso las grandes cadenas están empezando a apostar por establecimientos más pequeños capaces de ofrecer ese trato personalizado que acapara las mejores críticas en los principales ránkings de popularidad. Blanca Zayas, directora de comunicación de Tripadvisor, afirma a El Huffington Post que a la hora de valorar estos negocios, los viajeros destacan su excelencia en la calidad y su magnífico servicio de atención al cliente. ‘El mejor resumen lo hacen muchos cuando dicen que se sienten como en casa’, asegura.

Dos de los mejores ejemplos son Cases Noves (Alicante) y The Serras (Barcelona), dos enfoques y formas de empezar totalmente diferentes con un punto en común: la esencia se sirve en frascos pequeños. Ambos propietarios saben que una sola habitación más haría imposible dar el servicio que dan.

Antonio Serrano y Sofía Alonso dejaron sus trabajos en una agencia de viajes y de venta al pormenor, respectivamente, para comprar un caserón que se venía abajo en Guadalest hace once años. Como pareja, vieron la oportunidad de empezar a dominar su propio destino y arriesgaron todo lo que tenían al asumir una deuda de medio millón de euros con el banco, hipoteca que tendrían que amortizar con un establecimiento de solo cinco habitaciones. Pero sabían que en la zona no había ningún hotel y que ellos podían ofrecer algo diferente. Y lo consiguieron.

‘No me planteo una habitación más porque sé el servicio que quiero ofrecer. Esto no es para hacerse rico, sino para tener un medio de vida en el que no dependas de nadie’, cuenta Antonio. Su felicidad es saborear cada felicitación:

El matrimonio ha ido invirtiendo los beneficios en mejorar las instalaciones y apostar por la tecnología, de tal forma que han combinado el trato totalmente familiar con una gran repercusión en las redes sociales. Aquella ‘locura’ de Cases Noves que arrancó en 2005 tiene hoy tres premios Traveller’s Choice (2014, 2015 y 2016), un Green Leaders por su respeto al medio ambiente y la nota más alta en Booking entre todos los hoteles con más de 200 opiniones: un 9,8.

Otra historia diferente es la de Jordi Serra, un empresario catalán que había logrado el éxito internacional con una empresa de informática llamada Compuspar. Gracias a ella viajó y acabó dándose cuenta de lo que quería hacer. Vendió la compañía y montó un hotel en Barcelona. ‘Se dio cuenta de que toda su vida había viajado por negocios y que el tiempo libre era otra cosa. Tenía un sueño, que era tener una propiedad donde él mismo, viviendo en el hotel, se lo pudiese pasar bien’, cuenta Antonio Bignone, general manager del Hotel The Serras.

Su negocio es un establecimiento boutique de lujo de 30 habitaciones en el que la noche cuesta alrededor de 450 euros y que presume, con pruebas, de tocar el corazón de cada uno de sus clientes. Abrieron hace tan solo un año y ya se han posicionado como el hotel más premiado de España en los Traveller’s Choice.

Fuente: http://www.huffingtonpost.es/


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