Los autos chinos transforman el mercado automotriz en América Latina

Millones de compradores de automóviles en América Latina han pasado de los vehículos fabricados en Estados Unidos y Brasil a los modelos chinos, impulsados por la asequibilidad, la calidad y la aparición de los coches eléctricos. Esta tendencia está transformando la industria automotriz de la región y el panorama económico en general.

En los últimos años, millones de compradores de automóviles en América Latina han pasado de los vehículos fabricados en Estados Unidos y Brasil a los modelos chinos. Este cambio, marcado por un aumento significativo de las ventas, pone de relieve la creciente influencia de los fabricantes de automóviles chinos en la región. En 2019, las ventas de automóviles chinos en América Latina ascendieron a 2.200 millones de dólares. En 2023, esta cifra se había disparado a 8.500 millones de dólares, según el Centro de Comercio Internacional (ITC), una agencia de las Naciones Unidas.

Las ventas de automóviles chinos representan ahora el 20 por ciento del mercado automotriz total en América Latina en términos de valor, superando tanto a Estados Unidos, con el 17 por ciento, como a Brasil, con el 11 por ciento.

Esto convierte a América Latina en el mayor mercado de automóviles chinos fuera de Asia, lo que refleja una tendencia mundial más amplia de expansión automotriz china.

El crecimiento de las ventas de automóviles chinos en América Latina no es solo una cuestión de números; refleja un cambio económico más amplio. A medida que la destreza económica y tecnológica de China continúa aumentando, su influencia se siente en varios sectores a nivel mundial, siendo la industria automotriz un área de impacto clave.

Para muchos latinoamericanos, particularmente aquellos en los estratos de ingresos medios y bajos, los automóviles chinos ofrecen una alternativa más asequible sin sacrificar la calidad. Esta asequibilidad ha permitido que muchos compren su primer vehículo, un hito significativo en una región donde la propiedad de un automóvil es a menudo un indicador de progreso económico.

Vehículos eléctricos: un dominio chino

Si bien los automóviles chinos están ganando terreno en el mercado automotriz tradicional, su dominio es aún más pronunciado en los vehículos eléctricos emergentes. En América Latina, los fabricantes chinos representan el 51 por ciento de todas las ventas de vehículos eléctricos, lo que subraya su liderazgo en este sector floreciente.

Un área donde este dominio es particularmente evidente es en los autobuses eléctricos. Casi todos los autobuses eléctricos que operan en las ciudades latinoamericanas se fabrican en China. Esto tiene un impacto significativo en la infraestructura de transporte de la región, en particular en metrópolis densamente pobladas y contaminadas como Santiago, Bogotá y Ciudad de México. La introducción de autobuses eléctricos es crucial para reducir la contaminación del aire urbano y mejorar la salud pública.

Los fabricantes de automóviles chinos han aprovechado la creciente demanda de la región de modos de transporte más limpios y sostenibles al ofrecer vehículos eléctricos a precios competitivos. Estos vehículos, que a menudo vienen con características avanzadas y una calidad de construcción sólida, han logrado avances significativos en mercados donde la asequibilidad y las preocupaciones ambientales son cada vez más prioritarias. Además, la falta de aranceles de importación proteccionistas en muchos países latinoamericanos, a diferencia de lo que ocurre en Estados Unidos y Europa, ha facilitado la entrada de vehículos eléctricos chinos al mercado.

Vehículos eléctricos: un dominio chino

Si bien los automóviles chinos están ganando terreno en el mercado automotriz tradicional, su dominio es aún más pronunciado en el emergente mercado de vehículos eléctricos (VE). En América Latina, los fabricantes chinos representan el 51 por ciento de todas las ventas de VE, lo que subraya su liderazgo en este sector en auge.

Un área donde este dominio es particularmente evidente es en los autobuses eléctricos. Casi todos los autobuses eléctricos que operan en las ciudades latinoamericanas se fabrican en China. Esto afecta significativamente la infraestructura de transporte de la región, en particular en metrópolis densamente pobladas y contaminadas como Santiago, Bogotá y Ciudad de México. La introducción de autobuses eléctricos es crucial para reducir la contaminación del aire urbano y mejorar la salud pública.

Los fabricantes de automóviles chinos han capitalizado la creciente demanda de la región de modos de transporte más limpios y sostenibles al ofrecer vehículos eléctricos a precios competitivos. Estos vehículos, que a menudo vienen con características avanzadas y una calidad de construcción sólida, han logrado avances significativos en mercados donde la asequibilidad y las preocupaciones ambientales son cada vez más prioritarias. Además, la falta de aranceles de importación proteccionistas en muchos países latinoamericanos, a diferencia de lo que ocurre en Estados Unidos y Europa, ha facilitado la entrada de vehículos eléctricos chinos al mercado.

Cambios en el panorama automotor de América Latina

El cambio hacia los autos chinos no se limita a una parte de América Latina. En Chile, por ejemplo, donde los aranceles de importación son casi nulos, los modelos chinos representaron casi el 30 por ciento de las ventas de automóviles el año pasado. Esta tendencia se repite en México y Brasil, los dos mayores productores de automóviles de América Latina, donde los fabricantes chinos están ganando participación de mercado de manera constante.
En Brasil, la presencia del gigante automotriz chino BYD (Build Your Dreams) es particularmente notable. BYD está construyendo su planta de fabricación de autos eléctricos más grande fuera de Asia en Camacari, ubicada en el noreste de Brasil. Se espera que la planta tenga una capacidad de 150.000 unidades por año, lo que indica el compromiso a largo plazo de China de establecer una presencia sólida en el mercado latinoamericano.

Esta creciente presencia de fabricantes de automóviles chinos está provocando un cambio significativo en el panorama automotriz de la región. Tradicionalmente, la industria automotriz en América Latina ha estado dominada por fabricantes estadounidenses y europeos, con Brasil y México como centros de producción importantes. Sin embargo, la llegada de vehículos chinos está desafiando el status quo, ofreciendo a los consumidores más opciones e impulsando la competencia en el mercado.

Impactos económicos y ambientales

El auge de los automóviles chinos en América Latina tiene un profundo impacto en la economía y el medio ambiente. En términos económicos, la disponibilidad de vehículos chinos asequibles ha hecho que la propiedad de un automóvil sea accesible para un segmento más amplio de la población. Para muchas familias de ingresos medios y bajos, poseer un automóvil antes estaba fuera de su alcance debido al alto costo de los vehículos de fabricantes estadounidenses, europeos o locales. Con sus precios más bajos y características competitivas, los automóviles chinos han cerrado esta brecha, lo que permite que más personas ingresen al mercado automotriz.

Además, el establecimiento de plantas de fabricación chinas, como la instalación de BYD en Brasil, contribuye a la creación de empleo local y al desarrollo económico. Estas plantas producen vehículos para el mercado interno y posicionan a América Latina como un potencial centro de exportación de automóviles chinos, integrando aún más a la región en las cadenas de suministro globales.

Desde una perspectiva ambiental, la proliferación de vehículos eléctricos chinos, en particular los autobuses, es crucial para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y mejorar la calidad del aire en los centros urbanos de América Latina. Ciudades como Santiago, Bogotá y Ciudad de México sufren una grave contaminación del aire y ven beneficios tangibles al adoptar autobuses eléctricos. Estos beneficios incluyen una menor dependencia de los combustibles fósiles, menores emisiones y mejores resultados en materia de salud pública.

La introducción de tecnologías de motores más limpios en el sector del transporte de la región se alinea con los esfuerzos globales para combatir el cambio climático. La adopción de vehículos eléctricos chinos en América Latina demuestra el compromiso de la región con el desarrollo sostenible, incluso mientras enfrenta desafíos económicos.
El aumento de las ventas de automóviles chinos en América Latina representa un cambio significativo en el mercado automotriz de la región. Esta tendencia, impulsada por la asequibilidad, la calidad y el auge de los vehículos eléctricos, está transformando el panorama económico y ambiental. A medida que los fabricantes chinos continúan expandiendo su presencia en la región, el futuro de la industria automotriz de América Latina probablemente estará definido por esta creciente influencia. Queda por ver si esta tendencia generará beneficios a largo plazo para la economía y el medio ambiente de la región, pero por ahora, los automóviles chinos llegaron para quedarse.

Fuente: https://latinamericanpost.com/


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